En política nada es casualidad
Desde que tengo memoria, siempre he dudado de los discursos políticos, cada vez que escucho lo mismo a candidatos de todos los partidos, funcionarios públicos, legisladores, presidentes, etc. no se si reír o enojarme, la mayoría de las veces siento que o son tontos y sólo repiten lo que quienes les redactan sus discursos les pasan, o son muy buenos actores y con cinismo pretenden que les creamos, en todo este sexenio como tal vez también en otros, nos quieren hacer creer que vivimos en un País donde prácticamente no hay inflación y los precios no suben, claro, como la inflación es muy baja, no es necesario incrementar los salarios ¿verdad?
Creo que el INEGI y sus reportes deberían servir como libretos de películas de ficción, con el aumento de la gasolina, mucho se ha especulado de si el mismo gobierno está detrás de los supuestos saqueos de tiendas, ¿acaso no ha sido extraño que en nuestras tan patrulladas ciudades en donde a quien roba unas latas de comida se le deja caer todo el peso de la ley, en dichas tropelías nunca llegaran policías ni soldados y en algunos casos sólo llegaran a observar?
Hoy nos inunda el presidente Peña y todo su gabinete con discursos llamando a la unidad, a cerrar filas, nos dicen que son tiempos de unirnos (¿a ellos?) por el bien de México, a renunciar a todo tipo de situaciones que originen una mala imagen de México en el extranjero. ¡Qué burdos y planeados se ven los eventos de los últimos días! Espero que, si ellos están detrás de todos los desórdenes, su treta no les resulte y los ciudadanos les cobren su mala manera de gobernar en las urnas, que avancemos como sociedad hacia una ciudadanía crítica, más analítica, que no se deja manipular tan fácilmente, que sepan que no les creemos ni en sus cifras alegres ni en sus pactos, ni en sus promesas de reformas que no funcionan, y que sólo los hechos y el mejoramiento del nivel de vida de una mayoría de los mexicanos, no sólo de unos cuantos, nos hará volver a creer, aunque sea de manera mínima, en quienes nos gobiernan.
Gerardo Vázquez
Gómez Palacio, Dgo.
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El amigo ruso de Trump
Los vínculos de Rex Tillerston con Vladimir Putin amenazan con complicar su ratificación en el Senado como próximo Secretario de Estado. No pocos senadores republicanos han expresado sus reticencias a un candidato que, como presidente de ExxonMobil, fue condecorado por el Kremlin con la Orden de la Amistad. Se puede argumentar que Tillerston actuó conforme a los intereses de su empresa, no por convicciones ideológicas, pero su nombramiento se une al de otros conocidos rusófilos para cargos como el de asesor de Seguridad Nacional. Y se produce en plena investigación sobre la actuación de dos grupos de hackers rusos para favorecer la campaña de Donald Trump frente a Hillary Clinton.
En esa campaña, el presidente electo defendió una política más cercana a Putin en asuntos como Ucrania, lo que no deja de resultar inquietante para Europa y otros aliados tradicionales de EU. Claro que de nuevo Trump puede escudarse en el pragmatismo. El verdadero rival de Washington no es Moscú, sino Beijing. Y después de todo, el líder ruso puede tener razón en que Bachar Al Asad representa el mal menor en Siria. Pero en política pragmatismo significa también prudencia. Un presidente de EU que actúa como un empresario agresivo al frente de un equipo con escasa o nula experiencia política no contribuye precisamente a serenar los ánimos.
Valentín Abelenda Carrillo
Girona, España.
