Paso a paso

El gateo es una etapa del desarrollo psicomotor del niño, por lo que es una experiencia por la que todos los menores deben atravesar, señaló el pediatra, Alberto Pérez Canedo.

"Generalmente, puede iniciar a los 7 u 8 meses, para finalizar entre los 11 o 12 meses de edad", comentó, "el gatear aporta beneficios a nivel anatómico, motor, sensitivo, neurológico y de autonomía".

Explicó que, al comenzar con el gateo, el pequeño desarrolla el patrón cruzado, lo que permitirá alcanzar el equilibrio al momento de caminar, además, se genera mayor fuerza a los músculos de la cadera y las piernas, que posteriormente le permitirán mantenerse en pie. Les ayuda aumentando la capacidad respiratoria, lo que mejora la oxigenación del cerebro y facilita los balbuceos, estimula la vista y la coordinación manual (ojos-manos).

El gateo también ayuda en el acomodo de los ojos y le permite saber a qué distancia están los objetos, lo que después le ayudará en la lectura. El bebé ejercita así la visión binocular y periférica. Interviene además para la ejecución de habilidades motoras como subir escaleras o saltar.

Mediante esta actividad, el niño experimenta el tacto en las manos y dedos, y controla la presión, lo que mejora la destreza para coger objetos. El bebe se desplaza obteniendo información sobre los lugares, tamaño de las cosas y ubicación de su cuerpo en el espacio, desarrolla los sistemas vestibular y propioceptivo, que le permiten saber dónde está cada parte de su cuerpo.

El pediatra señaló que el gateo permite entrenar los reflejos de caída, de modo que los errores que cometa le ayudaran a ajustar los movimientos de forma más precisa para próximos eventos.

"Con el gateo, el niño conquista la independencia física de los padres, tendrá más autonomía, más actividad y mayor iniciativa", indicó.

A su ritmo

Dado que cada niño lleva su ritmo propio de desarrollo, en el que influyen factores como el peso, predisposición genética o fuerza muscular, los papás deben tener paciencia y darle la oportunidad de desarrollar el gateo, ofreciéndole tiempo y condiciones de espacio para que pueda hacerlo.

"Cuando no gatean puede ser por inmadurez, algunos niños tienen un desarrollo más lento, y aunque no necesariamente implica una enfermedad, si tardará un poco más que un niño logre el gateo", explicó el pediatra, "hay bebés que, por falta de estimulación, tienen disminuido el tono y /o la fuerza muscular, en ocasiones la falta de formación adecuada de la articulación de la cadera puede ser causa de un gateo incompleto o asimétrico".

Por tanto, si el bebé tiene más de 9 meses y no gatea, hay que referirlo para identificar si se trata de una variante normal del desarrollo o es un signo de alguna enfermedad, pues hay niños que no gatean por algún retraso psicomotor o de daño cerebral.

En el primer caso, lo más probable es que el bebé sólo necesite de estimulación temprana para ayudarle en la maduración, mientras que un problema de la cadera se deberá manejar inmediatamente por el ortopedista para evitar secuelas permanentes.

El pediatra señaló que lo más recomendable para ayudar al bebé a gatear son los ejercicios de estimulación temprana, por lo que aconsejó evitar el uso de andaderas, pues en algunos estudios se ha encontrado que esto propicia retraso en el gateo y no hay diferencias significativas para caminar entre los que usaron y los que no usaron la andadera, pero sí en la pérdida de todos los beneficios mencionados, además de que existe un mayor número de accidentes cuando los niños recurren a este aparato.

Cuidados

Cuando el bebe gatea, hay riesgos incluso donde menos se imagina, por lo que el pediatra recomienda adoptar algunas medidas como:

-Tapar todos los enchufes con protectores especiales.

-Proteger las esquinas de los muebles y las mesas.

-Asegurar los cajones y las puertas.

-Evitar en zonas bajas los adornos, figuras y otros objetos que se puedan romper o que sean peligrosos.

-Nunca dejar al alcance los productos de limpieza o medicamentos.

-Evitar las cortinas largas.

-En la cocina, los mangos de sartenes hacia adentro.

-Cuidado también con los manteles, el niño puede tirar de ellos.

-Quitar las sillas y otros muebles de al lado de las ventanas.

-En el baño, no dejar los productos de aseo a su alcance y la tapa del inodoro siempre bien cerrada.

-Poner vallas en las escaleras y cerrar las puertas de habitaciones en las que sí exista un posible peligro.

-Evitar cubetas o depósitos con agua, cercar las albercas.