Todos somos responsables
Tienen que ocurrir desgracias para que despertemos del opiácea vida que llevamos donde el hacer dinero es nuestro mayor éxito, donde no nos importa el daño que le hacemos a nuestros hijos, no se trata de lo que esté penado por la ley, como la droga, por ejemplo, sino de lo que está mal hacer a sabiendas de que estamos dañando a la sociedad, ¿y a qué parte de la sociedad?, a la más vulnerable, a la que menos preparación tiene, a los niños y los pobres que no tuvieron educación.
Y ahí están los programas de televisión como muestra, existe en este momento en el horario Premium, de las 21:00 a las 23:00 en todos los canales de la televisión abierta, sin distingos de canales nuevos o viejos, programas que hacen apología con lujo de detalle la idolatría hacia los narcotraficantes, delincuentes y demás cáncer social, sin que la autoridad intervenga para evitar que los jovencitos o las personas sin recursos encuentren en ellos una fuente de inspiración que luego les hacen decir frases como la de “más vale vivir como reyes un tiempo y no pobres toda la vida como nuestros padres”.
Es en estas clases o cursos de delincuencia donde con tal de hacer dinero las televisoras, artistas y demás que integran esta “industria”, no les importa como hacen su dinero, a pesar de estar fomentando el daño a la sociedad.
¿Cómo queremos desarrollar una sociedad sana donde las televisoras en la gran mayoría de su tiempo emiten programas donde la mentira, traición, robo, delincuencia, desintegración familiar, violaciones, etcétera, es la nota relevante?
Es necesario que se modifique el sentido de la televisión, y hablo de la televisión porque es hasta este momento el medio masivo de comunicación más atendido por la ciudadanía, no seguir por el lado negativo que ya nos está dando los frutos, debe buscarse que sea motor de cambio hacia mejores condiciones personales de vida, el cambio debe ser personal para ver con otros ojos, mejores por supuesto, la vida, para entonces cambiar nuestro entorno.
La sociedad es un sistema donde todos participamos, queramos o no, donde todo nos afecta a unos más que a otros, a unos de una manera y otros de otra, pero la gran verdad es que a todos nos afecta, somos un sistema.
Javier Luna Durán.
Comarca Lagunera
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Incongruencia del gobierno
Estimados lectores de El Siglo de Torreón, vemos el descaro de los gobiernos municipal y estatal, de mantener tan abultada nómina, gastos con facturas falsas, pagos exorbitantes por diferentes conceptos que a nadie convencen ni se justifican, recordemos que nosotros los ciudadanos los elegimos para administrar no para que ellos sintieran que lo que manejan también es de su propiedad, ya que si hay desfalco nadie se los reclama aun sean cantidades millonarias ni mucho menos los demanden y sean juzgados, y que regresen lo que indebidamente tomaron sin autorización, no deben ser cómplices de estos malos servidores públicos ningún senador, diputado, o empleado público, que por conservar la chamba le besan los zapatos al gobernante en turno y están de acuerdo en los fraudes.
José Metlich Rodríguez,
Comarca Lagunera.
