Con 41 años de edad y toda una vida dedicada a la Fiesta Brava, Elías González de la Rosa dejó un gran hueco en la tauromaquia. Hay luto en la familia taurina de La Laguna
De luto se encuentra la familia taurina de la Comarca Lagunera, luego de que ayer falleciera en un hospital de esta ciudad Elías González de la Rosa, incansable promotor, pero más allá de todo, amante de la Fiesta Brava y quien hasta el final de sus días laborara en el Coliseo Centenario de Torreón.
DESDE NIÑO
"Una persona con una gran calidad humana y de los hombres que saben ser amigo de los amigos", lo describen quienes le acompañaron en su pasión por la tauromaquia hasta antes de partir a su encuentro con El Señor. Inició a muy corta edad su andar en el mundo de los toros, formando parte de la cuadrilla de niños toreros de La Laguna junto con Juan Manuel Ibarra, Luis Miguel Montero y Manolito Castrejón, toreando en un sin número de plazas del norte del país.
Posteriormente, gracias a su amistad con Arturo Gilio, se convirtió en su hombre de confianza acompañándolo en toda su carrera taurina, en los triunfos y los fracasos. Con los años, esa amistad se solidificó haciendo de este binomio una hermandad que los mantuvo unidos hasta el último momento.
Elías deja a un hueco muy grande en la familia taurina de La Laguna, siendo siempre muy querido por los amantes a la Fiesta Brava de todo el país y más allá de las fronteras. Desde matadores de gran renombre como Enrique Ponce, Joselito Adame, Julián López "el Juli", Morante de la Puebla, Arturo Macías "el Cejas", Arturo Saldívar, hasta el más humilde de los mozos de las distintas ganaderías del país, en todos dejó Elías un recuerdo imborrable como apasionado del mundo de los toros, siempre respetuoso del trabajo de todos.
Buen hijo, buen hermano y buen Padre. Descanse en paz, Elías González de la Rosa.