¿Prisionero del trabajo?

Tu trabajo, ¿te beneficia o te daña? La pregunta es relevante, puesto que aquello que te favorece al permitirte satisfacer las necesidades más básicas y más allá, también puede hacerte daño. Y esto puede suceder de muchas maneras. A lo mejor te está impidiendo construir una relación de pareja debido al exceso de horas que dedicas trabajando. O quizá el desasosiego que te causa trabajar en algo para lo que no eres apto está golpeando duramente tu autoestima. O tal vez es el horario el que te está lesionando físicamente y no te está dejando rendir lo suficiente.

Un botón de muestra en sólo uno de los aspectos que toca al trabajo, la salud física: De acuerdo con una encuesta realizada por OCCMundial, 30% de los profesionistas mexicanos acepta que su trabajo pone en riesgo su salud. Y en general, siete de cada 10 asegura que su salud ha peligrado por la labor que realizan.

Si la respuesta fue "sí, sí me daña", es necesario detectar en qué manera lo está haciendo porque así será más sencillo poner el remedio. En muchas ocasiones éste se encuentra en buscar el balance entre la vida personal y el trabajo. En otras circunstancias, incluso es mejor abandonar el puesto que se tiene actualmente.

 CUANDO TE AFECTA FÍSICAMENTE

Lo físico no está abierto a opiniones. Cuando el trabajo afecta el sueño, la alimentación y el nivel de estrés y no hay forma de compensarlo, el trabajo va a impactar en la vida personal forzosamente y hay que hacer algo al respecto", explica Ana Estrada, directora de la consultoría Brújula Interior.

Quizá la forma más simple de daño es que hayas tomado un trabajo que no se adapta a tu cuerpo. Es necesario analizar estos aspectos de tu vida, la forma en la que estás durmiendo, comiendo y cómo está afectando el estrés que te genera este trabajo en tu vida.

Es decir, quizá tienes que trabajar de madrugada, pero tus ciclos de sueño no logran acoplarse a ello por más que te esfuerzas. En estos casos, no hay vuelta de hoja y es momento de pensar en cambiar de lugar. Si es temporal, quizá valga la pena quedarte, pero si dura más tiempo y estás notando que está generando un desbalance en tu salud, es momento de dejarlo ir.

"Cuando el trabajo afecta lo físico, corre por tu vida. Cuando ves que se trata de algo crónico, en calidad de urgente busca otro trabajo", asegura la especialista.

Hay ocasiones en las que la excesiva carga de trabajo es la que afecta el sueño y la alimentación, y eso termina dañando la salud física.

Y cuando ésta se daña y no sólo eso, sino que afecta de manera crónica, es momento de repensar el puesto que estás desempeñando y buscar otro lugar en el que se pueda laborar sin dañar tu salud.

 NO TE QUEDA TIEMPO

Quizá suena muy obvio, pero si trabajas 12 horas al día, muy probablemente no te quedará espacio para darle a ningún otra área de tu vida que no sea el trabajo.

"Si dejaste de tener citas porque estás inundado de trabajo, o estás en una relación, pero no ves a tu pareja porque estás quedándote mucho tiempo en la oficina, piensa en reevaluar tus prioridades. La verdad es que las prioridades están bajo tu control", señala Nathalie Theodore, una consultora de vida, en un texto para el sitio Mindbodygreen, el cual reúne voces expertas que tratan temas de balance de vida.

¿Qué es lo que quieres en tu vida ahora? Si deseas una relación, más vale que empieces a dejar espacio para conocer o para dedicarle a tu pareja tiempo. El trabajo puede ser muy demandante, pero se trata de que pienses en tus prioridades y busques actuar en consecuencia.

"El trabajo puede ocasionalmente requerirte laborar hasta tarde y saltarte eventos sociales, pero si diario estás hasta las 10 de la noche, piensa en qué es lo que te está haciendo quedarte hasta tan tarde", recomienda la especialista. Es lugar común, pero el tiempo no vuelve, así que es necesario que si no lo has analizado, comiences a pensar qué es lo que realmente te importa más y comiences a dar espacio para que suceda.

 TU AUTOESTIMA ES LA DAÑADA

Ya sea por un jefe problemático o que el trabajo que estás haciendo no encaja con tus aptitudes o con lo que quieres hacer, pero tu labor diaria comienza a hacerte sentir que no eres lo suficientemente bueno o que no vales lo suficiente. "A veces el estrés viene de que te sientes absolutamente inadecuado para la tarea y no sólo no te ayuda a desarrollar las habilidades que te hacen falta, sino que te embarra en la cara que no eres bueno para eso", explica Ana Estrada. Este sentimiento puede hacerte sentir profundamente desdichado y generarte estrés. El estrés a su vez es un círculo vicioso que genera otros síntomas, tanto físicos como psicológicos.

 ESTÁS EN UN AMBIENTE TÓXICO

Si un ambiente laboral positivo es el aspecto que más le importa a los empleados -según una encuesta realizada por Tinypulse- y el cual logra que ellos se comprometan más con la empresa, un clima organizacional negativo puede convertirse en uno de los aspectos más dañinos.

La cultura organizacional es el factor número uno que está correlacionado con la felicidad en el ambiente de trabajo. Ésta es un término amplio que comprende los valores y la filosofía que rige a una empresa y que en consecuencia, se refleja en el ambiente laboral que se vive al interior. Si esta cultura no está basada en el respeto, reconocimiento al trabajo del otro, labor en equipo, y demás aspectos positivos propios de una cultura sana, laborar ahí puede convertirse en dañino para los colaboradores.

"Por ejemplo, si en una oficina el líder es completamente deshonesto, es probable que si el empleado no simpatiza con estas conductas, va a salir afectado por este ambiente de trabajo. Y estará constantemente incómodo, estresado y a causar estragos en la familia y en tu calidad de vida", asegura la consultora de Brújula Interior.

Estar en una oficina en la que existe un ambiente tóxico tiene altos costos para las organizaciones, su productividad, el compromiso con los empleados e incluso los puede afectar.

Por ejemplo, 25% de los empleados encuestados en el estudio "The cost of bad behavior: how incivility is damaging your business and what to do about it" (algo así como El costo de la mala conducta: cómo la descortesía daña tu negocio y qué hacer) admitió haber desquitado su frustración con los clientes.

 CADA VEZ HAY MÁS QUEJAS

Una cosa es tener un trabajo demandante y otra es cuando éste te genera un problema tras otro con tu pareja o tu familia.

"El trabajo muchas veces conduce la vida de todos nosotros, y si no nos protegemos contra el desequilibrio que resulta entre el trabajo y la vida personal, siempre habrá un aumento de conflictos familiares y de estrés resultado de muchas horas y cargas de trabajo", señala el estudio "Work, family or personal life: Why not all three?" ( en español El trabajo, la familia o la vida personal: ¿Por qué no los tres?).

El tiempo familiar cada vez se ve más invadido por la "omnipresencia" de los medios y de internet, aunado con que tanta carga de trabajo termina por afectar al individuo de varias formas, entre ellas la física. Entre 75% y 90% de las visitas al doctor están relacionadas con efectos adversos del estrés, de acuerdo con este análisis.

 VIVES EL "IMPASSE"

Cuando el trabajo en el que estás no te emociona ni te representa un reto, probablemente que comience a afectarte de manera personal. Es decir, que estés más irritable o de mal humor. Y eso, conforme pasa el tiempo, puede empezar a afectarte en la motivación o tus relaciones personales. Sin embargo, este aspecto es el menos urgente -pero no por ello menos importante- porque puedes sentarte a planear tu siguiente movimiento.

"Si yo veo que esto no me da satisfacción a largo plazo, empiezo a planear mi transición. Es importante, pero no te va a pasar nada si no lo haces en seis meses porque necesitas tener estabilidad en ese tiempo", explica Estrada. El que tu trabajo te dé satisfacción y te mantenga motivado es importante; sin embargo, no lleva la urgencia de un empleo que está afectando tu salud.