FICCIÓN CONTRA FICCIÓN
Muchos acusan a la literatura de ser pura ficción y estar alejada de la realidad. Puede considerarse a los lectores de novelas como tránsfugas de la vida cotidiana, se sumergen en ellas con el fin de evitar enfrentarse a lo doloroso, se identifican con los héroes a manera de fórmula mágica para combatir al mundo. Por algo las series de superhéroes han tenido éxito en los jóvenes, como antiguamente lo tuvieron los mitos que los primeros pueblos inventaron para explicarse el mundo y su sentido de ser y con lo cual fundaron la cultura.
De la ficción, el hombre no se ha podido desprender ni podrá. Para mí, lo que dicen que es la realidad se encuentra llena de ficción que se alimenta todos los días con los discursos que se pronuncian a todos los niveles: los políticos, los religiosos, los familiares, los educativos.
Si recordamos bien, los primeros dioses se crearon para ordenar el caos que era el mundo y la naturaleza; con el orden, se le imprimió un fin a las cosas; con ello se descubre que para la consecución de un fin, existen las leyes, la de la naturaleza y la de los hombres, necesarias para mantener un orden que nos ayude a conseguir las metas. Premios y castigos existen en relación de la observancia de esas leyes.
En la actualidad, es lo mismo; el discurso político nos habla de un pretendido orden que nos llevará a un fin, del cual se desprenden leyes que rigen nuestro comportamiento y donde existen los mismos premios y castigos que se le imponen al hombre.
La mitología desembocó en una religión que regía la vida de los hombres para llevarlos a un paraíso terrenal casi siempre más allá de este mundo. En la actualidad, las ideologías rigen la vida de los hombres para llevarlos a un paraíso que se supone es la propia sociedad en construcción, nada más que en este caso, se llaman, sistemas políticos o sociales.
"El bien común", "Justicia para todos", son su añoranza. "Igualdad", una pretensión que a través de tantos siglos de historia hemos venido buscando sin encontrarla, y que tampoco queremos aceptar que a lo mejor son ideas producto de la ficción.
Las varias corrientes ideológicas que en este momento imperan en el mundo, no han concretado sus objetivos en ningún país. En Estados Unidos, el capitalismo se contradice, la pretendida libertad del dejar hacer y pasar pone su barrera a cierto tipo de personas que se consideran indeseables. Todos los que están en ese país llegaron de otras partes buscando construir su futuro. Trump está negando su propia historia al oponerse a la migración actual, al tratar de controlar desde el estado, la vida económica, cuando el liberalismo reducía al mínimo la influencia del estado en la vida de los negocios. Ya hizo trizas su propia ficción.
Tampoco, por parte del socialismo, ha sido mucho lo que se ha podido conseguir. La pretendida igualdad ha cobrado como precio la libertad. Son pueblos que continúan teniendo problemas de supervivencia y han tenido que aceptar que los modelos del capitalismo son válidos para poder sobrevivir. La imagen del proletariado como el hombre bueno y justo se desvanece, nunca perteneció al verdadero análisis humano. Fue producto de un imaginario colectivo.
Ficción ha sido el discurso de nuestros políticos mexicanos, que en lugar de llevarnos a donde nos iban a llevar, ahora resulta que siempre no. La gasolina subió de precio, la luz salió cara, el gas lo mismo y nos sentimos engañados porque nuestros bolsillos resienten las malas políticas aplicadas. El discurso, que alimenta la ficción, intenta hacer entender lo que no es entendible, porque ya no se tiene ni fe ni esperanza en el discurso. ¿Dónde está la realidad?
El caos se ve a la vista y las personas se aprovechan de las circunstancias. El pretexto existe para arrasar con los supermercados sin sentirte culpable. La corrupción somos todos, compañeros.
Este es un año muy difícil. Hay muchos peligros en los cuales podemos caer. La desconfianza es absoluta. La fuerza se quiere imponer. Saltarán muchos liderzuelos que intentarán pescar en aguas turbias. Podemos caer en sus manos.
Habrá que buscar en la ficción el orden del caos.
ENSAYO SOBRE LA CULTURA
