Siglo Nuevo

La moda y lo 'vulgar'

Hacia una nueva definición

Atuendo por Walter van Beirendonck y sombrero por Stephen Jones (2010). Foto: Ronald Stoops

Atuendo por Walter van Beirendonck y sombrero por Stephen Jones (2010). Foto: Ronald Stoops

REDACCIÓN S. N.

El centro de arte contemporáneo londinense Barbican se pregunta qué es lo que hace que algo sea 'vulgar' en una muestra que recorre cinco siglos de vestimenta femenina, desde la época del Renacimiento hasta Christian Lacroix y Louis Vuitton.

Potente, provocadora y a veces sorprendente, la palabra 'vulgar' evoca imágenes fuertes, ideas y sentimientos en todos nosotros. The Vulgar: Fashion Redefined (Lo vulgar: moda redefinida) es la primera exposición que considera este territorio inherentemente difícil pero totalmente irresistible del gusto, invitando al visitante a pensar de nuevo en qué es exactamente lo que hace algo vulgar y por qué es un término tan sensible y controvertido.

La exposición The Vulgar: Fashion Redefined (Lo vulgar: moda redefinida) abrió sus once salas al público desde el 13 de octubre y hasta al 5 de febrero, y los visitantes podrán sumergirse en las distintas definiciones de lo vulgar, ilustradas con más de 40 modelos de diseñadores que, en su día, fueron considerados vulgares.

Las piezas que conforman la muestra fueron extraídas de importantes colecciones públicas y privadas de todo el mundo, con las aportaciones de los principales diseñadores modernos y contemporáneos como Walter Van Beirendonck, Manolo Blahnik, Christian Dior, Iris van Herpen, Pam Hogg, Marc Jacobs para Louis Vuitton, Stephen Jones, Christian Lacroix, Karl Lagerfeld para Chloé y Chanel, Alexander McQueen para Givenchy, Prada, Jeremy Scott para Moschino, Philip Treacy, Viktor & Rolf y Vivienne Westwood, entre otros.

La exposición demuestra cómo la moda a través de las edades rompe activamente con el gusto y revisa para crear nuevas expresiones de estilo que a menudo son la celebración, el cortejo o la explotación de la llamada vulgaridad y sus placeres posibles.

LA CONCEPCIÓN DE UNA IDEA

Hace dos años, la comisaria Judith Clark y el psicoanalista Adam Phillips discutieron sobre el término 'vulgar', y rápidamente se dieron cuenta de que el concepto era muy amplio y que es común usarlo como algo peyorativo en el mundo de la moda.

El tema les atrajo tanto que decidieron crear una exposición alrededor de esta palabra.

A raíz de esta idea, el ensayista Phillips escribió textos sobre los distintos matices del vocablo, bajo títulos como: Copias de Clásicos, Puritano, Cuerpos Destapados, Demasiado Popular o Común.

Según explicó el también psicoterapeuta, "la exhibición trata sobre la historia del uso de la palabra, la razón por la que algo es vulgar y el hecho de que (el término) se usa con la intención de dividir clases".

Phillips señaló que, en su obra, ha 'jugado' con las denotaciones de 'vulgar' y que originariamente esta palabra significaba “común, disponible, compartido”, pero que a partir del siglo XVII la palabra "evolucionó" y empezó a denotar “ramplón, chabacano, ordinario”.

Por su parte, Clark, experta en moda femenina, se encargó de vestir esos textos con diseños, complementos y publicaciones tanto antiguas como contemporáneas.

Esta exhibición está llena de contrastes, pasa de la extravagancia de los trajes del siglo XVII, con faldas de dos metros y medio de ancho, a la portada de la revista Vogue sobre la boda de Kim Kardashian y Kanye West.

"La exhibición va en contra de todas las presunciones", apuntó la comisaria, que señaló que tras este proceso ha aprendido que "nunca hay que quedarse con una definición".

"Tenía que empezar en el Renacimiento, pues es un período que la gente señala como el principio de la modernidad", subrayó la experta, quien decidió abrir la muestra con un pedazo de casulla -vestidura que se pone el sacerdote sobre las demás para celebrar la misa- hecho de oro entre los años 1480 y 1500.

PIEZAS ICÓNICAS

Esa pieza comparte vitrina junto con Evening ensemble (1937), de la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli, un vestido y capa, tejido con un trenzado dorado.

La primera sala de la exhibición trata sobre "la copia y la idea de que algo se ha devaluado mediante una reproducción comercial de otra cosa e inmediatamente pensé en el Mondrian Dress, pues es el vestido más copiado y hace referencia a un cuadro original".

Según unos de los textos de Phillips, la vulgaridad es algo que hacemos. [...] Los bebés, las nubes, los árboles no son vulgares por naturaleza. La sexualidad del cuerpo es vulgar por la vestimenta o la ausencia de ella.

Acompañan a este pasaje, entre otras creaciones, un abrigo minifalda de 1960 de la empresa francesa Courrèges y un vestido compuesto de cadenas doradas y monedas distribuidas de tal manera que solo tapan las zonas más provocativas de la mujer, creado por Provocateur Varvara en 2015.

Otro enfoque de la muestra versa sobre lo puritano y sobre la concepción de "lo recargado como vulgar".

En esta sección se presenta un traje de alta costura que John Galliano diseñó para Christian Dior en 2009, que recuerda al hábito de una monja pero recargado con volumen.

Según los creadores de la muestra, su objetivo es hacer pensar al público y replantear el termino de la palabra vulgar, que tantas veces es usada para humillar a otras personas.

Dior por John Galliano (2005). Foto:Guy Marineau
Dior por John Galliano (2005). Foto:Guy Marineau
Dior por John Galliano (1998). Foto:Guy Marineau
Dior por John Galliano (1998). Foto:Guy Marineau
Creación de la  rma Provocateur Varvara (2015). Foto: Archivo Siglo Nuevo
Creación de la  rma Provocateur Varvara (2015). Foto: Archivo Siglo Nuevo

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