Dos de las principales preocupaciones de los canadienses antes del viaje de su primer ministro a Washington eran el flujo comercial y de personas a través de la frontera con Estados Unidos. (EFE)
El esperado primer encuentro entre el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente estadounidense,Donald Trump, de cuya relación dependen miles de empleos en ambos países, fue bien visto y recibido con calma en diferentes sectores de este país.
Dos de las principales preocupaciones de los canadienses antes del viaje de su primer ministro a Washington eran el flujo comercial y de personas a través de la frontera con Estados Unidos.
El término “tweaking” (retocar), usado por Trump en la conferencia de prensa conjunta para referirse a la “sobresaliente” relación comercial bilateral, fue interpretado como señal de que sólo habrá “pequeños ajustes” en la relación comercial de Estados Unidos con Canadá.
Mantener el flujo diario de más de dos mil millones de dólares de bienes y servicios en la frontera común, la más grande del mundo, es una de las principales preocupaciones de los canadienses, el 75 por ciento de cuyas exportaciones va al vecino del sur.
En su discurso inicial al comenzar la conferencia de prensa, Trump destacó el comercio sobresaliente de su país con Canadá, y añadió que "lo estaremos ajustando, vamos a hacer ciertas cosas que van a beneficiar a ambos países”.
También hubo un respiro sobre la preocupación del libre tránsito fronterizo de canadienses musulmanes, cuando el primer ministro Trudeau dijo a Trump que Canadá seguirá abierta a la migración, porque “nuestro plan migratorio no compromete nuestra seguridad”.
El veto migratorio contra musulmanes de siete países impulsado por Trump ha afectado a Canadá, pues algunos de sus ciudadanos originarios de esas naciones han sido detenidos y entrevistados por oficiales estadounidenses, y se han cancelado algunas tarjetas Nexus de viajeros frecuentes y confiables.
La prensa canadiense consideró respetuoso y cordial el trato entre ambos goberantes, y resaltaron que Trump mostrara una foto de el padre del jefe de gobierno canadiense, el extinto exprimer ministro Pierre Elliott Trudeau, de quien dijo: “él me dio esta foto, lo conocí y lo respeto mucho”.
Algunos analistas afirmaron que este primer encuentro y el anuncio de crear un Consejo Canadá-Estados Unidos para apoyar a las mujeres empresarias y líderes de negocios beneficiará al presidente estadounidense, criticado por sus comentarios respecto a las mujeres.
La líder del Partido Conservador canadiense Rona Ambrose, quien la víspera ofreció apoyo y la experiencia de su partido para preparar el encuentro, dijo que por ahora "hay que conservar la calma, aunque todo lo que haga Estados Unidos nos afecta”.
A su vez, el exembajador canadiense en Washington, Michael Kergin, resaltó que Trump ve en Canadá una buena perspectiva económica, pero recordó que la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) debe ser trilateral, pues México es parte del acuerdo.
En declaraciones a la televisora CBC, el diplomático resaltó que en este primer encuentro Trump “no criticó a Trudeau”, lo cual ve como una buena señal de lo que será esta nueva relación bilateral, aunque recomendó al gobierno canadiense ir con precaución en temas como refugiados y migración.
Al terminar su gira a Washington, donde también se entrevistó con el vocero de la Cámara de Representantes, Paul Ryan y con el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, Trudeau se refirió al encuentro con Trump como “productivo”.
Destacó de igual forma el interés de ambos países por crear más empleos para el fortalecimiento de la clase media.
“La alianza de la que gozan Canadá y Estados Unidos ha sido esencial para nuestra prosperidad y seguridad compartida, y ha servido por muchos años como modelo para el resto del mundo”, puntualizó a través de un comunicado.
