Desde su toma de posesión el viernes 20 de enero, Donald Trump no había conseguido una faena política triunfadora como la que alcanzó el pasado martes al dirigirse por primera vez al Congreso de los Estados Unidos.
Trump no cambió de fondo pero si algunas formas lo que le permitió ser escuchado con atención por demócratas y republicanos, y ser ovacionado en repetidas ocasiones.
Cambió su corbata roja a una de color azul marino con rayas blancas, arregló mejor su copete y utilizó una voz moderada y ademanes más propios de un presidente que de un político en campaña.
Obviamente su discurso fue casi el mismo de siempre: atacó cuantas veces pudo a los inmigrantes, prometió regresar la grandeza a Estados Unidos, fustigó el programa de salud de Obama, reiteró su plan de construir un muro en la frontera sur y aseguró que regresará los supuestos millones de empleos perdidos por el éxodo de inversiones al extranjero.
Pero en esta ocasión y contra lo esperado, Trump dejó entrever cambios en sus planes presidenciales, especialmente en materia de migrantes.
Por primera vez anunció que la reforma del sistema legal de inmigración se enfocará a la adopción de un sistema de méritos y no de vínculos familiares como el que opera actualmente.
Habló de legalizar a inmigrantes que cumplan con los requisitos que serán establecidos, aunque no les daría el camino hacia la ciudadanía.
Se trata de un giro sustancial en los discursos anteriores de Trump que daría luz verde a que un buen porcentaje de los seis millones de indocumentados mexicanos que viven en Norteamérica, regularicen su situación migratoria.
Para nuestros paisanos no resulta vital la ciudadanía, ellos desean poder trabajar y vivir legalmente, sin sobresaltos ni acosos. Ya serán sus hijos y nietos quienes gozarán de una ciudadanía y enriquecerán al vecino país con la cultura e idiosincrasia latina como ya ocurre.
Trump prometió iniciar la reconstrucción de su país con la inyección de un billón de dólares en infraestructuras. Para países pobres el anuncio presidencial suena presuntuoso, sin embargo, los niveles de pobreza en Norteamérica han crecido al tiempo que menguaron los índices de productividad.
Según Trump actualmente hay 43 millones de pobres y 49 millones de desempleados.
El discurso más moderado y solemne de Trump dio magnifico resultados al grado que la bolsa de Nueva York registró al día siguiente un incremento de 300 puntos para alcanzar un nuevo récord de 21,115 puntos.
Los excesos verbales del presidente y magnate norteamericano comienzan a caer por su propio peso y ser enfrentados con mesura y resignación por parte de su equipo de trabajo.
Así tenemos que la orden ejecutiva que prohibía el ingreso a inmigrantes de siete países musulmanes y que fue suspendida por un juez federal, será ajustada en breve. De hecho, trascendió que Irak, un aliado de Estados Unidos, será excluida de la nueva acción.
También salió el peine en el caso de la construcción del muro fronterizo al revelarse que la administración federal cuenta con apenas 20 millones de dólares para financiar esta obra cuyo costo se estima en más 20 mil millones de dólares.
Recordemos que los presupuestos en el vecino país se ejercen de octubre a septiembre y que para autorizar una obra de tal envergadura será necesario que el Congreso la discuta y la apruebe de aquí al mes de agosto. Las apuestas son cerradas en cuanto a dar luz verde a dicho proyecto.
El Trump del pasado martes fue, pues, distinto al que vimos en las campañas y durante las primeras semanas de su gobierno. Ya veremos si su objetivo es alinear sus planes a la realidad o si sencillamente se trató de una actuación propia para un Oscar con el objetivo de bajar la animadversión y críticas por parte de los congresistas.
Lo cierto es que allende de Bravo la realidad política sigue superando con creces a la ficción.
APUNTE FINAL
Los nuevos tiempos económicos son sorprendentes. Snap, empresa dueña de la aplicación digital Snapchat, alcanza un valor de 20 mil millones de dólares a unas horas de su lanzamiento bursátil. Sus co-fundadores Evan Spiegel y Bobby Murphy venderán parte de sus acciones para echarse a la bolsa más de 250 millones de dólares cada uno y todo ello por haber creado una exitosa plataforma para intercambiar fotos y mensajes entre los jóvenes y adolescentes.
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