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Muros

Diálogo

YAMIL DARWICH

Con la llegada del fascismo a la presidencia de EUA, probablemente ha iniciado una nueva era que podría profundizar el retroceso del humanismo.

Tal parece que se cumple lo imaginado por los escritores de ciencia ficción y el mundo pudiera separarse en dos grandes grupos poblacionales: los unidos -muchos bajo amenazas- "al imperio", que posee la fuerza económica y de las armas; y el de los sometidos, ahogados en la pobreza.

En los primeros días de ejercicio del poder, Donald Trump, inició su proceso de separación y distinción entre ricos y pobres: "América primero" declaró enfático, ratificando su postura de proteccionismo económico; luego, iniciada su gestión, con acciones que prevén ahorro y mejora económica para sus socios. La cancelación del seguro popular para los inmigrados y más pobres fue el primer paso.

Utilizó la demagogia para expresarse amigablemente ante México, luego anunció el inicio de la construcción del muro, como burla al envío de negociadores mexicanos.

Vaya que la democracia tiene vaivenes y la norteamericana más: de derecha a izquierda, de amigable en apariencia a amenazante de pronto, siempre materialista en acción y humanista en declaración. Recuerdo algún discurso del presidente Kennedy, refiriéndose al muro de Berlín, en el que afirmaba, enfático, que la democracia y la libertad no podían construirse con muros.

Dice el papa Francisco: "Cuando vemos que se generaliza la xenfobia; cuando constatamos que ganan terreno las propuestas intolerantes; detrás de esa crueldad que parece masificarse, esta el frío aliento del miedo (…)".

"La misericordia no es fácil, requiere coraje, por eso Jesús nos dice: no tengan miedo, pues la misericordia es el mejor antídoto contra el miedo; (…) mucho más eficaz que los muros, las rejas, las alarmas y las armas… y es gratis, es un don de Dios".

"Todos los muros caen, todos. No nos dejemos engañar".

"Sigamos trabajando para construir puentes entre los pueblos; puentes que nos permitan derribar los muros de la exclusión y la explotación…"

"Enfrentemos el terror con el amor".

¿Así?; ¿o más claro?

La construcción de muros fue acción lógica ante los primeros asentamientos humanos; representó el fin del nomadismo y principios del sedentarismo. Con ello, también apareció la propiedad privada y la necesidad de defender vidas y bienes.

Con los primeros imperios -sumerios, asirios y babilonios- la construcción de ciudades alrededor de los palacios, requirieron de protección contra el ataque de los salvajes y luego, con los pueblos de oriente medio y de Europa, fueron la primer defensa contra los ataques bárbaros, siempre para contener la violencia.

Pero el muro de Trump, busca marcar las diferencias y preparar al mundo posmoderno ante los posibles ¡embates de los pobres!, no de los bárbaros e incultos, quienes ya están acompañándole en el poder. Recuente a todos sus colaboradores con sus particularidades: materialistas, racistas e ignorantes de todo lo que signifique la cultura fuera de Estados Unidos.

La construcción de tal muro "con su hermosa puerta", tiene profundos significados: es el rompimiento con el humanismo, resaltando el bien material por encima del común; representa romper con el bienestar general por el beneficio particular, no del ciudadanos norteamericano, sino de los poderosos y más ricos del planeta.

Aquí hago un paréntesis para recordar la teoría del complot y la posibilidad de que ésta tenga algo de verdad. ¿Usted qué cree?

Habrá que recordar que la justificación dada es simplona y hasta risible: los emigrantes ilegales han pasado a través de mallas rotas y por túneles. Habría que recordarle los litorales marítimos y el ingreso de drogas a través de miles de millas costeras. Valdría la pena que empezara a planear una malla bajo el agua y, de pasada, minarla, como aquellas existentes durante la Segunda Guerra Mundial, también repetidamente burladas.

Los economistas del mundo han empezado a hacer análisis y calcular el costo económico que representaría una política proteccionista y de encierro para los EU; recordemos que su riqueza está basada en su poderío en las relaciones comerciales e industriales con el exterior, no sólo en su producto interno bruto.

La historia universal enseña que al surgimiento de Adolfo Hitler, muchos cayeron en el embeleso de sus discursos y promesas; prometía el dominio de la "raza superior" y la abundancia para los descendientes arios. El fin de la historia usted la conoce y pareciera tener puntos en común con la del caprichoso del muro.

Después de todo, el cambio y posible sufrimiento económico es oportunidad para que iniciemos una reforma cultura nacional, basada en el trabajo efectivo y hasta sacrificio; romper con nuestra actitud pasiva ante la corrupción encabezada por la clase política; sacudirnos el marasmo; e, importantemente, reubicarnos en un nacionalismo racional, defendiendo a nuestras instituciones, empezando por la familia y luchando contra el sistema partidario corrupto, que ya es insoportable. ¿Acepta participar en el cambio?

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