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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

Dicen que detrás del misterio de las rentas de inmuebles que dejan una sangría de varios milloncillos al año en el ayuntamiento de Torreón está un funcionario que es ave de mil tempestades. Los subagentes disfrazados de veladores informan que al menos dos de los edificios que la Presidencia Municipal alquila son propiedad de José Elías Gánem, uno de los dos personajes que cobran como director de Prevención del Delito Municipal. Dicen que esos inmuebles son precisamente los que aparecen con direcciones cambiadas y que se encuentran prácticamente abandonados. Se trata de las bodegas que se encuentran en las colonias Aviación y Eduardo Guerra, y que en su interior albergan sólo aire. Pero según los subagentes esto no es siempre así, ya que hay ciertas temporadas en las que se ve harta actividad dentro y fuera de los inmuebles.

Por ejemplo, cuando es época de campañas, entran y salen vehículos y personas con las famosas despensas, de esas que, según el “Peje” López Obrador, traen frijol con gorgojo. Si a lo anterior se suma el equipo de basquetbol profesional, que también recibe apoyos del gobierno municipal, algunas empresas beneficiadas con contratitos del organismo de aguas y el pago por Prevención del Delito, bien se puede decir que don Pepe es uno de los funcionarios más “felices” de la actual administración.

La sorpresiva avenida del río Nazas puso a trabajar a los tres niveles de gobierno en los preparativos para evitar cualquier problema, aunque no todos muy coordinados ni al mismo ritmo. Por ejemplo, llama la atención que mientras del lado de Coahuila se han estado haciendo intensos recorridos y reforzando las márgenes del río, esto por si las moscas ya que se espera que toda el agua circule por el canal de estiaje, en Gómez Palacio como que no se ve tanto movimiento o van a un paso más tranquilo. Pero parece que el ímpetu que los muchachos de Alberto Porragas, jefe de Protección Civil, y los de Gerardo Berlanga, de Obras Públicas, los llevó a adelantarse a los hechos, por lo que se llevaron algunos regaños del Mando Especial de la Laguna, comandado por Juan Manuel Díaz Organitos. Y es que a hora muy pronta los empleados municipales de Torreón bloquearon los vados debajo del puente Plateado y hasta el bulevar Río Nazas. Cuentan que cuando estaban mirando satisfechos su obra, llegaron los muchachos del general Organitos a preguntar que qué estaban haciendo. La respuesta fue que estaban bloqueando el paso porque ya venía el agua. Pero los soldados les preguntaron si no sabían que el agua iba a llegar hasta el miércoles por la tarde, ya que estaba estancada en las cribas. Y pues como no sabían, tuvieron que abrir de nuevo la circulación, debido al caos que ya se estaba ocasionando en los puentes por el flujo vehicular, el cual se vio agudizado por policías que se pusieron a manera de retén para revisar vehículos sin placas. Qué oportunos. Pero la falta de coordinación también se dio entre Porragas y su jefazo don Miguel, ya que mientras éste juró y perjuró que el Metroparque no se vería afectado por la avenida del Nazas, don Tito empezó a mandar mensajes a la gente de que ya no fuera al espacio público porque podría presentarse algún incidente. O sea, pónganse de acuerdo. Los que sí de plano tienen mucho que explicar son los de Conagua, empezando por el porqué no terminaron el canal de estiaje y en vez de dejar todo listo para una avenida, hicieron una especie de represa a la altura del puente Solidaridad. Bravo. Por otro lado, se viene una fuerte discusión por el estado de los puentes, tanto los que están en el río como los de otras vialidades, porque entre las lluvias y la creciente están aflorando “detallitos” preocupantes.

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Como era de esperarse, comenzó ya la depuración en la agonizante administración municipal de Gómez Palacio, encabezada por José Campillo y que habrá de bajar la cortina cuando termine el lluvioso mes de agosto. Nuestros subagentes vestidos de barrenderos nos comentan que entre despidos y renuncias voluntariamente a fuerzas ya suman unas 500 personas que han pasado a vivir en el error, es decir, desprendidos de la ubre del erario. Esta medida de corte de cabezas se da días después de que la alcaldesa electa Leticia Herrera declaró pública y rotundamente que había empleados “de los que no sabemos quiénes son, qué hacen o dónde están”, en una clara referencia a la existencia de “aviadores” en distintas áreas de la administración que, por lo visto, se trataba de una auténtica Fuerza Aérea. Se dice que los primeros “trabajadores” (nótese el eufemismo) en salir fueron cerca de cien personas que estaban inscritas en la nómina de la Dirección de Servicios Públicos Municipales y cuyas funciones eran un verdadero misterio. Otros 400 empleados de confianza también han sido dados de baja, o bien, se les han pedido amablemente que ahuequen el ala en áreas como el Sideapa y su gemelo maldito, el Sideapa Rural, además de la Dirección de Obras Públicas y en otras más. Comentan que algunos de éstos, sobre todo los más allegados a don Pepe, sí han tenido la liquidación que esperaban. El resto... pues a ver si no le dan una sorpresa a la futura administración, como ocurrió en Lerdo.

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Y en más asuntos del otro lado de la frontera estatal, pues dicen que el jefazo de la Jurisdicción Sanitaria 02 a cargo de 11 municipios de La Laguna, Felipe Sánchez, ya abandonó su cargo -perdón, avisó a sus jefes en Durango- sobre su renuncia voluntaria el pasado jueves en busca de un mejor hueso, llámese ahora voluntad política de trabajo y suma de esfuerzos en beneficio de la bella ciudad Jardín. Esto ahora que ya faltan nada menos que 20 días para que concluya la agonizante administración del aún gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera. Dicen que don Felipe se incorpora a la administración de la presidenta electa de Lerdo, María Luisa González Achem, en la Dirección de Salud, pero que a los duranguitos no les pareció que se fuera de manera tan sigilosa, es decir, por la puerta de atrás dejando acéfala la Jurisdicción, en plena alerta por los casos de dengue que se han detectado en la colonia José López Portillo de Gómez Palacio. Luego por qué se dan las epidemias.

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Dicen por ahí que cuando no hay mucho que presumir lo mejor es saludar con sombrero ajeno. Y esto viene colación por algo que sucedió recientemente en el municipio de San Pedro de las Colonias. Los subagentes disfrazados de campesinos sin apoyos cuentan que el alcalde Juan González, después de haber pasado las de Caín para poder conseguir autorización y recursos para dos norias necesarias para resolver el fuerte problema de desabasto de agua en su municipio, tuvo que aguantarse a la hora de que el gobierno de Coahuila se colgara la medalla y hasta se vio obligado a aplaudir. Primero don Juan le sacó casi a fuerzas a Conagua el recurso y la aprobación para el pozo Caballo Blanco, que se colapsó y agudizó el problema de desabasto. Y luego tuvo que hacer malabares en el presupuesto para poder juntar más dinero para la perforación del pozo La Esperanza, pues no es suficiente una noria para abastecer a todo el municipio. Además se dio un tiro para conseguir el permiso para la perforación de la noria, pues dicen que el anterior gerente regional de Conagua, Emilio Rangel, le puso tantas trabas por la famosa veda, cuando es del conocimiento público que con la mano en la cintura a los productores agrícolas sin problema se les autoriza la perforación de más norias. Al no obtener respuesta en las oficinas regionales, a don Juan, que ya no hallaba en donde meter la cabeza por las constantes presiones de la ciudadanía, que lo mismo le tomaban carreteras que le armaban mitotes en la presidencia municipal, pues no le quedó de otra que acudir a las oficinas centrales de Conagua para hacer la gestión directamente, situación que le enojó al gerente local por lo que se las cobró trabándoles el dinero del pozo ya autorizado. Afortunadamente González pudo tomar un respiro y dormir ya un poco cuando se dio el cambio de gerente de Conagua y casi por arte de magia le dieron “luz verde” con el dinero ya autorizado y el permiso para la perforación del otro pozo. Cuentan los subagentes que al enterarse la gente del gobierno provincial, inmediatamente le armaron a don Rubén un bonito acto de arranque en donde prácticamente se adjudicó la obra de ambas norias y de paso aprovechó para placear al alcalde de la Perla de La Laguna, Miguel Riquelme, quien acudió como invitado de honor. “Haiga sido como haiga sido”, diría el expreciso Calderón -que anda queriendo regresar a Los Pinos de la mano de su esposa Margarita Zavala-, por fin en cuestión de meses los sampetrinos dejarán de padecer por el desabasto de agua.

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