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Asociación de médicos veterinarios especialistas en bovinos

MVZ MARÍA DEL CARMEN LUNA OCHOA

LAS MUJERES EN EL EJERCICIO DE LA VIDA VETERINARIA

Hace no mucho tiempo la profesión de Médico Veterinario Zootecnista, era una actividad exclusiva para el género masculino, escasas mujeres se atrevieron en aquel entonces a incursionar en ese ámbito lleno de testosterona y botas vaqueras. Fueron mujeres inteligentes y valientes que desafiando a la educación recibida desde el seno familiar y directamente de la sociedad la que pertenecían, decidieron ser pioneras y aventurarse a experimentar desde un rol 100% masculino su deseo de cuidar de esas extraordinarias criaturas que comparten con nosotros los humanos este maravilloso planeta, "los animales".

Para ser aceptadas en tuvieron que sacrificar algo de su feminidad y adoptar una apariencia masculina, jeans, botas vaqueras, cinturón piteado, camisas a cuadros, sin maquillaje y cabello recogido, poses y algo de lenguaje rudo también formaron parte del arte de mimetizarse para no ser diferente.

Amigas y pretendientes? realmente pocos, ya que pudieran ser lesbianas y por el tiempo que se pasa en la universidad es más posible relacionarse con sus propios compañeros, con quienes al cabo compartían no solo las horas clase, sino también de juegos, bromas, gustos, sueños y anhelos.

De carácter fuerte para elegir ser diferente, pero a la vez firme y con la mente clara y serena para dar lo mejor de sí por el bien estar de sus primeros pacientes.

Poco a poco más mujeres se fueron siguiendo los pasos de estas amazonas que con su ejemplo dejaron caminos trazados, más fáciles de transitar, pero no menos difíciles de desempeñar.

En un principio se dice que las primeras médicos veterinarios mujeres ocupaban aquellos espacios en donde los hombres no querían trabajar, como lo es en la clínica de gatos, hoy en día, las mujeres veterinarias nos encontramos desempeñando nuestro ejercicio profesional en todas sus formas, no solo al cuidado y atención de las salud de las mascotas, también estamos trabajando en el área productiva , en el proceso de alimentos de calidad, garantizando siempre su inocuidad, y como citara Louis Pasteur 1822-1895 ¨La medicina cura al hombre, la medicina veterinaria cura a la humanidad¨.

Hoy en día y gracias a que esta maravillosa carrera es tan importante, las mujeres y los hombres podemos encontrarnos trabajando hombro con hombro desempeñando múltiples y diversas funciones, como docentes en las universidades, como clínicos en clínicas y hospitales veterinarios, implementando y desarrollando proyectos agropecuarios en entidades de gobierno u organizaciones internacionales como la FAO para las comunidades menos favorecidas, en las industria procesadoras de alimentos garantizando su inocuidad y debido proceso, en laboratorios desarrollando nuevos medicamentos, en rastros, y desarrollando ciencia en universidades por mencionar algunas.

Atrás quedo ya el cliché de adoptar una masculinización al vestir, ahora elegimos libremente el uso de los jeans, las botas vaqueras o industriales, las camisas vaqueras ahora son blusas vaqueras, el maquillaje ya es al gusto, vaya mostramos nuestra feminidad sin tapujos.

Aunque hay áreas en las que los horarios y la duración de las jornadas laborales poco compatibles con los múltiples roles que las mujeres cumplen en nuestra sociedad, como la maternidad, las labores de la casa, la atención de los hijos, etc.

y aunque ciertamente la participación de los hombres es cada vez mayor en estas labores, aún estamos lejos de lograr la equidad en este sentido (además de que, por ejemplo, la maternidad será siempre un asunto de mujeres.

No obstante la ciencia y la tecnología y el ritmo de vida nos llevan a un ritmo acelerado y tenemos que estar preparadas y capacitada ante cualquier situación que se pueda presentar.

Las mujeres y hombres veterinarios dedicamos nuestras vidas al bienestar animal, cuidando a diferentes especies, aves, perros, gatos, cerdos, ganado ovi-caprino, ganado bovino, ganado equino, animales silvestres y hasta animales de zoológico, cuidamos la salud pública, desarrollamos medicamentos y no nos damos por vencidos con nuestros pacientes, por más difícil que sea el caso, y sufrimos cuando los perdemos.

Ser Veterinario, no es cuestión de género, porque la Medicina Veterinaria es una profesión que se ejerce con el corazón.

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