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El precio de la gasolina

¿Qué debería haber hecho el gobierno?

Mensaje en cadena nacional del presidente Enrique Peña Nieto por el alza de precios de la gasolina el pasado 5 de enero. Foto: Notimex

Mensaje en cadena nacional del presidente Enrique Peña Nieto por el alza de precios de la gasolina el pasado 5 de enero. Foto: Notimex

RUBÉN CARO JUÁREZ

¿El destino nos alcanzó? Es la pregunta que la mayoría de los mexicanos nos deberíamos hacer en estos momentos porque la situación de aumento en el precio de los combustibles y desabasto que se está viviendo en el país es el resultado de décadas de una mala política de administración de los recursos naturales, lo cual está derivando en una pérdida de la seguridad energética de la nación.

Y es que la mayoría de los ciudadanos de mediana edad en alguna ocasión habían escuchado sobre la situación que prevalece en Petróleos Mexicanos (PEMEX); que es saqueado por la hacienda pública, que toma hasta el 70 por ciento de las ganancias de la paraestatal, que la gasolina estaba subsidiada, que el país no refina la cantidad suficiente de combustible para satisfacer la demanda interna, que los dirigentes sindicales de Pemex llevan una vida de lujos sólo comparable con los jeques de medio oriente, en fin. La información sí fluía, pero como es costumbre en nuestro país, el problema se dejó crecer hasta que se hizo insostenible.

Hoy un gobierno federal con poca o nula credibilidad decide que es el momento de pedir que los ciudadanos que “más tienen” se aprieten el cinturón, comenzando un proceso de liberalización de los precios de los combustibles, lo cual en teoría es algo que se debió hacer hace mucho tiempo, pero de una manera más planificada y siempre con la garantía de que el país contara con una infraestructura petroquímica capaz de ser competitiva con las demás empresas petroleras multinacionales.

LIBERTAD

La liberalización -también llamada flexibilización- del precio de los combustibles, significa que ya no será el gobierno el que mes con mes dicte el precio al que estos se deben de ofrecer, sino que será el mercado, sujetándose a factores como el precio del petróleo, la competencia entre las distintas marcas que distribuyan el combustible y el desarrollo de la infraestructura en las localidades.

Esta flexibilización se comenzó a hacer pública durante el año pasado con diversos pronunciamientos por parte de las dependencias federales, pero fue hasta diciembre cuando se hizo oficial que esta liberalización de los combustibles, que estaba prevista para hacerse en 2018 de manera general, se adelantaría para el 2017 y se haría de manera gradual y regulada; comenzando así con una etapa transitoria en la que la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dividirá el país en 90 regiones que coinciden con la manera en que Pemex organiza la distribución de los combustibles, en estas regiones el precio variará del primer día de enero de 2017 hasta el 3 de febrero, posteriormente se harán dos actualizaciones semanales y a partir del 18 de febrero se determinará de manera diaria.

¿COMO SE CALCULARÁ EL PRECIO?

De ahora en adelante, según lo ha expresado la Secretaría de Hacienda, los precios de la gasolina y el diésel dependerán primordialmente de cuatro factores: el tipo de cambio, el precio internacional del petróleo, los impuestos (IEPS e IVA) y costos de logística (producción, transportación, almacenamiento y distribución).

En el papel suena muy coherente que sea establecido el costo de la manera anterior, ya que en un mercado competitivo estas reglas son las básicas para la oferta y demanda, pero hasta el momento Pemex es el dueño de toda la infraestructura de extracción, almacenamiento y distribución en el país. Por lo que para ver los resultados de un verdadero cambio es necesaria la entrada de nuevos actores o inversionistas en las diferentes etapas del proceso.

GOBIERNO

En los últimos días el gobierno federal ha tratado de contrarrestar el enojo de amplios sectores de la sociedad por medio de varios comunicados y un mensaje del mismo presidente Enrique Peña Nieto en el que dio a conocer que la principal razón de la aplicación de esta apertura de los precios era “proteger la estabilidad económica”. Acompañó esta afirmación con ejemplos de cómo impactaría el seguir aplicando el subsidio durante este 2017, asegurando que equivaldría a dejar de operar el programa Prospera por dos años o suspender el funcionamiento del IMSS por cuatro meses, entre otras calamitosas medidas que afectarían principalmente a los que menos tienen. El ejecutivo insistió en la idea que había planteado un día antes, de que la decisión de elevar el precio de las gasolinas es dolorosa, pero es la única opción para no desestabilizar la economía, rematando con una pregunta retórica: “¿Qué hubieran hecho ustedes?”.

Peña Nieto afirmó que esta decisión se tomó no sin antes implementar un programa de austeridad en el gobierno federal. Sin embargo, esto del ahorro gubernamental contrasta con los datos duros que señalan que de 2000 a 2015 el gobierno federal no ha dejado de ejercer más recursos de los que presupuesta. En 2015, por ejemplo, la federación gastó 222 mil 570 millones de pesos más de los 4.694 billones presupuestados y todo parece indicar que la tendencia a gastar más continuó en 2016, aunque esto se sabrá con exactitud hasta dentro de unos meses, cuando se publique cuando se presente la siguiente Cuenta Pública.

Lo más interesante es que mientras que le gobierno pregona un plan de austeridad y asegura que no hay otra opción más que el incremento en el precio de la gasolina para no desestabilizar la economía, existen rubros en la Cuenta Publica que están creciendo de manera alarmante, como lo es Comunicación social y Publicidad, que en 2015 pasó de dos mil 695 a siete mil 618 millones, es decir, casi se triplicó. Así podríamos seguir escudriñando los destinos de los recursos hacendarios y veríamos que sí hay otras maneras de paliar este golpe a la economía nacional.

Por otra parte, el gobierno no explica de manera contundente qué acciones se tomarán para que el país cuente con infraestructura que haga rentable la operación de Pemex; porque de que la petroquímica es un negocio rentable a nivel internacional lo es, sólo que se debe de incentivar la construcción de refinerías y adecuar las que existen para que de verdad sean rentables y no pase lo que pasó con el caso de Teléfonos de México, que en su día dijeron no era un negocio rentable, pero hasta hoy sigue siendo una empresa sólida.

El gobierno debe, sobre todo, combatir la mala aplicación de los recursos que es lo que más molesta a la sociedad en general.

VENTAJAS Y DESVENTAJAS

Vuelvo a insistir, debemos hacer una reflexión de la actual situación porque obviamente nadie en su sano juicio estaría en contra de una apertura del mercado que nos haga transitar hacia un precio real y correspondiente de la gasolina con la realidad internacional.

Aquí lo que no cuadra es que nos quieran decir que toda la culpa es del exterior, que el gobierno no pudo implementar políticas anticipándose a este evento y que crean que repitiendo una mentira esta se hace realidad, por ejemplo el afirmar que el aumento en los precios de los combustibles no debe afectar en lo más mínimo los precios de los demás bienes y servicios.

Aclarado lo anterior, debemos decir que sin la flexibilización de los combustibles tenemos como desventajas que no existen incentivos para mejorar la calidad y servicio. Además de que a la larga existirían menos gasolineras de las que nuestra economía necesita, asi como infraestructura de transporte y almacenamiento, de modo que con el tiempo el fantasma del desabasto se haría presente.

Con la flexibilización se fomenta que existan más empresas para que el cliente pueda elegir la que más le conviene, a su vez habrá mejor calidad y servicio, se incentiva la inversión en infraestructura que el país requiere para impulsar su desarrollo, con el tiempo las reglas serán más claras en la fijación de precios.

TAREAS PENDIENTES

Esta nueva etapa en la economía mexicana es muy importante, como se dijo al principio, el futuro ya nos alcanzó y para variar nos encuentra en un momento económico muy delicado para las finanzas nacionales.

Como sociedad debemos de estar mejor informados para poder ejercer acciones más organizadas que nos permitan incidir en las decisiones políticas que indiscutiblemente están también inmiscuidas en este tema, por ejemplo, no se ha mencionado por parte de las autoridades la necesidad de cambiar el régimen fiscal de Pemex para que pueda ser más competitiva, así como de auditar la operación del sindicato de Pemex, ya que es incomprensible que los líderes de este sean groseramente millonarios.

También es necesario promover que sean construidas las refinerías que el país necesita y sobre todo que se haga de dominio publico el cómo será la operación de las inversiones privadas en la industria petroquímica, ya que tenemos la experiencia de la banca, en la que el gobierno entregó la misma a los particulares y después la tuvo que rescatar con recursos públicos (Fobaproa), es decir no entregar a cualquier particular las instalaciones existentes y, por el contrario, que los particulares generen nuevas instalaciones que, a su vez, generen empleos y desarrollo.

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Foto: Animal Político/Omar Bobadilla
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Mensaje en cadena nacional del presidente Enrique Peña Nieto por el alza de precios de la gasolina el pasado 5 de enero. Foto: Notimex
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Foto: EFE/PEMEX
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