Índice. Los casos que se canalizan al refugio son extremos, ya que no pueden estar en el domicilio ni siquiera con algún familiar. (ARCHIVO)
Entre los amantes, no todo es color de rosa y amor. También hay golpes, agresiones y malos tratos, que para muchas de las víctimas, se olvidan y se perdonan. Así lo demuestran las cifras que da la Asociación Mujeres Solidarias en Acción (Musas).
Aunque la cifra de atenciones bajó en un 37 por ciento en 2016 en relación al número de atenciones en 2015, el número de casos en donde las víctimas prefieren no continuar con la "lucha", se mantiene. Y es que de acuerdo con los registros de Musas, en 2016 se otorgaron 395 atenciones, mientras que en 2015 fueron 630 y en 2014, sólo 495 atenciones en el Centro Externo.
De acuerdo con datos de Evangelina Velázquez Reyes, presidenta de la asociación, de las 395 mujeres violentadas atendidas el año pasado, sólo 90 se decidieron a denunciar a su agresor.
Las denuncias que se presentaron fueron: por violencia familiar, además para solicitar el divorcio, alimentos así como la guardia y custodia de los hijos. Sin embargo de este total, cerca de un 30 por ciento desistió.
"Desisten del seguimiento de los procesos legales, se ven influenciadas por la falta de sensibilidad en las autoridades, la dilatación de los procesos y la revictimización a las mujeres que acuden a las diferentes instancias que imparten justicia".
De ese total de denunciantes, tan sólo un uno por ciento, ha decidido regresar con el llamado "generador de violencia", aunque explicó que "continúan con su proceso de empoderamiento en el Centro Externo".
Del total de víctimas atendidas en 2016, 55 mujeres fueron al refugio, además de que todas denunciaron y concluyeron sus procesos legales.
