El máximo responsable de Samsung admitió las transacciones aunque negó que éstas fueran a cambio de un trato favorable de las autoridades. (EFE)
El tribunal del distrito central de Seúl inició hoy una audiencia para decidir si ordena la detención del presidente de facto del grupo Samsung, Lee Jae-yong, por presunto soborno dentro de la trama de corrupción de la "Rasputina".
La audiencia comenzó a las 10.30 hora local (01.30 GMT), y está previsto que hacia el final de la jornada los jueces que instruyen el caso se pronuncien sobre el arresto del heredero de la mayor multinacional del país asiático, tras escuchar los argumentos de la acusación y de la defensa.
El equipo de fiscales que investiga el caso solicitó el lunes una orden de arresto contra Lee por considerar que existen pruebas sobre donaciones multimillonarias de Samsung a fundaciones y empresas controladas supuestamente por Choi Soon-il, apodada la "Rasputina" y amiga íntima de la presidenta Park Geun-hye, a cambio de favores.
Samsung abonó presuntamente unos 43,000 millones de wones (33.7 millones de euros/35.8 millones de dólares) a una empresa con sede en Alemania y presidida por la "Rasputina" y a otras dos fundaciones sin ánimo de lucro vinculadas a Choi, para que el Gobierno de Park apoyara en 2015 una controvertida fusión de dos empresas del grupo.
El máximo responsable de Samsung admitió las transacciones aunque negó que éstas fueran a cambio de un trato favorable de las autoridades, durante el interrogatorio al que le sometieron los investigadores la semana pasada.
Además del delito de soborno, la fiscalía le acusa de perjurio por haber ofrecido una versión diferente durante su comparecencia ante un comité de investigación parlamentario el mes pasado.
Los fiscales también están investigando la posible implicación en el caso de otros tres altos ejecutivos del grupo Samsung, entre ellos el vicepresidente del conglomerado, Choi Gee-sung, aunque por el momento no han solicitado su detención.
En la víspera, la sobrina de la "Rasputina", Chang Si-ho, admitió ante el mismo tribunal que chantajeó a Samsung en colaboración con su tía, a la que señaló como cerebro de la trama de corrupción que ha sacudido Corea del Sur y causado la destitución de la presidenta Park.
Por su parte, Choi, de 60 años y presa desde el pasado noviembre, volvió a negar por boca de su abogado todos los cargos que se le imputan, entre los que figuran abuso de poder, chantaje e intento de fraude.
