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Gobierno Extraviado

Al gobierno se le complicó el asunto magisterial. Los maestros disidentes han resutado bastante difíciles de manejar y menos aún, no se han dejado coptar ya que han demostrado mucha decisión y fortaleza y sobre todo inteligencia en el manejo de su fuerza que han sabido utilizar puntualmente. En éste momento se sabe que los disidentes tienen la sarten por el mango ya que se dieron cuenta de las repercusiones que tienen sus movilizaciones en el país.

Más allá de las enormes molestias que le causan a la ciudadanía los plantones y los bloqueos de carreteras, el asunto ha adquirido dimensiones quizá inesperadas para los propios inconformes y para el propio gobierno: el reclamo airado y las amenazas que ha lanzado el sector empresarial por las “inconmensurables pérdidas económicas” (dice la IP) que ha causado la inacción e inefectividad del gobierno para terminar con el problema que se ha alargado demasiado tiempo.

La postura y exigencia de los empresarios es la aplicación estrícta de la ley para terminar con el problema. Pero para cumplir con ésta exigencia de la IP, el gobierno tendría que llegar a la represión estilo Nochixtlan a lo cual el gobierno no está dispuesto recurrir por nada del mundo pues ya bastantes problemas tiene acumulados y que no ha podido resolver.

¿Pero de donde deriva originalmente el problema?. Por la desatención del gobierno a un problema que debió resolver hace tres años y referente a la inconformidad de un sector del gremio magisterial (la CNTE) con respecto a la llamada “reforma educativa”. El gobierno de Peña Nieto “engallado” por la rapidéz con que el Congreso aprobó la serie de “reformas estructurales” que propuso al inicio del sexenio, creyó equivocadamente que fácilmente pasaría por sobre los inconformes y los sometería a plegarse sin chistar a las “nuevas leyes” sobre educación. Los inconformes pedían desde siempre que se les escuchara en sus planteamientos, pero hubo demasiada arrogancia en el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño (respaldado por Peña Nieto, desde luego) y se negó a escucharlos. La inconformidad aumentó y no sólo los maestros de la CNTE lo han manifestado sino tambien amplios grupos de maestros pertenecientes al SNTE (aliado al gobierno) como ha sucedido en Monterrey y en otras muchas ciudades de la república.

El problema ya adquirió dimensiones inéditas. El gobierno federal pese a que cuenta con “cerebros muy bien pagados” empezando por el Sr. Osorio Chong, “no da pié con bola” pues ahora tiene enfrente la amenaza de los empresarios por un lado y por otro, la certidumbre de que si reprime a los maestros le irá peor. Definitivamente no creo que en éste momento haya un mexicano que desee estar en los zapatos de Peña Nieto, de Osorio Chong o del Sr. Nuño.

Sin duda éste asunto está dividiendo aún más a nuestro país. ¡Y todo por la ineficacia de éste gobierno!

Les envío un cordial saludo.

Héctor Astorga,

Comarca Lagunera

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