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De #LadyPiñata a #Lady Coralina

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Hay en el mundo virtual un par de casos que son perfectos para ejemplificar que la actualidad y los avances tecnológicos han modificado radicalmente algunos derechos que solíamos tener las personas.

El primer ejemplo de ellos, fue todo el debate e intercambio de opiniones que rápidamente se mezclaron con improperios contra una mujer torreonense, que desde sus cuentas en redes sociales vertió un comentario acerca de su experiencia durante la comida de cumpleaños de Miguel Ángel Riquelme Solís, celebrada el pasado sábado en el Parque España.

El mensaje que daba esta persona era un intento por realizar una defensa no pedida, acerca de la legitimidad y acierto político de la realización de tan pomposo convite, en tiempos de consabida necesidad en la ciudad que hoy gobierna el festejado, haciendo alusión por una parte a una descripción apológica del alcalde Riquelme, mientras por otro lado también aprovechaba para presumir y concluir que quienes criticaban que se realizara el evento de la manera que ocurrió, era por mera envidia de no haber sido participados.

En los mismos espacios virtuales, quien a la postre sería bautizada como #LadyPiñatas utilizó una expresión despectiva al suponer que aquellos que no fueron invitados, en caso de haberlo sido, hubieran llenado sus bolsillos de los finos quesos que hubo como botana la fiesta en cuestión.

Ese desacierto cometido por la autora de la torpe defensa, dio pie a que ella misma sufriera ataques que fueron mucho más allá que la crítica que pudo desatar la propia decisión del alcalde Riquelme de haber realizado tal evento, así como la pomposidad con la que se realizó.

#LadyPiñata fue objeto de todo tipo de difamaciones y blanco de los soeces adjetivos desde las propias redes. La escalada agresiva hacia ella fue de tal calibre que muchos aprovechados desde el anonimato que también puede proporcionar el mundo virtual, agredieron a la dichosa Lady hasta en su vida privada.

La conclusión preliminar entonces es que nadie puede detener una cargada difamatoria y denigrante sin límites, si se tiene la ocurrencia de incitar a la masa de cibernautas que encuentran en ese espacio una tribuna en muchas ocasiones cobarde ante el anonimato o en su defecto de distancia física hacia quien se ataca -hay muchas honrosas excepciones donde personas dan la cara para fijar sus posturas-.

Claro está en que no se tiene reparo en arrasar con la reputación de la persona atacada, más allá del mensaje que desató la andanada en su contra, y se justifique aunque sea parcialmente.

Quizá en el caso de #LadyPiñata, el único atenuante es que la discusión se generó por su posición personal acerca de la celebración del más probable candidato del PRI al gobierno del Estado de Coahuila en 2017.

El segundo ejemplo vivo se trata de un asunto totalmente diferente, pero que es mucho más claro del surgimiento de las redes sociales y el acceso cada vez más generalizado a éstas por una inmensa parte de la población, de que se ha perdido el derecho a la privacidad.

Como tendencia en las redes se ha convertido el caso de una joven que viajó a Playa del Carmen en Quintanna Roo para celebrar con sus "amigas" su despedida de soltera. El problema surge cuando la futura esposa fue grabada, fotografiada y el material subido al ciberespacio.

Y ahora ella es bautizada como #LadyCoralina, quien decidió tener un comportamiento relajado al besar e intercambiar contacto físico con un joven que no era su prometido, y éste al ver la evidencia decidió cancelar la boda.

El problema es que ahora un asunto que es absolutamente privado y que sólo debería importarle a los ahora excomprometidos, trascienda y destroza la fama pública de la fallida novia, quien en su libertad osó comportarse de esa manera.

Así pues desafortunadamente, el avance tecnológico también trae circunstancias como las arriba descritas, que es la pérdida al derecho a la privacidad.

Cierto es que también esta nueva realidad ha provocado la exhibición pública de muchos actos de abuso tanto de particulares como de funcionarios públicos, pero no se puede desdeñar el que ahora LadyPiñata, pero sobre todo a LadyCoralina, fueron arrasadas por estas nuevas circunstancias.

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