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Disculpa real

DENISE DRESSER

He aquí la disculpa que Enrique Peña Nieto debió haber ofrecido:

"En carne propia sentí la irritación de los mexicanos. Esa irritación comprensible y justificable ante los conflictos de interés en los cuales yo y el secretario de Hacienda y la primera dama y el constructor Juan Armando Hinojosa incurrimos. Por ello he pedido la renuncia del secretario Luis Videgaray, ya que no puede permanecer al frente de las finanzas nacionales alguien cuyo comportamiento generó y sigue generando sospechas. Los mexicanos no podrán depositar su confianza -vía los impuestos- en un funcionario que se benefició de un crédito no bancario con una tasa de interés del 5 por ciento, otorgado por un constructor que ha recibido múltiples contratos a lo largo de mi paso por el servicio público.

Asimismo he girado instrucciones para que se prohíba la participación del Grupo Higa en cualquier otra licitación en mi sexenio, y que se proceda a una investigación independiente de todas las licitaciones en las cuales participó, incluyendo la del tren México-Querétaro. Ordeno que la información sobre la cancelación de esa licitación -actualmente reservada por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes- se haga pública, para que la ciudadanía conozca las razones detrás de aquella decisión. Esa será la única manera de asegurar la transparencia de futuras licitaciones, a sabiendas de que toda la información sobre esos procesos pasará a ser parte del dominio público. La opacidad que rodeó el tema de la Casa Blanca se volvió un ácido corrosivo que arruinó la crediblidad de mi gestión. El encubrimiento lastimó la investidura presidencial.

Por eso con toda humildad les pido perdón. Pero más allá de ofrecer disculpas reconozco que es imperativo reparar el daño. Y en un esfuerzo por hacerlo he ordenado que a partir de hoy, cada miembro de mi gabinete presente su 3de3, incluyendo su declaración de impuestos de manera completa, y no sólo la carátula. De la misma manera anuncio mi intención de vetar el artículo 29 de la recién aprobada Ley General de Responsabilidades Administrativas, el cual permite que miembros del gobierno no tengan que hacer pública su 3de3. Reconozco que como fiduciarios y beneficiarios del presupuesto, todos los funcionarios deben transparentar su patrimonio, su cumplimiento con obligaciones fiscales, y sus conflictos de interés. Quien no pueda presentar una versión detallada y amplia de su 3de3 no merece gobernar.

Ahora que se aprobó el Sistema Nacional Anticorrupción se vuelve más necesario que nunca demostrar que el propio gobierno está comprometido con su espíritu. Y dado eso he girado instrucciones para que comience un proceso de auditorías independientes a los tres gobernadores salientes - Roberto Borge de Quintana Roo, Javier Duarte de Veracruz y César Duarte de Chihuaha -- que han intentado blindarse vía leyes a modo para evitar ser investigados. No permitiré que la impunidad institucionalizada prosiga, ni que sus íconos sean protegidos en vez de ser investigados.

Todos tenemos que ser autocríticos, tenemos que vernos en el espejo. Yo reconzco que la reacción de mi gobierno ante el tema de la Casa Blanca fue antidemocrática, y que al exigir le renuncia del Secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, lo único que logré fue confirmar que actuó como mi subordinado y no como un investigador independiente. Hizo lo que yo lo pedí y no lo que la democracia y la transparencia y la sociedad exigían. También acepto que mi equipo intentó convertir a la periodista Carmen Aristegui en el chivo expiatorio de errores que yo, mi esposa, Juan Armando Hinojosa y mi secretario de Haciendo cometimos. En lugar de aceptar el conflicto de interés en el que incurrimos, iniciamos un proceso inmerecido de satanización y marginación de la periodista.

Yo que he reiterado mi compromiso con la pluralidad y la libertad de expresión, ahora le ofrezco un espacio noticioso - con los mismos términos que tenía en MVS - en cualquier radio o televisora pública. Ese será un paso fundamental para recuperar la confianza perdida en mi presidencia: darle voz y espacio y presencia a mis críticos, contrapesos indispensables en una democracia. Porque como decía Desmond Tutu, el perdón implica otra oportunidad para empezar de nuevo. Por ello ofrezco disculpas y también reparación de daño. Esa es la verdadera manera de mover a México".

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Escrito en: Denise Dresser

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