Gran parte del conocimiento que poseemos sobre la conquista de México se debe a los manuscritos realizados por descendientes de tlatoanis mesoamericanos como Fernando Alva Ixtlilxóchitl, de quien hoy se cumplen 366 años de su fallecimiento.
Su relato comienza con las leyendas del nacimiento del mundo y acaba con la conquista del Imperio Azteca por parte de Cortés, cuando las tropas españolas sitian Tenochtitlan, sin embargo, el final no se ha logrado conservar, según da cuenta aztlanvirtual.com.
Fernando Alva Cortés Ixtlilxóchitl nació en 1568 y falleció el 25 de octubre de 1650, mestizo que fue nombrado así, en memoria del conquistador de Tenochtitlan, Hernán Cortés. Sus padres eran Juan de Navas Pérez de Peraleda y de Ana Cortés Ixtlilxóchitl.
Fernando Alva fue descendiente directo de los reyes de Acolhuacan y de Tenochtitlan, asimismo su bisabuelo fue Hernando Ixtlilxóchitl, último tlatoani de Texcoco, también llamado Ixtlilxóchitl II, tataranieto de Nezahualcóyotl, acota el sitio es.wikipedia.org.
Gracias al arzobispo de México Fray García Guerra, su familia fue nombrada noble y se les otorgó un pequeño señorío hereditario. Además, Fernando se distinguió como alumno en el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, fundado por el Fraile Juan de Zumárraga, el primer obispo de México.
En aquel lugar aprendió náhuatl y castellano. Vivió en San Juan Teotihuacán, entre 1600 y 1604. Entre 1600 y 1608, Ixtlilxóchitl por encargo de los virreyes españoles de Nueva España, escribió La historia de los pueblos indígenas de México.
De acuerdo con biografiasyvidas.com, los estudios de Fernando Alva en el Colegio de Santa Cruz de Tlalteloco y su origen real, le permitieron documentarse con narraciones y testimonios de los ancianos, así como con las pinturas jeroglíficas, de lo cual surgió su Historia chichimeca.
Sin embargo, sus textos no serán considerados crónicas históricas pues no posee un orden cronológico de acontecimientos por descuido, aunque si se les reconoció un especial valor por las noticias que proporciona de manera sencilla, objetiva y muestra gran calidad en sus fuentes.
Hay evidencia de que la Historia chichimeca formó parte de un trabajo más amplio y que el autor le impuso una versión texcocana de la Conquista, en contraste con Hernando de Alvarado Tezozómoc, autor de ascendencia tenochca que promueve una visión más cercana a los mexicas.
El título original de dicha obra es desconocido y con éste se le conoce porque le fue impuesto por Carlos de Sigüenza y Góngora cuando el manuscrito estuvo en su poder. Lorenzo Boturini, propietario del mismo texto unos años después, los llamó Historia general de la Nueva España.
Publicó La relación de pobladores y La historia chichimeca que conformó la colección Kingsborough y sus textos fueron traducidos al francés por Ternaux-Compans.
En 1612 fue nombrado gobernador indígena de Texcoco y al año siguiente fue designado rey del pueblo de Tlalmanalco. Ixtlilxóchitl en su vejez fungió como intérprete en el juzgado de indios.
Ixtlilxóchitl, quien murió el 25 de octubre de 1650, aportó un importante caudal de conocimientos y testimonios para la cultura española, aunque con menos brillantez que el inca Garcilaso, ya que carecía de método y su pobreza crítica no justifican ni explican el silencio de algunos historiadores americanos sobre su obra.
