Durante una década, los miembros de la cofradía de Gülen habían ido ocupando numerosos cargos en la judicatura y la policía, al igual que en el sector educativo, con pleno respaldo del Gobierno hasta 2013. (ARCHIVO)
Las autoridades de Turquía han expulsado a más de 6,000 funcionarios de diversos sectores, con lo que continuaron las purgas iniciadas tras el fallido golpe de Estado de julio pasado.
La policía es el sector más afectado por los tres nuevos decretos al respecto publicados hoy en el Boletín Oficial dado que 2,687 personas serán echadas, seguido del Ministerio de Justicia, con 1.699 funcionarios, y el de Salud, con 838, según la cadena CNNTürk.
Los decretos, emitidos al amparo del estado de emergencia vigente desde julio, expulsan también a 649 académicos, ponen fin al servicio de 149 militares en la Marina y 164 en las Fuerzas Aéreas, así como a 8 personas del Danistay, la máxima autoridad judicial administrativa, y a 135 del Diyanet, el Ministerio de Religión.
Asimismo, se emite orden de cierre de 83 asociaciones en veinte provincias del país, pero se permite la reapertura de once periódicos locales clausurados conforme a anteriores decretos.
Aunque no se ha informado sobre los motivos de estos ceses, continúan la línea de medidas anteriores que intentaban "limpiar" la Administración de simpatizantes del predicador exiliado Fethullah Gülen, al que Ankara atribuye el fallido golpe de Estado de julio.
Durante una década, los miembros de la cofradía de Gülen habían ido ocupando numerosos cargos en la judicatura y la policía, al igual que en el sector educativo, con pleno respaldo del Gobierno hasta 2013.
Desde ese año, una lucha de poder enfrenta a los antaño aliados y las autoridades turcas consideran a la red gülenista una organización terrorista.
