La Antonio Narro y el legítimo derecho de huelga
En la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro, en días pasados se llegó a la inevitable huelga por la exigencia legítima de los intereses colectivos del profesorado, y aunque siempre se ha caracterizado la universidad por evitar este tipo de movimientos, ahora sí se justifica y plenamente el legítimo derecho a la huelga, y resaltan dos grandes razones, la más importante el respeto completo a la jubilación o pensión que dentro de la Dirección de Pensionados de los Trabajadores de la Educación-Dipetre del Estado de Coahuila, no han sido ajustadas o revisadas las mejores condiciones para una jubilación decorosa de quienes han entregado su vida a la docencia universitaria y es muy triste observar de cerca la incertidumbre que prevalece en quienes ya deben y queremos ejercer este derecho, renovándose por razones naturales la plantilla de profesores con sangre nueva, con jóvenes maestros de vocación definida que se han venido preparando para sustituir generacionalmente a los viejos maestros que ya cumplieron y que deben dejar el lugar a una nueva generación de profesores e investigadores universitarios, esta es una razón generacional que debe cumplirse al pie de la letra por el bien de la renovación y el rediseño de toda universidad pública en México.
Debe evitarse en el presente cualquier tipo de “artimañas" o acciones de dudosa fe para no cumplir con este legítimo derecho laboral que permita avanzar a la universidad en el logro de sus objetivos básicos: la docencia, la investigación y el desarrollo (vinculación) universitarios. La Antonio Narro es una universidad de vanguardia porque por su trayectoria de carácter regional y nacional recibe alumnos de limitados y escasos recursos provenientes de 15 estados de la República, permitiéndoles el acceso a la educación superior que en otras circunstancias sería casi imposible el que pudieran estudiar estos jóvenes futuros profesionales de la agricultura y la ganadería.
A la Narro se le ha distinguido y dignificado como un institución educativa en favor de las clases populares y esta es una meta que se cumple cabalmente, y además ha logrado desarrollar desde hace más de cinco décadas programas productivos de investigación aplicada directamente con los diversos grupos de productores rurales, y esto en el ámbito de la educación agrícola superior no es nada fácil.
La mayoría de las universidades públicas pasa por este gran problema generacional y la Antonio Narro no es la excepción, por lo tanto, puede y debe ser un ejemplo a nivel nacional en saber resolver de manera cordial y pacífica este delicado problema.
El personal académico de la Antonio Narro elevamos con firmeza y respetuosamente nuestras voces para solicitar una pronta y adecuada solución al problema vigente. La segunda razón y no menos delicada es lo relacionado con el servicio médico que se debe mejorar, y recupere y brinde a los asociados el servicio de calidad y eficiencia que ha tenido en otras épocas la Clínica del Magisterio, y si esto no es posible, el poder “migrar” al IMSS en condiciones justas y equitativas para ambas partes. Son dos derechos sociales ineludibles e inquebrantables y así evitar en esta época de la vida de los docentes universitarios adultos mayores, la incertidumbre y la angustia de no poder seguir adelante con una justa jubilación y cumplir plenamente con la última etapa productiva de sus vidas.
“Por una pensión o jubilación justa y seria para los profesores e investigadores universitarios que reclamamos este legítimo derecho”.
Esperamos una pronta resolución de carácter humanista producto de una amplia y sana sabiduría universitaria en una universidad tan noble como la Antonio Narro.
Dr. Alfredo Aguilar Valdés,
Profesor e Investigador de la UAAAN-UL.
