Boca Juniors busca la cima de la tabla en Argentina, mientras que River quiere escalar posiciones. (Archivo)
El partido más importante del fútbol argentino le llega River Plate en un momento inoportuno. Para su antagonista Boca Juniors, en cambio, es una cita ideal.
Cada cual en su rollo pero con la rivalidad intacta, River recibirá el domingo a Boca en el estadio Monumental por la 13ra fecha de la liga argentina, en la que los boquenses están segundos a dos puntos del líder Estudiantes (27).
Los "millonarios" quedaron rezagados a la novena posición con 19 unidades, en parte porque decidieron priorizar la Copa Argentina, certamen en el cual son finalistas junto a Rosario Central. El partido decisivo se jugará cuatro días después del clásico y además de un trofeo le garantizará al campeón la clasificación a la próxima edición de la Copa Libertadores.
De tratarse de otro rival, River apostaría por una formación suplente, más teniendo en cuenta que a la liga le resta una ronda que se disputará en el primer semestre de 2017.
"Lo más importante para nosotros es la final de la Copa Argentina...Esa es la realidad, acá no hay demagogia", admitió el técnico Marcelo Gallardo. "El campeonato todavía te da margen, te da tiempo... no es decisivo el partido del domingo, en cambio el del jueves sí".
Pero Gallardo --ganador de cinco títulos, todos internacionales, desde que llegó a la banca de River en 2014-- aceptó que "el clásico hay que jugarlo con la seriedad que corresponde, claro que sí y por eso vamos a jugar con lo mejor que tenemos y vamos a tratar de ganarlo".
River, además, no le gana a su clásico rival en casa desde 2010 por torneos locales.
Para Boca, el equipo más goleador del certamen con 27 dianas, un triunfo en el clásico sería un consuelo en el final de un año seco de títulos. Ni hablar si además deja a su archrival con el ánimo por el piso en la previa de una final.
También es un duelo para ratificar o no el alto nivel que ha mostrado en las recientes victorias sobre San Lorenzo y Racing Club, las cuales coincidieron con el regreso de Fernando Gago tras casi siete meses parado por una segunda rotura de talón de Aquiles. El volante le dio juego y orden al mediocampo del equipo de Guillermo Barros Schelotto, que tiene a Carlos Tévez como otro pilar fundamental.
"El equipo va de menor a mayor y mejorando cosas", apuntó Barros Schelotto. "Sería muy bueno ganarlo (al clásico). Ganarle a River y Colón (rival con el que cerrará el año de local) sería fantástico por la cantidad de puntos que podríamos llegar a tener".
Sin pasaje a la Libertadores ni la Copa Sudamericana, la liga local será el único refugio para los xeneizes en 2017.
En River regresará Jonathan Maidana, baluarte de la defensa, tras un mes inactivo por un desgarro. La incógnita pasa por el lateral izquierdo, en el que el uruguayo Camilo Mayada y el juvenil Luis Olivera pelean por el puesto.
En la otra vereda, las dudas pasan por el zaguero Fernando Tobio, ausente en los dos últimos partidos por una contractura, y el volante Pablo Pérez, con una molestia muscular. Si no se recuperan, Juan Insaurralde seguirá en la defensa mientras que el colombiano Sebastián Pérez jugaría en el medio.
