— Arthur Miller
Al querer explicar y justificar el gasolinazo -medida que rechaza el 99 por ciento de la población- Enrique Peña Nieto nos preguntó qué hubiéramos hecho de estar en sus zapatos. Sin mayor preámbulo y bajo el entendido de que el hubiera no existe, me permito sugerirle al presidente las siguientes medidas, todas sencillas y fáciles de aplicar.
1. Lo que más lastima y enoja a los mexicanos es la corrupción. Existe la creencia generalizada de que durante la actual administración, ésta ha alcanzado niveles jamás vistos. Mientras no vayan en serio en aras de combatirla, no habrá manera de revertir el mal humor social que aqueja a la mayoría de los ciudadanos.
2. Eliminar muchos de los privilegios de la clase política, entre ellos los salarios y bonos astronómicos de los representantes de los tres poderes de la Unión, con especial atención a quienes laboran en instituciones como el INE. Reducir en un diez por ciento el sueldo de la alta burocracia como ha planteado el presidente, es una medida que no resolverá nuestros problemas.
3. Bajar de manera significativa el gasto del gobierno. Desde el principio del actual sexenio advertimos con particular preocupación que se estaban contrayendo niveles de deuda gubernamental de fuerte tufo a otros ayeres, que derivaron en profundas crisis económicas. Nos dijeron que estábamos locos; hoy las calificadoras señalan que la deuda asciende al 50 % del PIB.
4. Dejar de proteger a gobernadores, especialmente aquellos emanados del PRI, por presuntos favores a la campaña presidencial del 2012. Mientras se permitan los Duarte, Moreira, Borges, Montiel, Medina y otros tantos ejemplos, los ciudadanos seguirán pensando que el sistema político mexicano no es más que una pandilla de diferentes colores pero con las mismas intenciones.
5. Vigilar a los partidos políticos y eliminar significativamente o en su totalidad de ser posible, el financiamiento a los mismos. Resulta inadmisible que existan tantos y que una democracia joven e imperfecta sea una de las más caras del mundo.
6. De poco ha servido el gasto gubernamental en publicidad, pues la imagen del gobierno es mala por decir lo menos. Si bien es necesario publicitar las acciones que se emprenden en beneficio de los mexicanos, nada justifica que la administración de Peña Nieto haya dilapidado miles de millones en dicho rubro.
7. Ser más tolerante a la crítica y ni impedir la libre expresión de las ideas. Si algo ha caracterizado a este gobierno, es su piel delgada y arrogancia frente a la opinión de diversos comunicadores y medios. En lo que interpreto como una franca regresión a fórmulas del pasado, durante estos cuatros años se ha perseguido y hostigado a periodistas y medios incómodos a nivel regional y nacional. De toda suerte, la existencia de redes sociales y otros foros de expresión, a la larga harán imposible cooptar el libre flujo de dichas voces críticas e indispensables en cualquier democracia que se respete.
8. Ampliar la base tributaria y rediseñar la miscelánea fiscal, mal llamada reforma hacendaria. No es posible a que las clases medias, históricamente tan golpeadas por nuestro sistema recaudatorio, sean las únicas que paguen impuestos. Urgente mirar a esos millones viviendo en la economía informal, muchos cobijados por intereses políticos en tiempos electorales.
9. Invertir y destinar muchísimos más recursos en salud, educación, cultura, ciencia y tecnología y fomento del empleo. Ahí radica la solución a la gran mayoría de los problemas de nuestra nación. No le busquen tres pies al gato: un país educado y con acceso a un sistema de salud pública de avanzada es a lo que debiéramos aspirar.
10. Como propuso el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, aumentar la inversión en Pemex. Resulta un sinsentido que mientras la empresa esté en quiebra, líderes sindicales como Carlos Romero Deschamps se enriquezcan a manos llenos.
11. Dejar de robar, y aquí incluyo a todos los sectores de la vida nacional: políticos, empresarios y ciudadanos de a pie. La corrupción le cuesta a México casi el diez por ciento del Producto Interno Bruto.
12. Comprender mis limitaciones y entender con humildad que hay encargos para los cuales no estamos capacitados o claramente nos rebasan. A este gobierno simple y llanamente le quedó muy grande la yegua. Enorme diría yo. Por ello, seamos mucho más juiciosos al elegir al siguiente.
Por mi parte es todo, querido lector. Imagino que tú tendrías más de una sugerencia que hacerle al presidente. De reclamos mejor ni hablemos…
Nos leemos en Twitter y nos vemos por Periscope, sin lugar a dudas: @patoloquasto
