— Colin Powell
Mañana viernes será un día gélido en Washington: frío por fuera y para muchos de nosotros, más frío por dentro. Entusiasta de la política norteamericana como siempre he sido, disfruto enormemente de sus ritos, usos y costumbres. La transmisión de poderes a los pies del Capitolio es una ceremonia apabullante que vale la pena ver. Sin embargo, por primera ocasión no tengo muchas ganas de encender la televisión. Lo haré por mera obligación, formación profesional y curiosidad frente a lo absurdo.
¡Qué diferencia ante la esperanza, alegría y enormes expectativas de hace ocho años cuando el primer hombre de color llegó a la oficina más poderosa del mundo! Hoy respecto a la entronización de Trump como el presidente número cuarenta y cinco de Estados Unidos, circula un meme muy divertido, que provoca risa y acaso hace menos angustioso el trago amargo. Detalla en broma que el Papa Francisco le habló a Donald Trump para felicitarlo pues logró que todo el mundo esté rezando al unísono en este momento.
Infancia es destino. Es difícil pensar que a estas alturas, Trump cambie o matice ciertos aspectos de su personalidad, ególatra y melomaníaca, y opte por el buen juicio en el ejercicio de gobierno. Comparándolo con la frialdad y pragmatismo político de su antecesor, Barack Obama, Trump explota a la menor provocación.
Estos días no han sido la excepción a la regla. Al recibir una presea en el marco de la entrega de los Globos de Oro, la multipremiada Meryl Streep habló de Trump sin mencionarlo y éste, furioso e iracundo, la calificó como una actriz sobrevalorada. Luego, en su primera conferencia de prensa tras meses de evadir a los reporteros, el republicano se enfrentó a Jill Acosta, corresponsal de CNN, en un ríspido intercambio de palabras que vaticina que sus relaciones con los medios que lo cuestionan seguirán siendo muy complicadas de aquí a los siguientes cuatro años.
"Usted está atacando a nuestra organización de noticias. ¿Nos puede dar la oportunidad de hacerle una pregunta?, inquirió el reportero, a lo que el presidente electo respondió que no le iba a permitir hacer ninguna, pues su empresa -CNN- propagaba noticias falsas.
De la atrabancada conferencia de prensa dio cuenta Saturday Night Live, uno de los programas de sátira política más influyentes de la historia de la televisión. En su ya célebre e impecable imitación de Donald Trump, el actor Alec Baldwin volvió a mofarse del magnate. "Gracias por venir. Quiero empezar por contestar lo que está en la cabeza de todos: sí, esto es real, esto realmente está pasando. El 20 de enero yo, Donald J. Trump me convertiré en el presidente 45 de Estados Unidos y dos meses después Mike Pence (vicepresidente electo) se convertirá en el 46, comenzó diciendo Baldwin. Para variar, a través de Twitter, Trump también tuvo palabras de desaprobación tanto para el programa como hacia el actor.
Estamos pues a un día del viernes, nerviosos y expectantes ante el discurso de un hombre que para bien o mal, desafió todos los paradigmas del sistema político norteamericano y será el próximo presidente. Unos dicen que no resultará tan malo ni nocivo para Mexico, otros hablan de formar un bloque común para enfrentarlo. Los menos llaman a cerrar filas con Peña Nieto en su cruzada por evitar la construcción del muro.
Entre que son peras o manzanas, las nuevas encuestas publicadas ayer señalan que los índices de aprobación de Peña rondan un muy preocupante doce por ciento. Así, con nueve de cada diez mexicanos desconfiando de su propio presidente, hacer bloques anti Trump se antoja en chino.
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Persicope, sin lugar a dudas: @patoloquasto
