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Peligro inminente

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Los albores de 2017 no hacen otra cosa mas que prever un año con un futuro negro. El efecto Trump golpea una y otra vez la economía nacional, particularmente en la cotización del peso frente al dólar, que se deprecia cada vez que el copetudo presidente electo de los Estados Unidos lanza un tuit amenazante a la industria automotriz instalada en México y que provee el mercado norteamericano, o descalifica el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). En su primera conferencia de prensa del año efectuada antier, el magnate norteamericano y próximo presidente, remarcó una vez más su carácter pendenciero en términos generales, pero tuvo tiempo para referirse a asuntos particulares con nuestro país: persiste en construir un muro en toda la frontera y que éste sea pagado de alguna u otra manera por México y conserva su postura acerca del Tratado de Libre Comercio al cual bajo su consideración la primera superpotencia mundial ha permitido que los mexicanos tomemos ventajas desproporcionadas sobre las condiciones estipuladas en el propio tratado.

Así pues la constante depreciación del peso que desde que Enrique Peña Nieto asumió la presidencia de la república el primero de diciembre de 2012 al martes 8 de noviembre pasado - fecha en la que se celebraron las elecciones presidenciales en los Estados Unidos- había sufrido ya una depreciación del 47 %, a la cual hubo de agregarle un incremento más tan sólo en 65 días de un adicional 17 %, convirtiendo a la moneda mexicana en la más devaluada en el mundo en los últimos años y resultado a la postre en una destrucción de poder adquisitivo y patrimonial de todos los mexicanos, habría que sumarle la decisión de imponer un aumento promedio del 20 % en el precio de las gasolinas y diésel en el país.

Más allá del encono natural e irritación social que dio origen a legítimas protestas, y a oportunistas y execrables saqueos tumultuarios a tiendas departamentales, de autoservicio y conveniencia, el debate sobre la pertinencia de haber retirado el subsidio por completo al precio de los combustibles con el argumento de que éste beneficia a los más ricos y no afecta en gran medida a las clases populares, pareciera un yerro de graves consecuencias para todo el país.

En cierto que las clases que más dinero perciben son mayormente beneficiados por ese subsidio terminado hace 12 días. Pero es mentira que el dichoso aumento no afecte a las clases populares y que no vaya a desatar un efecto inflacionario en la canasta básica. Eso sin considerar la absoluta falta de autoridad moral de un presidente que quiere explicar las razones que lo llevaron a tomar esta impopular medida (justificada si se quiere ver así desde el punto de vista técnico) que lo que resulta es una alta exasperación en el pueblo en general.

A manera de ejemplo, en la ciudad de Torreón, el Cabildo autorizó un aumento a la tarifa del transporte en autobús para llevarlo de 9 a 11 pesos siendo éste un incremento de 22 % que le afecta sí, a las clases más populares.

Pero la situación que ciertamente es generalizada en todo el país, pudiese convertirse en una verdadera emergencia para la Comarca Lagunera, que ha visto florecer su desarrollo basado en la importancia, tamaño y capacidad del sector primario y de la propia agroindustria que se ha generado paralelamente.

El día de ayer todo el sector productivo se reunió para informar que con la depreciación brutal del peso, más el 20 % de incremento en el diésel, prácticamente los productores medianos y pequeños están condenados a la desaparición.

Los granos (el maíz blanco y amarillo fundamentalmente) que son esenciales en las dietas diarias que se les suministra a las decenas de miles de vacas lecheras que se encuentran en los establos laguneros, las semillas, los equipos de ordeña y sus refacciones y el diésel, son los insumos fundamentales que utilizan para producir y que por razones obvias, hoy afrontan una situación que de no atenderse, pronto será insostenible.

¿Se puede anticipar qué sucederá si el problema no es atendido con celeridad? Ocurrirá una contracción sensible en la actividad económica de La Laguna que romperá esta racha de progreso de apenas unos cuantos años, luego de los años negros de la violencia y desprecio por la promoción económica de los gobiernos estatales que apenas se había roto.

Peligro inminente que requiere la atención de todos. A nadie conviene que este pilar de la economía lagunera sea masacrado por estas tempestades que nos rebasan del ámbito local (depreciación y gasolinazo). Esto no quiere decir que se soslaye el tema pendiente del uso sustentable de los mantos freáticos y en general del entorno ecológico de la región y que por décadas no ocurre, pero torpe aquel que no reconozca la importancia de un sector que ha traído prosperidad a miles de familias de la región y una cierta identidad para con los laguneros. Desafortunadamente poco se podrá esperar que el gobierno federal haga al respecto para La Laguna, que poco le importa, basta ver cómo tiene al país entero.

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