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Retos virales y peligrosos

Las tendencias de belleza más nocivas de internet

A4 paper. Foto: Archivo Siglo Nuevo

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ALEXIS ROJAS

Las tendencias de belleza, en especial de las mujeres, siempre han sido un tema de debate, el cual se ha ampliado ahora que gracias a las redes sociales, estas impactan con mayor fuerza y llegan casi a todos los rincones donde exista una computadora con acceso a internet.

A lo largo de la historia se puede observar que siempre ha existido un canon de belleza, tanto masculino como femenino, aunque casi siempre será más rígido en el caso de las mujeres. Lo que se considera la “imagen de la mujer ideal” se ha difundido a través de los diferentes medios de comunicación en las últimas décadas, asociando ciertos estándares estéticos con la belleza femenina e impulsando a las mujeres, sobre todo a las más jóvenes, a lucir como las modelos o estrellas del cine y la televisión.

En los últimos años, a través de las redes sociales, se han vuelto virales diversas tendencias de belleza que reflejan los estándares de belleza actuales de los cuerpos femeninos, los cuales se han alejado mucho de los límites de lo saludable y pueden llegar a perjudicar la salud física y emocional de las personas que intentan imitarlos.

Las tendencias a las que nos referimos nacen como retos virales en redes sociales como Instagram y Facebook, por lo general en las cuentas de personajes famosos, figuras de la farándula que constantemente ocupan los titulares de revistas de moda o secciones de espectáculos. O también en los perfiles de los llamados 'influencers' (personas con un gran número de seguidores en redes).

Influenciados por los medios masivos, que valoran en gran medida el aspecto físico, los seguidores buscan imitar a sus ídolos, lucir como ellos, de tal forma que toman el reto y cuando lo logran publican en sus cuentas su evidencia, una fotografía acompañada del hashtag con el nombre del desafío.

Como ejemplos de estos retos se pueden citar el collarbone challenge, que consiste en sostener el mayor número de monedas en el hueco que forma la clavícula; el belly button challenge o reto del ombligo, consistente en tocarse el ombligo pasando el brazo por detrás de la espalda primero; bikini bridge challenge o puente del bikini, en el que el bikini no debe tocar el abdomen, formando un ‘puente’ con los huesos iliacos; el thigh gap, que promueve tener las piernas tan delgadas que al juntarlas quede un espacio entre los muslos; el A4 paper challenge, en el que las chicas deben probar que su cintura es igual o menor al ancho de una hoja de papel tamaño oficio; y el ab crack challenge, que se popularizó por la modelo Emily Ratajkowski, y que consiste en tener el abdomen dividido en dos de manera exagerada. Sin embargo, según la revista Glamour, esta tendencia no es sino una lesión conocida como diástasis abdominal y sucede cuando se abusa de los ejercicios abdominales tradicionales hasta romper el tejido conectivo que los une.

Todos estos retos promueven la delgadez en extremo y sucede que al no poder cumplirlos, el estrés se hace presente en la persona que los intenta, lo que, según expertos, puede desencadenar no sólo frustración, sino desórdenes alimenticios. El estar expuestas permanentemente a la imagen de la “mujer ideal” puede llevar a algunas mujeres a tener una imagen distorsionada de su propia figura y desencadenar este tipo de trastornos.

DELGADEZ, SINÓNIMO DE BELLEZA

En la actualidad, las mujeres tienen una mayor presión que los hombres de ser delgadas y ajustarse a los estándares de belleza, por lo que muchas féminas descalifican su propia figura comparándose con las modelos y actrices que se muestran constantemente en los medios de comunicación (televisión, cine y hasta juegos de video e internet).

El rol estereotipado de la mujer actual cuenta con dos características centrales: la preocupación por la belleza y la búsqueda obsesiva de ella. La premisa parece ser que para que una mujer lo sea a cabalidad, debe ser atractiva, lo que significa estar delgada y cuidar su aspecto. Al menos en las sociedades occidentales, donde se privilegia el valor de la apariencia, el ser delgada representa éxito, competencia, control y atractivo sexual.

Es por esto que decenas de modelos y actrices con figuras delgadas o voluptuosas han ganado gran popularidad en redes sociales. Asimismo se ha popularizado la costumbre de seguir dietas de modelos famosas de talla mundial o sus rutinas de ejercicio, al igual que se han vuelto populares los ya mencionados retos en redes sociales que promueven la delgadez de las mujeres.

No obstante, según confirman muchos expertos, los estándares de belleza compartidos por los medios masivos son, en muchos de los casos, inalcanzables para la mayoría de las mujeres, no sólo porque las modelos son personas dedicadas enteramente al entrenamiento físico puesto que su trabajo implica “estar en forma”, sino que la propia genética de cada persona influye de gran manera en la forma en cómo se ven.

BASE DE TRANSTORNOS

El entorno sociocultural es el factor que más influencia ejerce en las mujeres para enfocarse en su físico, señalan Stice y Shaw en su estudio Papel de la insatisfacción corporal en el inicio y el mantenimiento de la patología alimentaria; la presión por estar delgadas les llega de diferentes lugares, incluyendo la familia (padres y hermanos), los medios masivos -hoy en día las redes sociales en mayor medida- y parejas sentimentales.

Dicha presión puede ser comunicada directamente como "la necesidad (de la persona) de perder peso", o llegar indirectamente a través de personas que hablan de sus ganas de hacer una dieta o de los anuncios de las revistas, la televisión e internet acerca de productos que ayudan a la pérdida de peso.

Según un estudio realizado en 1997, sobre la influencia de las revistas en la satisfacción con el cuerpo, las mujeres expuestas a revistas de moda mostraron una menor satisfechas con su figura, mayor temor a engordar y preocupación por ser delgadas; contrario a aquellas que están alejadas de estos productos.

Otro estudio realizado en 2003, refleja que al menos el 40 por ciento de las adolescentes de entre 12 y 15 años sufren de anorexia nerviosa, trastorno que se define como un descontento con el cuerpo que lleva a una búsqueda fanática de la delgadez, lo cual puede derivar en una pérdida de peso desproporcionada y desnutrición.

La anorexia nerviosa puede comenzar en la niñez, tomar fuerza en la adolescencia y permanecer hasta la adultez. Si bien aún no se conoce su causa específica, se reconocen hace tiempo factores desencadenantes, tales como hacer dieta para bajar de peso o estar expuestos a comentarios críticos acerca del peso, sobre todo en adolescentes.

ROMPIENDO ESQUEMAS

Recientemente, otras campañas que pelean ante las tendencias habituales han tomado fuerza tanto en redes como en revistas. Algunas marcas de ropa y revistas como Sports Illustrated se han arriesgado al optar por modelos con figuras más acordes con el promedio mundial. Las modelos plus size han ganado terreno en el mundo de la moda y cada vez gozan de mayor aceptación.

Los esfuerzos por combatir las tendencias nocivas para la salud física y psicológica de las mujeres surgen poco a poco de los más variados ámbitos. Hace poro, por ejemplo, Barbie dio a conocer una serie de muñecas que rompen con los estándares que propuso por varias décadas y reconocen la diversidad de cuerpos, estilos y colores de piel.

Aunque estas tendencias aún no tienen un impacto similar a las tendencias habituales se tiene la confianza de que poco a poco ayudarán a más mujeres a aceptarse tal y como son.

En palabras de Kristin J. Homana y Tracy L. Tylka, en su estudio sobre la apreciación del cuerpo (Body Image, 2004), la aceptación del cuerpo propio y sus desigualdades con los ideales de belleza de la sociedad; respetar las necesidades de este y mantener hábitos saludables, además de rechazar los ideales de apariencia irreales, representa no sólo un fin saludable contra la insatisfacción con el propio cuerpo, sino que se refleja en el bienestar de las personas.

Es decir, mujeres que cesan las comparaciones con las tendencias de belleza, han mostrado menores grados de angustia, ansiedad, depresión y estrés. También presentan altos grados de satisfacción con la vida, conexión social y motivación.

Hasta el momento, no existen estudios que demuestren que de la misma forma en que compañeros, amigos y familiares pueden empujar a una persona al autodescalificación de su figura, puedan evitarlo. Sin embargo, la prevención es uno de los factores clave. Enseñar a los jóvenes sobre el ejercicio, nutrición y cómo resistir la presión sociocultural de la imagen ideal del cuerpo puede significar salud y aceptación para toda la vida.

Belly button challenge. Foto: Archivo Siglo Nuevo
Belly button challenge. Foto: Archivo Siglo Nuevo
A4 paper. Foto: Archivo Siglo Nuevo
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Ashley Graham, modelo plus size. Foto: Forever 21
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