Nuevamente, el frío “le hizo los mandados” a la afición lagunera. Y es que para un buen fanático, no importa si llueve, truena o relampaguea, mucho menos si disminuye la temperatura, nada es pretexto para perderse de un partido de futbol.
Las chamarras verdes reinaron en la explanada del Territorio Santos Modelo, preparado de cara a una nueva cita de sus Guerreros con sus seguidores, comunión que ha comenzado fuerte durante el 2017.
Invictos en la Liga MX se presentaron los albiverdes y así querían seguir, lo demostraron desde el primer minuto del partido en el que el guardameta rival salvó su marco, convirtiéndose temprano en la figura de su equipo al también atajar una opción del “Cabecita” Rodríguez.
Aficionados luchaban en las tribunas por entrar en calor, cualquier cosa es válida, desde una bebida caliente hasta el cobertor traído desde casa, la cuestión era acompañar a sus Guerreros y pasar otro domingo en las trincheras.
La brasa que otorgó el “calorcito” a los espectadores llegó desde la cabeza de Néstor Araujo, convertido en goleador albiverde perforó la meta contraria por tercer partido consecutivo para hacer explotar al Corona y adelantar a los dueños de casa.
El momento emotivo estuvo destinado para el segundo tiempo, cuando la banda de música entonó el glorioso Himno Nacional Mexicano, dando vida a una iniciativa surgida en las redes sociales en el afán de mostrar el repudio hacia la política migratoria del presidente del vecino país del norte.
Al ir captando las notas del Himno, los aficionados se pusieron de pie y gustosos comenzaron a cantar la letra aprendida en la escuela primaria, demostrando la unidad e identidad que muchas veces florece gracias a los eventos deportivos.
Ya “entrados en calor”, los aficionados sufrieron un poco con los Guerreros defendiendo su marco, pero Jonathan Orozco siempre se mostró sobrio y seguro, atajando todo lo que los ofensores visitantes le lanzaban esporádicamente.
De la cabeza del capitán Carlos Izquierdoz llegó la segunda anotación, la del remache, coronando además la noche de los defensas centrales convertidos en goleadores, los encargados de defender la portería, en esta ocasión también se pusieron la capa de héroes.
Con la moral por los suelos, el equipo visitante no inquietó más a los dueños de casa, que tranquilos esperaron por el silbatazo final de Fernando Guerrero, quien al hacer sonar su ocarina se llevó la ovación de los más de 21 mil aficionados presentes en el “Templo del Desierto”.
El festejo fue aderezado con la música mexicana de la banda presente en el estadio, acompañando el andar de los aficionados que presurosos tomaron camino hacia la salida, buscando resguardarse del frío, aunque con una sonrisa en el rostro, al saber que Santos amanecería allá arriba, en los primeros lugares de la tabla.
MIL
653 aficionados asistieron ayer al segundo partido de Santos Laguna como local en el torneo.
Los aficionados respondieron ayer al llamado de entonar el Himno Nacional Mexicano en el segundo tiempo.
