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Una princesa saudita, hija del rey Jalid, obligó a un decorador que estaba trabajando en su residencia en Francia a que le besara los pies, luego de que él tomara varias fotografías en su presencia.
Según informa la revista 'Le Point', la mujer consideró que el francés tenía intención de sacar algún beneficio económico con su imagen. "Tiene que matar a este perro, no merece vivir", asegura la publicación que fueron las palabras que la princesa dijo al indicarle a su guardaespaldas tomar cartas en el asunto.
El decorador asegura que estaba tomando fotos de la habitación como parte del proceso de redecoración, pero eso no evitó que los guardaespaldas lo obligaran a besar lo pies de la mujer, para luego atarlo y golpearlo.
La revista también informa que el hombre declaró a la policía que además no recibió los casi 21,000 dólares que se ganó con su trabajo por los servicios prestados.
Este tipo de situaciones que ocurren en Europa donde se involucra a familias adineradas de Oriente Medio no siempre pueden ser procesadas judicialmente, dada la inmunidad diplomática que muchas de estas personas reciben.