Con sus recursos. En la biblioteca pública Magdalena Mondragón, los encargados tuvieron que llevar un aparato de aire de su casa. (Ramón Sotomayor)
La biblioteca pública Manuel José Othón ha perdido cerca de cien textos debido a las goteras, tan sólo por las últimas lluvias que se registraron en la región. Este problema se presenta desde el año pasado, por lo que el techo ya prácticamente está cayéndose.
En este verano, todas las bibliotecas públicas de Torreón tendrán cursos de verano, excepto ésta, en el interior del Centro Cultural Pilar Rioja, en Galeana y prolongación Colón, que permanecerá cerrada y los libros cubiertos, para evitar más daños.
En el último año, las bibliotecas municipales recibieron apoyo en pintura, persianas en los casos que así lo ameritaban, en algunas, como la Benito Juárez García, de la colonia Las Luisas, se reconstruyeron los baños, y la mayoría estrenaron minisplits, a excepción de la Magdalena Mondragón, en la calzada Ealy Ortiz y Nezahualcóyotl, donde los encargados deben llevar su propio aparato de aire para soportar el intenso calor en el reducido espacio habilitado como biblioteca.
"Ya se tiene el minisplit que va aquí, pero no ha sido instalado", explicó una de las encargadas.
En la mayoría también se enfrentan deficiencias en el mobiliario, como en la Pablo C. Moreno, en Allende y Juan Antonio de la Fuente, donde se espera que lleguen las estructuras correspondientes para acomodar los libros que se han recibido, mediante donaciones, recientemente.
El Ayuntamiento de Torreón invirtió 3 millones de pesos el año pasado en la rehabilitación, luego de que se detectaron problemáticas como goteras, escasez de aparatos de refrigeración e iluminación, así como falta de mobiliario y estantería.
ANTECEDENTE
El 21 de enero de 2015, el alcalde, Miguel Ángel Riquelme, se reunió con Ruth Idalia Ysais, directora del Instituto Municipal de Cultura y Educación, y Saúl Rosales, coordinador de bibliotecas, así como los encargados de las 18 bibliotecas públicas.
El alcalde declaró entonces que invitaría "a cada uno de los funcionarios municipales a apadrinar una biblioteca para que, con recursos personales, resuelvan algunos de los problemas que enfrentan diariamente".
Verónica Soto, presidenta de la comisión de Cultura en el Cabildo, dijo que hubo directores que, de su sueldo, aportaron minisplits para las bibliotecas, como Víctor Manuel Rodríguez, de Servicios Administrativos, Gerardo Berlanga, de Obras Públicas, el tesorero Enrique Mota, Gabriel Calvillo, director de Urbanismo y Xavier Herrera, gerente general del Simas.
A un año del apadrinamiento, la situación en los inmuebles sin duda ha mejorado, pero aún faltan necesidades por subsanar. Sergio Lara, vocal en la comisión de Cultura, señaló que no hubo ningún registro sobre el apadrinamiento que se daría por parte de los directores en las bibliotecas de la ciudad ni se generó reporte alguno respecto a lo que se realizó para subsanar las necesidades de cada sitio.
La directora del Instituto Municipal de Cultura y Educación consideró que el apadrinamiento de los funcionarios no fue como tal, con recursos propios, sino que cada uno, desde su área correspondiente, tendría que resolver las carencias que se le reportaran.
"Simas iba a revisar el servicio de agua, Obras Públicas a tapar algún hoyo que se tuviera, Servicios Públicos la limpieza, cada quien desde su área ir resolviendo los problemas", manifestó Ruth Idalia Ysais.
En este sentido, dijo que se resolvieron en un 90 por ciento las carencias reportadas por las bibliotecas y que sólo quedaron pendientes detalles mínimos.
Pero las goteras en la Manuel José Othón no son mínimas. Vecinos y usuarios del inmueble aseguran que se cuenta con los recursos materiales listos para ser aplicados en las reparaciones del techo, pero que no han recibido la autorización para ello por parte del Centro Cultural.
Recomendación
De acuerdo con el manifiesto elaborado por la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA, por sus siglas en inglés) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la recomendación en el tamaño mínimo de una biblioteca no debe ser inferior a 370 metros cuadrados.
En Torreón, hay espacios muy pequeños que fueron habilitados como bibliotecas, como es el caso de la Magdalena Mondragón, que no alcanza ni los 50 metros cuadrados.
Crisis
Las necesidades generales:
⇒ Piden más estantería para colocar los libros que han recibido por donaciones.
⇒ Más mobiliario.
⇒ Espacios más amplios.
⇒ Además, algunas han sido grafiteadas en las paredes exteriores.
⇒ Una presenta goteras.
