NO CONOZCO HOMBRE MÁS SOCARRÓN QUE DON ABUNDIO, EL DEL POTRERO DE ÁBREGO.
Sus hechos y sus dichos llenarían varios tomos de tomo y lomo.
Ayer me contaron de la vez que el viejo se lanzó como candidato a comisario ejidal. La elección sería reñida, pues se había postulado también Antonio Gauna, el de la tienda, que amenazó con dejar de fiarles a los que no se unieran a su campaña.
Don Abundio contraatacó con un ofrecimiento: al que votara por él le regalaría un par de zapatos.
Doña Rosa, su mujer, le dijo:
-El voto es secreto. ¿Cómo sabrás quién votó por ti?
No respondió el viejo. El día de la elección le dio un zapato a cada uno de los que fueron a votar, y le dijo:
-Si gano te daré el otro.
Ganó.
¡Hasta mañana!...