Lo que no sabías de Marruecos
La bandera de Marruecos es roja, con una estrella verde de cinco picos. Estos colores son tradicionales en los emblemas árabes, mientras que la estrella representa los cinco pilares del Islam, representando la relación entre Dios y la nación. Fue diseñada en 1912.
Fiesta de rosas A las faldas del Monte Atlas, en la ciudad de Kelaa M’Gouna, nace el Valle de las Rosas, donde se cultiva la especie damascena. Una historia local dice que fue llevada por los peregrinos que volvían de La Meca, en 1912. Entre abril y mayo, para celebrar la floración, se realiza la Fiesta de las Rosas. Su principal actividad consiste en recolectar más de 4 mil toneladas de pétalos para extraer litros de esencia. Los habitantes abren las puertas de sus casas para mostrar el proceso de destilación, por medio de bailes, comida y lluvia de pétalos de rosa. El aroma de la flor es el más cotizado entre los perfumistas franceses.
Frota la lámpara La palabra en inglés “genie”, viene del árabe djinn, un ser espiritual que ayuda al ser humano. Puede adoptar diferentes formas: humanoide, de plantas o animales. Los marroquíes tienen la creencia de que habitan en lugares asociados con el agua: baños públicos, desagües e incluso ollas y sartenes.
Chaouen Ubicada al norte de Marruecos, es conocida como “la ciudad azul” por sus muros, pisos, puertas y ventanas pintados en tonos índigo, cobalto y celeste. La costumbre proviene de los judíos que huían de la Inquisición. Al pintar las cosas de azul, estaban reflejando el cielo y era una forma de representar a Dios.
Maravilla natural Las dunas de Erg Chebbi, en Erfoud, son un mar de arena dorada que alcanza alturas de hasta 160 metros. Tienen la particularidad de cambiar de color conforme el sol desciende, del dorado al púrpura. Se hacen paseos en camello, caminatas y convivencias con nómadas árabes para dormir dentro de una jaima, tienda de campaña fabricada en cuero (www.cameltrekking.com).
Tan dulce como la muerte El té de menta es la bebida nacional. Fue introducido por los británicos en 1854. La forma más común de tomarlo es con grandes cantidades de azúcar: la cultura bereber considera que el té debe ser “dulce como la muerte”. Es símbolo de hospitalidad y se sirve antes o después de los alimentos, aunque se puede disfrutar a cualquier hora del día.
El amuleto de la novia En la cultura marroquí, los tatuajes de henna son símbolos que protegen contra la brujería y el mal de ojo. A las futuras esposas, les augura fertilidad, por eso decoran manos y pies con diseños que incluyen plantas, estrellas y versos del Corán. La madre de la novia es quien realiza el tatuaje en presencia de amigas y mujeres de la familia.
La henna se cultiva sobre una superficie de 200 hectáreas en las provincias de Errachidia y Tinghir, en el suroeste del país, y la producción anual alcanza las 600 toneladas.
Hecha a mano La mezquita Hassan II, en Casablanca, es la séptima más grande del mundo. El suelo del edificio principal es de vidrio, lo que permite contemplar el mar. Las paredes fueron talladas en mármol por más de 6 mil personas. El techo se retrae para rezar una oración al aire libre. Tiene espacio para albergar mil cinco mil fieles. Es la única mezquita en Marruecos abierta a los no musulmanes.
Hijos de Mahoma Los marroquíes, sin importar el género, son llamados “sherfa”, título para identificar a los descendientes del profeta Mahoma.
