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La marcha fue un éxito

ENRIQUE CÁRDENAS SÁNCHEZ

El mensaje fue potente

Porque hay evidencia de que fue interpretado de acuerdo con los objetivos

Que nos planteamos

Desde la campaña presidencial, el entonces candidato Trump nos atacó e insultó a los mexicanos de varias formas. En medio de ese clima antimexicano fue invitado por el gobierno de México para dialogar, visita que fue altamente criticada al interior y en el extranjero y que no arrojó ningún resultado. Ya como presidente, los insultos y amenazas continuaron, al grado de recibir a los secretarios Videgaray y Guajardo con el anuncio de la construcción del muro. La imagen de México ante el mundo había sido, hasta antes de la marcha, la del país que acepta y tolera cuanta vejación viniera de parte del gobierno de Trump. La falta de dignidad de los mexicanos era vergonzosa. Ese era el contexto en que se dio la marcha.

El éxito de cualquier acción, política o encargo depende del grado en que se cumplieron los objetivos que se plantearon para llevar a cabo su realización. Si los objetivos se cumplen medianamente, el éxito es mediano; si los objetivos no se cumplen, es un fracaso; si los objetivos se cumplen muy bien, entonces es un éxito. Este es el caso de la marcha #VibraMéxico del pasado domingo 12 de febrero.

Los objetivos que se plantearon eran dos: primero, mostrar el repudio, desacuerdo, rechazo, indignación, agravio por las amenazas, ofensas, hipocresías, provocaciones, bravuconerías de Donald Trump y su equipo más cercano. Segundo, exigirle al presidente Peña Nieto y su gobierno firmeza, anteponer los intereses de los mexicanos por encima de cualquier negociación, informar frecuentemente del proceso de negociación y tomar medidas concretas contra la corrupción, impunidad, pobreza, desigualdad y proteger los derechos humanos de los mexicanos de aquí y de allá.

La participación de alrededor de 40 mil personas en todo el país permitió enviar estos dos mensajes de forma potente. Hubo personas de muy diversos orígenes, edades, y sin representación partidista. Fue una marcha ciudadana. El mensaje enviado también fue poderoso por la composición de la lista de las más de 80 organizaciones que se sumaron al llamado. Entre ellas se incluyeron instituciones académicas del peso de la UNAM, el IPN, la UAM, El Colegio de México, el CIDE, el Tec de Monterrey, la Universidad Iberoamericana y otras de cobertura más local como la Universidad del Estado de México, la UPAEP de Puebla, la Universidad de Guadalajara, entre otras.

También marcharon profesores, líderes de opinión, empresarios, profesionistas, empleados y miles de personas, hombres, mujeres y niños, con carteles, mantas y consignas que, en general, acompañaron el espíritu de la convocatoria que publicaron las organizaciones convocantes (www.vibramexico.com.mx): "Todos contra Trump", "El mundo es de migrantes", "Duro contra el muro", "Exigimos respeto a Trump", etcétera, y otras como "EPN: te exigimos firmeza y dignidad", "No a la corrupción", entre otros.

El mensaje fue potente porque hay evidencia de que fue escuchado e interpretado de acuerdo con los dos objetivos que nos planteamos. Por un lado, la prensa internacional reportó la marcha en la Ciudad de México y en más de una docena de ciudades en el interior del país, mostrando nuestro agravio, repudio, rechazo a las políticas de Trump, pero exigiendo a la vez que Peña Nieto debe ser firme y defender los derechos y prosperidad de todos los mexicanos.

El mensaje de exigencia a EPN también llegó, y fuerte. Se percibió en la misma marcha y también en el debate que ha seguido en las columnas de opinión desde el domingo. Independientemente de lo que se ha dicho respecto a la marcha (que si no hubo unión, que si hubo pleitos, que si hay o no monopolio de la protesta en las calles, que por qué no se marchó para que EPN se fuera, etcétera), el hecho es que nadie le entregó una carte blanche al presidente Peña Nieto ni al canciller Videgaray. Lo que se les entregó fue una exigencia compartida, firme y robusta, de su responsabilidad ante todos los mexicanos en las relaciones con Trump, y que la lucha contra la corrupción, impunidad, pobreza, desigualdad y violaciones a los derechos humanos debe ser intensa y definitiva.

Todo ello se cumplió y con creces. La marcha fue un éxito.

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