Promesa. Obama planea al menos un día de la semana para hacer campaña por Clinton.
La Casa Blanca se volcó de lleno esta semana en defensa de la candidatura de la demócrata Hillary Clinton, de cuya victoria depende la continuidad del legado político del presidente Barack Obama, como lo reconoció el propio mandatario.
El involucramiento del mandatario en la campaña presidencial lo llevó incluso a atacar a los otros candidatos presidenciales, el libertario Gary Johnson y Jill Stein, del Partido Verde, ninguno de los cuales tienen posibilidades reales de triunfo.
En una entrevista radiofónica, el pasado miércoles, Obama advirtió que aquellos que se abstengan de votar estarán ayudando a Trump, lo mismo que quienes voten por un candidato de un tercer partido.
Su exhorto se produjo dos días después del primer debate presidencial entre Donald Trump y Hillary Clinton, y en momentos en que ambos candidatos se encuentren empatados en la mayoría de las encuestas de opinión, luego que Clinton vio evaporada la ventaja que mantuvo en el verano.
Obama recordó entonces que aunque dijo su nombre no estará en las boletas electorales, la gente no debe olvidar que esta será una elección de la que depende la continuidad del trabajo hecho durante su presidencia a favor del bienestar del país.
"Mi legado está en la boleta electoral. Todo el trabajo que hemos hecho durante los últimos ocho años está en la boleta y si vamos a proteger todo lo que hemos logrado y seguir avanzando, necesitamos que Hillary Clinton gane", confesó a su interlocutor.