“Ódiame por piedad yo te lo pido, ódiame sin medida ni clemencia, odio quiero más que indiferencia pues el rencor hiere menos que el olvido…”
Ignoro si presionado por diversos sectores de la sociedad, pero Felipe Calderón renunció a la pensión de doscientos cinco mil pesos mensuales a la que tiene derecho como ex Presidente de México. El propio Calderón hizo saber que donará tal emolumento a una asociación de niños con cáncer que lleva por nombre “Aquí Nadie Se Rinde”. Fuera filias y fobias, lo que hizo Calderón es un gesto positivo aunque también implique querer apuntalar la candidatura de Margarita Zavala rumbo al 2018.
La eliminación de dicha prerrogativa no es cosa nueva ni se le ocurrió a Calderón por motu propio. Hacia abril del año pasado Clemente Castañeda, coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano en la Cámara de Diputados, presentó una iniciativa para que los ex presidentes de la República dejaran de recibir pensiones vitalicias. El propio Castañeda señaló en aquél momento que dichos apoyos a los ex mandatarios (Luis Echeverría, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón) le representan al contribuyente un gasto de casi cinco millones de pesos mensuales.
A la postre, desde Movimiento Ciudadano se emprendió una campaña de alto impacto llamada “Ex Presidentes Sin Pensión”, que fue aplaudida por diversos actores de la sociedad. Se buscó reformar el Artículo 83 constitucional prohibiendo que los ex presidentes recibieran beneficios extraordinarios. Por desgracia, dicha iniciativa se encuentra atorada en Comisiones -congelada pues- y sin turnarse al pleno de la Cámara para su discusión.
Vicente Fox aseveró que necesitaba de la pensión para vivir. De hecho, el guanajuatense fue el único en pronunciarse respecto al tema. Los demás ex mandatarios -no incluyamos a Echeverría pues lo aqueja una demencia senil- hicieron mutis.
Menester aclarar que además de la pensión, los ex presidentes de México reciben un seguro de vida de gastos médicos mayores, el pago de oficina de apoyo con 20 asesores, hasta 80 elementos del Estado Mayor Presidencial para la custodia propia y de su familia, entre otros. Por ende, dichas erogaciones pueden alcanzar un monto mensual de hasta 4 millones 800 mil pesos por ex mandatario, haciendo que la “manutención” de los nuestros sea una de las más costosas del mundo.
Transcurrido un año, no se quita el dedo del renglón. La diputada Verónica Delgadillo, también integrante de la bancada de Movimiento Ciudadano, presentó en Los Pinos un escrito en donde le solicita a Enrique Peña Nieto, renunciar a su pensión ex presidencial. Es importante destacar que la acción de Delgadillo cuenta con el apoyo de la Organización Nacional Anticorrupción. Dicho organismo afirmó “que las pensiones presidenciales son una prebenda inadmisible en una democracia, que se practica al margen de la ley en un país que privilegia la inequidad en perjuicio de los más necesitados”.
Enemigos eternos rumbo al tercer round (2018), Andrés Manuel López Obrador sacó de sus cabales a Felipe Calderón. Vía redes sociales, el tabasqueño aclara que la donación del sueldo de Calderón sólo implica 8 por ciento de todo lo que recibe de pensión. Es decir, en vez de 54.2 millones de pesos, costará mantenerlo 50. 8 millones al año, eso sin considerar otras canonjías.
Calderón, iracundo, mordió el anzuelo y reviró diciendo que López Obrador hablaba desde la envidia e imposibilidad de superar que hace diez años había perdido la elección, y que en esencia era un ser mezquino e incapaz de reconocer un acto de generosidad. “No puede superar que le gané, y que le gané limpiamente, hace diez años”, acusó.
No obstante los amores perros entre López Obrador y Calderón, la manutención y apoyo a los ex presidentes de México es demasiado onerosa y acusa diferencias abismales con la pensión que reciben la mayor parte de los jubilados, especialmente hoy cuando la brecha entre el ciudadano y la clase política es escandalosa.
Permíteme ser meridianamente claro. Por diversos y obvios motivos ningún ex presidente de México, léase ninguno, necesita de esos doscientos cinco mil pesos mensuales para subsistir. Bien harían en prescindir de ellos.
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Persicope, sin lugar a dudas: @patoloquasto
