Ahora que es casi inminente que los Tigres van a desaparecer de nuestro beisbol nos damos aún más cuenta de la suerte que tenemos los aficionados de la capital donde tenemos a un personaje como don Alfredo Harp que contra viento y marea ha mantenido a los Diablos Rojos en el DF y está por darnos un nuevo gran estadio que es el único de tal magnitud construido por un directivo del rey de los deportes y no por el gobierno. Cuando nos quitaron a la mala el Foro Sol, don Alfredo se dedicó a la tarea monumental de construir dos nuevos estadios en la Ciudad de México, uno provisional que es el "Fray Nano", y el otro que será la nueva gran casa de los Diablos y que se piensa terminar este mismo año.
Con la difícil situación económica que se vive y con las amenazas constantes del "lobo feroz" en la Casa Blanca de Washington, el ingeniero Carlos Peralta comunicó hace unos días que tiene a la venta su equipo pero que no se podrá utilizar del nombre de Tigres, mismo que quedará para la posteridad en honor a su padre Alejo Peralta que tanto hizo por nuestro beisbol.
De cualquier manera el que será nuevo propietario deseará ponerle un nombre de guerra que vaya de acuerdo con la ciudad a donde lo va a colocar, no exactamente el Tigres. Se trata de un equipo que ha sido protagonista en todos los últimos años con tres campeonatos en Cancún que todavía podría quedarse en ese paraíso tropical si surge alguien que quiera comprar la franquicia.
Me imagino que un hombre tan importante en nuestro beisbol desde hace varias décadas como Chito Rodríguez va a continuar en la Liga Mexicana en alguna capacidad. Chito es nativo de Nuevo Laredo en donde tienen un estadio nuevo esperando por un tim de la Liga Mexicana y posiblemente logre que el equipo que fue capitalino por 45 años se acomode en la frontera y con una novena poderosa. Entonces volverían a ser Tecolotes y les importaría un bledo que no le dejen utilizar el nombre de Tigres.
La salida del Tigres va a ser muy dolorosa para los muchos aficionados que todavía tiene el equipo en la capital, en Puebla y en Cancún, pero así nos pasó en 1952 cuando nos quedamos para siempre sin los Azules del Veracruz. La vida tiene que seguir y el que se quiera salir del tren de las grandes emociones es arropado por la historia por secula seculorum.
Sólo el gran Dios sabe lo que puede venir con esta venta de los Tigres que hace recordar cuando los Dodgers y los Gigantes abandonaron la ciudad de Nueva York para irse a Los Ángeles y San Francisco respectivamente. Al cabo del tiempo llegaron los Mets como un nuevo equipo en la Liga Nacional y ya no hicieron ni los Dodgers ni los Gigantes.
El beisbol de estufa ha calentado demasiado este invierno y más ahora con la noticia del adiós definitivo de un Tigres que tuvo de todo en su paso por la Liga Mexicana y con un Alejo Peralta al frente por tantos años y quien le tuvo más fe que nadie al jugador mexicano nacido en nuestra República y por el que todavía luchan bastantes equipos como los Diablos Rojos llevando la antorcha.
