Caltrans District 7 Headquarters (Los Ángeles, California). Foto: Joseph Olesh
Mayne, premio Pritzker y padre del dinamismo arquitectónico es considerado el heredero de Eames, Neutra, Schindler y Gehry, gracuas a su arquitectura contestataria y rebelde. De la omnipresencia urbana del automóvil surge Caltrans, una pequeña muestra de su talento.
Thom Mayne nació en Waterbury, Connecticut en 1944. Su familia se trasladó a Gary, Indiana, cuando era un bebé y posteriormente sus padres se divorciaron. Cuando tenía 10 años de edad, su madre se trasladó con su familia a una zona al sur de Whittier, California donde él y su hermano más joven podrían estar más cerca de su abuela materna. El lugar era como "estar en medio de la nada con naranjos y árboles de aguacate", según sus palabras.
Tras la separación su familia pasó por vicisitudes económicas: “Mi madre, cuyo padre era un ministro metodista había estudiado en Chicago y París, era pianista; apareció con su hermana en un recital en el Carnegie Hall pero luego se casó y dejó su vida musical para centrarse en sus hijos. Cuando llegó la separación no estaba preparada para mantener a una familia y a pesar de que era una persona creativa con temperamento musical. Ella trató de enseñar pero no funcionó y trabajó en otra serie de actividades de apoyo en diversos campos”.
Pero gracias a que su madre era una mujer culta, Mayne creció rodeado de manifestaciones artísticas, como él mismo reconoce: “crecí en la música clásica y con reproducciones de grandes obras de arte. Crecí como un niño de ciudad en los suburbios, no como un atleta, no como un carpintero. Yo estaba completamente fuera de lugar en Whittier”.
Cuando terminó su carrera de arquitectura en la Universidad del Sur de California se fue a trabajar como planificador de Víctor Gruen durante dos años. Luego empezó a enseñar en Pomona, pero pronto él y seis de sus colegas, entre ellos el director, fueron despedidos.
"Nosotros éramos jóvenes, comprometidos y convencidos de que podríamos repensar hacia dónde se dirigía la arquitectura, así que cuando fuimos despedidos decidimos iniciar nuestra propia escuela. Nos dimos cuenta de que era el momento adecuado para iniciar una alternativa radical al sistema educativo convencional", relata Mayne.
Ese fue el inicio del Instituto de Arquitectura del Sur de California (SCIA). Se llevaron a cuarenta de los estudiantes de Pomona con ellos y comenzó la escuela. La enseñanza para Mayne no era un vía para hacer dinero, durante ese tiempo, asegura, le dedicaba 10 horas diarias a la enseñanza, sin embargo, se mantenía de lo que ganaba como consultor, que únicamente le daba para pagar una vida muy sencilla y un alquiler de 100 dólares al mes.
En 1978, tras cuatro años dedicados a la docencia, el arquitecto se tomó un año sabático y entró a un programa de posgrado en Harvard. Fue esa estadía lo que le dio tiempo para reevaluar su carrera, se dio cuena que sus intereses lo estaban alejando de la planificación.
A finales del 1979 llegó a Los Ángeles comenzó a recibir comisiones residenciales. “Me di cuenta de que Los Ángeles es una ciudad única para la práctica de la arquitectura (Frank Gehry acababa de terminar su casa) y de su grado de apertura a la experimentación”.
Después de hacer muchas remodelaciones en Venice, llegó el proyecto Lawrence Residence, y fue cuando Mayne comenzó a ser reconocido y publicado y se convirtió en parte de un grupo.
En este momento fue cuando varios periodistas comenzaron a caracterizar a Mayne como “un hombre joven enojado”.
“No hay duda de ello, soy un chico complicado, pero esta descripción viene, creo, de una reacción a mi ser tenaz que no descansa y por tener una voz independiente”.
Thom Mayne reconoce la influencia de Robert Venturi, Aldo Rossi y James Stirling, todos ganadores del Pritzker. Con los años, ha escrito algunos de los ensayos y artículos más eruditos que describen no sólo sus trabajos sino también las teorías detrás de sus diseños. Además de sus experiencias en la SCIA, ahora es profesor titular de la UCLA y enseña en un programa de posgrado de arquitectura.
CALTRANS DISTRICT 7 HEADQUARTERS
Situado en Los Ángeles, California, Caltrans District 7 Headquarters, es todo un conjunto de edificios que se convierten en plaza pública y envuelven al peatón y lo hace convivir a nivel de calle. Esta obra es una verdadero símbolo del centro de la ciudad, hito urbano que sirve de señal palpable dentro de lo diverso, de lo complejo, de lo global de una ciudad tan llena de significados y culturas. Su diseño arquitectónico es también un homenaje al automóvil, ente siempre presente en sus calles y avenidas de alta velocidad.
El Caltrans D7 es un pivote de la ciudad, es el árbol del Tenere de los Ángeles. La estrategia organizativa del proyecto fue el optimismo por la vitalidad que se produciría con su construcción y vaya que se logró. El vestíbulo principal se trasladó al exterior para que lo vivieran los trabajadores de oficina, los visitantes y el público en general y es que siempre es bueno respirar aire fresco por la mañana, platicar, sentarse, reflexionar, ver, flirtear...
Algunos servicios con los que cuenta el conjunto son una sala de exposiciones y cafetería que están conectados con esta plaza pública que puede alimentarse de tráfico peatonal y vehícular. Es un proyecto que puede considerarse como extrovertido, vuelto hacia la ciudad, realmente la enriquece y la complemente, dialoga con ella. En este sentido, Caltrans es un respiro para el sector, un vaso comunicante que permite que su arquitectura beneficie a muchos, siendo esta una valiosa aportación social.
Mayne y su equipo de trabajo en Morphosis (su despacho de arquitectura) siempre han pensado diferente, siempre han sido contestatarios, rebeldes y a partir de sus investigaciones para el proyecto del San Francisco Federal Building llegaron a soluciones que desafían la cultura de la oficina común, restringida, fría, maquinista; buscan una generalizada comodidad y crean ambientes realmente sanos, al menos esa es su búsqueda.
En su distribución no están definidas jerarquías, todo es democrático, su arquitectura es igual para todos, no hay jefes. Los espacios de trabajo son abiertos y buscan deliberadamente la luz solar. Los empleados tienen el control de la iluminación y el aire por medio del manejo manual de persianas, ellos saben lo que les va mejor.
La estructura del edificio es una alegoría de la autopista y su infraestructura. Su fachada está repleta de iluminación de neón, similar a los destellos al manejar a través de una carretera interestatal típica de Estados Unidos. Su doble piel funciona como caparazón protector contra un choque, contra un alcance. Sus paneles de aluminio perforado se pueden abrir o cerrar según el recorrido del sol y la cantidad de luz deseada para trabajar. Muy cerrado en el día y muy abierto y transparente por la noche, este proyecto es un camaleón que se transforma y es diferente cada hora, cada segundo del día.
Hubo una importante inversión en la propuesta de arte público del proyecto porque su alcance es mayor al de un edificio común y corriente. Morphosis trabajó en colaboración con el artista Keith Sonnier para mimetizar su trabajo con la arquitectura. Elocuentes bandas horizontales de luz de neón y argón de color rojo y azul forman patrones que buscan recrear las cintas de los faros de las autopistas californianas.
El bar que se encuentra en un amplio y ligero voladizo conecta el edificio con la calle Primera y otro volado de 40 pies conecta el gran número 100 con la calle principal al sur. Este enorme número 100 es todo un cartel publicitario de Hollywood y acentúa su importancia en el entorno circundante.
MORPHOSIS
Fundado en 1972, que también fue el primer año de la historia de SCIA, el despacho de arquitectura Morphosis es un centro de prácticas interdisciplinarias que participan en el diseño de investigaciones rigurosas que produce edificios icónicos innovadores y entornos urbanos únicos.
"Realmente no era una oficina, era una idea ", ha dicho Mayne. "No teníamos trabajo. No pensábamos en tener trabajo, tenía que ver con la práctica colectiva interdisciplinaria y a partir de un grupo de personas que trabajarían con los gráficos, objetos de diseño interior, muebles, arquitectura y diseño urbano tuvimos este centro de estudio. Nos sentamos alrededor y hablamos, nos gustaría hacer pequeñas cosas gráficas aquí y allá para hacer algo de dinero [...] todo era muy contracultura”.
El Centro de Investigación para la Educación Sequoyah, que ganó el primer premio de Arquitectura progresiva en 1974, fue el primer éxito de Morphosis, explica Mayne, "el premio AP condujo a investigaciones de otros medios de todo el mundo, que deseaban publicarnos y de repente tuvimos una existencia”.
Actualmente Thom Mayne es su director de diseño y cuenta con un grupo de más de 60 profesionales que siguen comprometidos con la práctica de la arquitectura como una empresa colaborativa. El despacho tiene proyectos en todo el mundo y la escala de los mismos varía mucho y van desde edificios residenciales, institucionales y cívicos hasta grandes proyectos de planificación urbana integrales. El nombre Morphosis es término griego que significa “formar o estar en la formación”. Este despacho fomenta la práctica dinámica con evolución y que responde al cambio y el avance de las condiciones sociales, culturales, políticas y tecnológicas de la vida contemporánea.
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