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 TIGRES PERTENECE A SUS FANÁTICOS

Carlos Peralta está equivocado ya que el Tigres, nombre del equipo que nació en 1955, pertenece a sus aficionados y no al dueño de la franquicia. En cuestión económica es el ingeniero Peralta el propietario de la escuadra pero no tiene la facultad de hacer desaparecer para siempre el nombre de Tigres y es algo que la presidencia de la Liga Mexicana debe insistir para proteger a los aficionados de ese equipo. Después de todo el deporte profesional se debe, a fin de cuentas, a sus fanáticos, para ellos juegan sus peloteros.

Así como los Diablos Rojos y otros equipos en el beisbol profesional han tenido a diferentes propietarios, el Tigres no debe ser archivado solamente porque la familia Peralta deja las riendas del equipo. Los Diablos nacieron en 1940 teniendo como propietarios a Ernesto Carmona y Salvador Luteroth, luego estuvo don Carlos Rivadeneyra Senior al frente de la escuadra, siguiendo Eduardo Quijano Pitman, Héctor Peralta y bajo su mandato ganaron el primer campeonato de la cifra récord de 16 que llevan, siguiendo don Alejo Peralta en 1959, y un año después la sociedad formada por Víctor Rivero Azcárraga, Manuel Marrón, Jaime de Haro y Rafael Labrija, siguendo Ángel Vázquez que fue quien trajo al inolvidable Cananea Reyes de mánager en 1974, Chara y Mansur y sus hijos Roberto y José Antonio, quedando entonces Roberto Mansur solo al frente del club y en 1994 la llegada de don Alfredo Harp que nos ha dado los años más luminosos y formidables en la historia del club y que Dios mediante culminará con la inauguración del nuevo estadio.

El nombre de Diablos Rojos es inmortal, como lo es de otros equipos que han cambiado obviamente de propietarios a través de los años. Incluso en Ligas Mayores los equipos que han cambiado de ciudad han mantenido en su gran mayoría el nombre de guerra original. Bravos se ha llamado así jugando en Boston, Milwaukee y en Atlanta. Los Atléticos de Filadelfia se mudaron a Kansas City pero mantuvo el nombre inmortal de Atléticos al que se los llevó Charles Finley a Oakland.

Los Dodgers se llamaron así tanto en Brooklyn como en Los Ángeles y los Gigantes igual en Nueva York que en San Francisco. Algunos equipos han desaparecido del mapa al cambiar de ciudad como el Cafés de San Luis ya que los "Browns" fueron conocidos ya en 1954 como los Orioles en su nueva ciudad de Baltimore. Cafés fue un equipo casi siempre sotanero y que sólo ganó un campeonato de Liga Americana en 1944 para perder la Serie Mundial con Cardenales de la misma ciudad de San Luis.

Los Senadores de Washington se convirtieron en Rangers de Texas aunque regresó un equipo a la capital con el nombre de Nacionales. Los Expos de Montreal posiblemente regresen pronto a las Grandes Ligas pero su nombre no está enterrado para siempre, sino esperando el momento del retorno.

Es por eso que el ingeniero Carlos Peralta debe recapacitar y en lugar de archivar para siempre el nombre de Tigres en honor al formidable Alejo Peralta dejar que otros propietarios lo lleven ya que cuenta con aficionados en varias partes de la República Mexicana. El nombre de Tigres pertenece a sus aficionados.

Tomás Morales Fernández

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