Indiscutible es que este 5 de junio pasado fue un parteaguas en la historia de México, no sirvieron las tan famosas estructuras de partido, ni las despensas, ni el dispendio de dinero, ni los acarreos, ni nada; parece que hubo un ligero despertar del pueblo mexicano harto de todos los acontecimientos de los últimos años. Ahora la pregunta es… ¿Qué sigue?
Verdaderamente ha sido ésta una sacudida para el gobierno federal y ¿reacomodará su postura hasta la fecha? ¡Ojalá! Y ojalá por el bien de todos, gobernados y gobernantes ya que este país se está yendo en franca picada y si no se toman acciones inmediatas y muy fuertes, no hay quien lo pare.
Nosotros como sociedad civil no debemos cejar en la presión y los señalamientos; desde nuestro punto de vista de simples ciudadanos, se nos haría muy fácil el remedio: meter a la cárcel a los funcionarios corruptos de alto nivel que nos han traicionado, como ejemplo un puñado de gobernadores, entre ellos el que pareciera que puso la pauta para todos los latrocinios que se han llevado a cabo en los estados, Don Humberto Moreira Valdés y todo su séquito de cómplices. ¿Es esto algo tan difícil? Con una acción como ésta, se devolvería una pequeña parte de la credibilidad en las instituciones, y los mexicanos podríamos empezar a pensar que esto podría tener remedio. Pero si seguimos tapando, quién sabe por qué, a todo esta gavilla de traidores, no hay forma de que México salga adelante.
Otra acción que podría romper con la inercia de descrédito es una reforma fiscal adecuada, que no sea total y absolutamente recaudatoria, que verdaderamente incentive a la inversión y a la producción. Creemos que con esas dos sencillas acciones podríamos empezar a revertir esta debacle.
Los municipios y los estados han sido una fiel copia de la federación, corruptelas por todas partes, sin recato, sin un atisbo de decencia. Hablamos de prácticamente todos los actores políticos, sean del partido que sean. Se ha creado un sistema de "todo para mí" impresionante, sin importar en lo más mínimo nuestro pueblo. En Torreón vivimos en campaña permanente desde hace varios meses, el que no lo quiera ver así, de plano es ciego; no hay dinero, cada vez debemos más, obras inconclusas, pero muchos banderazos de salida de obras que se quedan sólo en eso, "en llamaradas de petate", anuncio de obritas de relumbrón que no resuelven la problemática de la región. Al municipio le preguntamos lo mismo, ¿Qué sigue? Ya tuvimos la tan esperada reunión con el alcalde después de más de un año de estarla pidiendo, aparentemente hay una disposición de acercamiento de las autoridades con la sociedad civil, disposición del Sr. Riquelme, pero no de sus subalternos. Xavier Herrera, gerente de Simas, nos invitó a una reunión informativa en una fecha en la que no pudimos asistir, y al pedirle un cambio de día, el señor se molestó y nos mandó decir con su asistente que la junta se llevaría a cabo con o sin nosotros. ¡Muy bien! Si esa es la forma de tener un diálogo, pues vemos difícil el mencionado acercamiento.
Lástima por Torreón, lástima por Coahuila y lástima por ellos mismos, que si no aprendieron la lección del 5 de junio, no sabemos qué pueda suceder. PC29 seguirá pujando por que el municipio y sus gobernantes hagan correctamente las cosas.
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