Columnas Social

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

JUAN RECAREDO

Una boda de vecindad y otras fiestas

"Pues señor, resulta que Espergencia quince años cumplió, y hasta hoy que va a cumplir los treinta se le festejó…". Apenas llevaba dos líneas de una de sus clásicas canciones y ya nos tenía "ahogados de risa", esperando con ansia todas las ocurrencias que nos iba a recetar a propósito de las nacas fiestas de quince años, nacas pero con una fuerte carga de clasicismo, si por clásico entendemos lo tradicional, lo que "tiene clase" baja, baja, pero clase al fin.

Inmediatamente, nos imaginamos a la tal Espergencia (ahí le encargo el nombrecito) con su vestido "de organdí", mientras los chambelanes "de huarache y mechón" y sus "damas de honor" se esforzaban (no mucho) por hacer sus elegantes evoluciones para bailar el vals y darle relevancia al festejo que engalanaba la vecindad entera.

Chava Flores (Salvador Flores Rivera, según consta en actas) fue costurero, cobrador, contador (sin título), dueño de una tienda de ropa, ferretero, repartidor de carne, y además, trabajó de "chícharo" en una imprenta, donde dio sus primeros pasos como compositor y cantante.

Fotógrafo nunca fue, y sin embargo, se pasó gran parte de su vida haciendo retratos del folclore urbano: Así como "Los quince años de Espergencia", tiene "La boda de vecindad", "El bautizo de Cheto", "Ahí vienen los gorrones", "La tertulia" y "Sábado, D. F.", en donde ataca con fe y con gran sentido humorístico el costumbrismo mexicano.

En las canciones de Chava Flores, brota nuestro ser folclórico mexicano a través del lenguaje que él supo recoger magistralmente de los barrios y vecindades y luego plasmarlos en el papel pautado, llenándolos de ingenio y picardía. Son cientos de canciones las que hizo y de veras que "no hay a cuál irle", unas son románticas, otras descriptivas, albureras, fantasiosas y hasta históricas. También, hay algunas que son peliculescas porque le apasionaba el cine de acción, pero eso sí, todas son divertidísimas."Salimos del boliche, le acaricié una… mano y se me echó a correr". "Cheto armó un alboroto aquella noche en que nació, fue la noche del terremoto cuando el ángel se cayó…". Juega mucho con el doble sentido y en general con las palabras, sin salirse ni un milímetro de su género:

"MI linda Hortensia, te quiero sin jactancia, desde la infancia te amé con inocencia, si es imprudencia quererte en abundancia, es inclemencia decir que nomás no, pues hay vehemencia en mi pobre corazón".

Chava Flores empezó su carrera de compositor en 1955 con el tema "Dos horas de balazos" que era una descripción, muy fiel -aunque no muy ortodoxa, por cierto- de una clásica película de vaqueros: "En las áridas regiones de la América del Norte, se agarraron a balazos policías y ladrones, Tom Mix, Buck Jones, Bill Boy, Tim Mc Coooooy…".

En 1987, a causa de una penosa enfermedad, Chava Flores se despidió de este mundo, dejando tras de sí el tesoro de sus canciones y su maravilloso ingenio: "Si volviera a nacer -dijo en una ocasión- quisiera ser el mismo, pero rico, nada más para ver qué se siente…".

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

La Lic. Consuelo Adriana Hernández Guedea comenta: El otro día mi hijo llevó a bendecir un crucifijo y me dice: "Ya me lo bendicieron", le corregí, "se dice: "Ya me lo bendijeron", ¿hice bien?

RESPUESTA:

Sí. En el caso que usted cita, lo correcto es: "Ya me lo bendijeron".

Verdad editorial para terminar: El prólogo de un libro no explica nada, pero además ¡qué bueno! porque nadie lo lee. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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