Brandon Moreno debutará ante el hawaino Louis Smolka en la UFC Fight Night 96, en Oregon. (Archivo)
Los golpes en el rostro no son lo único que tienen que soportar los peleadores que buscan conseguir un lugar en la UFC. Alejarse de la familia, mudanzas y labores fuera del octágono son algunos de los sacrificios que los aspirantes tienen que cumplir.
Brandon Moreno es uno de ellos y debutará mañana en el mejor escenario de artes marciales mixtas. El bajacaliforniano confesó que la cultura del trabajo duro le permitió llegar a lo más alto.
“Vengo de una familia muy trabajadora. Mi padre y mi madre me lo transmitieron muy bien. Yo laboré desde joven en el negocio de piñatas de mis papás y ellos siempre estuvieron ahí”.
La disciplina es el motor para que “The Assassin Baby” mantenga su buen nivel sobre el octágono, sin embargo, reconoció que sí existen adversidades para pertenecer al Ultimate Fighter Championship.
“Hay veces que te sientes cansado y aun así tienes que estar en el gimnasio. En el tema administrativo es complicado mantenerte si no tienes patrocinadores apoyándote”.
Moreno se definió como un hombre de familia y el estar alejado de su mujer y su hija es lo más pesado en su carrera como profesional. “Dejar a mi niña y a mi esposa es lo más difícil para mí, es cuando te das cuenta que esto no es un deporte fácil”.
Brandon confesó que hubo momentos en los que dudó acerca de su futuro en la jaula. “Hace unos años estuve muy irregular, no sabía si quedarme o retirarme”, continuó.
“The Assassin Baby” logrará estar en los reflectores del todo el mundo, cuando se enfrente al hawaino Louis Smolka en la UFC Fight Night 96, en Oregon.
“Como todo debut, el mío no será nada fácil”, dijo Moreno, quien no tuvo un campamento de entrenamiento completo. “Tendré enfrente a un peleador que aguanta los golpes y explota muy bien”.
