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Policía del mundo, víctima en casa

Érase una vez en el país de las armas

Foto: Getty Images

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Iván Hernández

Desde 2013 Estados Unidos ha sido escenario de 42 tiroteos contra personas indefensas que dejan más de cuatro víctimas mortales. El vecino del norte tiene una población de 321 millones de personas que son dueñas de 300 millones de armas.

La estela de las masacres (matanza de personas, por lo general indefensas, producida por ataque armado o causa parecida según el diccionario de la Real Academia Española), llamadas tiroteos masivos al otro lado del río Bravo, es un capítulo en la negra historia de Estados Unidos que está en continua reescritura.

Es un mal que, según diversas organizaciones civiles y actores de primer nivel del Partido Demócrata, tiene su origen en la segunda enmienda a la Constitución norteamericana, una medida nacida para calmar los recelos de los sureños que, luego de la independencia, predecían la instalación de un gobierno central autoritario.

El estadounidense es un pueblo siempre listo para la guerra. Sin embargo, en las últimas décadas han aumentado las muestras de que no está lejos de ser un pueblo que lucha contra sí mismo, contra la diferencia, la mezcolanza, las minorías, la neurosis, el miedo y más conceptos percibidos por algunos de sus ciudadanos como dignos de engendrar el odio o el terror homicida.

Para llenar de sangre un momento cualquiera en la historia del país denominado ‘policía del mundo’ basta con un hombre y una idea, visualizar el escenario, imaginar los pasos, las descargas, acaso algún parlamento. El teatro puede ser un centro comunitario, una escuela, una disco gay.

CUANDO SE ACABAN LAS DUDAS, LLEGAN LOS BALAZOS

En el vecino del norte conseguir las herramientas para ejecutar una hecatombe es sumamente sencillo, trasladarse hasta el lugar elegido, asesinar y al final inmolarse, son actos que discurren con asombrosa facilidad.

Las investigaciones de las autoridades norteamericanas, por lo general impecables en las series de televisión y películas hechas en ese país, no suelen ser igual de efectivas en las pantallas de los noticiarios.

Desde 2006, México tiene la atención del mundo por sus continuos hechos de violencia derivados de la guerra proclamada contra el crimen organizado. En Estados Unidos, sin embargo, ya existe una tradición que se ha repetido con indómita frecuencia: la imagen del presidente solidarizándose con las víctimas de la más reciente masacre sufrida en su país.

SIN PULSO

El domingo 12 de junio por la madrugada, Omar Saddiqui Mateen mató a balazos a 50 personas en el club gay Pulse en Orlando, Florida.

Se trata de la mayor matanza ocurrida en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001; es también el mayor tiroteo masivo de su historia.

Saddiqui Mateen utilizó al menos dos armas, una de ellas era una Glock, la otra un rifle Sig Sauer MCX.

Entre 2013 y 2014 el atacante había sido interrogado en tres ocasiones por la Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés). Luego de sus entrevistas con las autoridades, Mateen compró en tiendas autorizadas al menos dos armas de fuego.

Los medios de comunicación y su ya habitual inmediatez, dieron a conocer detalles del horror con el que pasaron sus últimos instantes de vida algunas de las víctimas. Por ejemplo, los postreros mensajes enviados por Eddie Jamoldroy Justice a su madre. La víctima de 30 años de edad narró el terror en textos breves, frases como “Él viene” y “Voy a morir”.

Las redes sociales, ese nuevo jugador en los corredores de la información, fueron otro elemento de la matanza.

El 11 de junio a las 19:02 horas, en la página del Pulse en Facebook se hizo un llamado a “todos nuestros latinos, latinas y todos los que aman un poco de sabor latino. Esta noche hay fiesta”.

A la 1:09 del 12 de junio la fiesta había acabado: “Todos salgan de Pulse y sigan corriendo”.

A la 1:43 en los comentarios a la publicación del Pulse una usuaria llamada Lilbia Carmen escribió: “Nada todavía. Mi hija está dentro. Por favor sigan rezando por ellos... Ella espera a los policías para poder salir. Estaba con ella al teléfono y todo lo que escuché fueron armas de fuego”.

A las 3:25 subió otro mensaje: “Todavía está dentro. Me siento desesperada. Dios, escucha mis plegarias y sácala de ahí sana y salva”.

Finalmente a las 3:31: “Está fuera. (...) Mi vida está de vuelta”.

EL ARMA

El Sig Sauer es un fusil semiautomático publicitado como un “arma completa para cualquier escenario o ambiente”. Tiene cargadores para 30 rondas de disparos. Según diversos medios, el autor de la masacre del bar gay en Orlando pudo cambiar de cargador al menos en cuatro ocasiones.

Según el libro Guns of Special Forces 2001-2015 (Armas para fuerzas especiales), el MCX es conocido en círculos militares como ‘La mamba negra’ y fue desarrollado a petición de la unidad de operaciones especiales del ejército norteamericano.

Paradójicamente, un tiroteo masivo, advierten especialistas, deriva en una mayor afluencia de clientes en las armerías.

Los dueños de estos negocios ofrecen para la defensa de la familia y el patrimonio un arma contundente: el rifle de asalto AR-15, otro de los favoritos de los tiroteos masivos.

Con un alcance de hasta 550 metros, el AR-15 fue protagonista en las matanzas de la primaria Sandy Hook (en Newtown, Connecticut), del cine Century 16 (en el condado de Aurora en Colorado) y del Centro Regional del Interior (en San Bernardino, California).

En Estados Unidos adquirir armas de asalto es sencillo y en Florida, lugar de la matanza, aún más debido a los débiles candados para la compra y el porte legal de pistolas y rifles en comparación con otras demarcaciones norteamericanas.

Basta con tener más de 18 años de edad y presentar un certificado médico para acreditar que se está libre de enfermedades mentales y reportes por violencia doméstica. Lo demás es esperar 72 horas para la revisión de antecedentes del comprador.

EL EFECTO ‘MASS SHOOTING’

Estados Unidos considera como tiroteos masivos a aquellos en los que hay más de cuatro víctimas mortales. La mayoría de estas matanzas son cometidas por hombres enfundados en el papel de tiradores solitarios.

Los mass shooting atizan la hoguera del debate en torno al derecho de portar armas. El argumento base es que deben ponerse mayores trabas a la compra de rifles y pistolas de alto calibre.

Barack Obama, presidente de extracción demócrata, puesto que las masacres han sido una constante de sus dos mandatos, ha intentado fortalecer las normas relativas al control de armas.

En los últimos tiroteos con tintes de matanza el armamento detonado fue adquirido legalmente, es decir, con la cotidiana verificación de antecedentes federales.

Al menos ocho de los verdugos de los ataques perpetrados en los últimos tres años tenían antecedentes penales o un historial clínico que incluía problemas mentales.

Obama, en pública manifestación, ha reconocido que lamenta no haber podido restringir la venta de armas.

Según la campaña Brady para prevenir la violencia con armas de fuego, cada día deja un saldo de 297 personas heridas de bala, de las cuales 89 fallecen (32 mil al año).

El vecino del norte tiene 321 millones de habitantes y se estima que en los hogares y arsenales privados hay 300 millones de armas.

En 2012, luego de la matanza de una veintena de niños y seis adultos en la primaria Sandy Hook, el presidente Obama propuso endurecer los requisitos para adquirir pistolas y rifles, candados como extender el control de antecedentes, prohibir las armas de asalto y limitar el número de balas que una persona puede adquirir.

Su iniciativa topó contra el rechazo de los republicanos en el Congreso americano.

ISIS O NO ISIS

El FBI ha recibido críticas porque en dos ocasiones entrevistó a Omar Mateen y aún así el estadounidense de origen afgano consiguió despistarlos, adquirir armas y ejecutar a medio centenar de personas.

Los señalamientos se robustecieron luego de que el Estado Islámico (ISIS) reivindicó la autoría de la masacre en el bar gay. Mateen fue presentado como un soldado de esa organización.

El propio verdugo, según consignan varias publicaciones, llamó a una televisora durante el tiroteo para proclamar su afiliación yihadista.

Mateen tiene eso en común con el autor de la masacre de San Bernardino, Syed Farook. El mismo día en que entró al centro regional para matar (14 víctimas mortales en total) Farook subió a Facebook un mensaje de lealtad hacia el Estado Islámico.

Obama asumió la defensa del FBI. En comparecencias ante cámaras y micrófonos subrayó que la oficina de investigación manejó el caso de Mateen siguiendo los protocolos apropiados.

Luego intentó regresar el foco de atención al tema del control en los mostradores. Llamó a sus compatriotas a reflexionar acerca de las amenazas que se ciernen sobre una sociedad que es tan permisiva con respecto a “armas tan poderosas”.

EL TIRADOR

La Oficina Federal de Investigación (FBI por sus siglas en inglés) elaboró un perfil de lo que denomina “tirador activo”, es decir, alguien decidido a intentar matar a una o varias personas en un lugar cerrado y con amplia afluencia mediante disparos de arma de fuego.

Las características fueron obtenidas luego de analizar una muestra de más de una centena y media de masacres ocurridas en Estados Unidos en el periodo de 2000 a 2013.

Los perpetradores son individuos narcisistas que se consideran especiales, con derecho a hablar y obrar según sus deseos, con la inteligencia que se necesita para resolver un problema que nadie más puede arreglar. También se sienten superiores, por ejemplo, a los representantes de minorías y consideran que pueden actuar con impunidad y sin remordimiento.

Llegan a sentir un miedo irracional por cuestiones que en ocasiones ni siquiera tienen un sustento en la realidad. No obstante, son reacios a etiquetar esa sensación como temor, prefieren llamarlo odio.

La mayoría de los victimarios tuvieron contacto en algún momento de su vida con un profesional de la salud mental.

Suelen ser personas aisladas y rencorosas, muy pocas veces tienen antecedentes criminales o arrestos por conducta violenta.

Su miedo se convierte en un odio desmedido del tipo que conduce hacia una conducta criminal.

Acumulan desaires, ya sea de tipo social o histórico, se proclaman víctimas de injusticias reales o imaginarias, o de errores que les han perjudicado con el propósito de validar su odio y paranoia, así consiguen la justificación a sus acciones.

Antes de masacrar suelen hablar con alguien o compartir mensajes en los que dan a conocer sus pensamientos, miedos, temas de interés y odios.

Al final del proceso llegan a concebir la violencia como una solución mágica a los problemas. Su desorden psicológico elimina las alternativas. Es raro que una masacre se desate debido a un acto impulsivo.

Omar Mateen, autor de la masacre de Orlando, según han dado a conocer los medios de comunicación, era objeto de ataques por parte de sus compañeros de escuela y se quejaba de que en el trabajo lo discriminaban por ser musulmán.

Los rencores, un divorcio a cuestas y un entorno familiar en el que se burlaban de él (su exmujer considera que tenía tendencias homosexuales) lo convirtieron en una persona frustrada, impredecible, iracunda y con alguna dosis de religiosidad.

En el 51 por ciento de los casos examinados por el FBI el tirador perdió la vida (43 por ciento cometió suicidio), el otro ocho por ciento fue abatido por las autoridades); el 45 por ciento fue detenido y en el cuatro por ciento restante no fue posible identificar al agresor.

En el caso de los tiradores escolares el FBI especifica que varios de los agresores sufrieron alguna pérdida personal en los meses previos al tiroteo, cosas como rupturas, muertes en la familia o divorcios de los padres.

Además, los estudiantes perpetradores suelen estar enganchados a contenidos violentos y se declaran fascinados por tiroteos previos.

HILLARY AND DONALD

Los aspirantes a la presidencia de la Unión Americana se sumaron a la ola de indignación por la matanza en el Pulse.

Hillary Clinton, virtual aspirante del Partido Demócrata, lamentó la ejecución de otro horroroso acto de terrorismo que tuvo por víctimas a integrantes de la comunidad LGBT (Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual).

Comentó que se trató de asesinatos de odio cometidos con armas de uso militar que, en primer lugar, nunca debieron terminar en manos enemigas.

La esposa del expresidente Bill Clinton aprovechó la ocasión para criticar a su previsible oponente republicano: “¿Y cómo respondió Donald Trump? Se ha felicitado a sí mismo por estar en lo correcto a propósito del terrorismo”.

También atacó al “chico de Queens” porque “ha sugerido que el presidente Obama secretamente simpatiza con terroristas”.

Además, le restregó al millonario inmobiliario su intolerancia hacia la comunidad LGBT y lo acusó de utilizar a esa minoría para justificar la retórica del odio contra un grupo religioso (los musulmanes) que nada tiene que ver con el terrorismo.

Las respuestas de Trump al ataque terrorista en Orlando, según Hillary Clinton, fueron mentiras y teorías de conspiración.

Para la política demócrata, la prevención del terrorismo debe comenzar por impedir a sus ejecutantes conseguir las herramientas para sus ataques, con énfasis en restringir el acceso a armas de asalto como las usadas en Orlando, San Bernardino y Connecticut.

Ya en un tono conciliador, señaló que la sociedad norteamericana si bien tiene serias desavenencias sobre la regulación del derecho a armarse, puede ser capaz de estar de acuerdo en unas pocas cosas.

Ese punto medio, señaló, “quizás no detenga cada tiroteo o ataque terrorista pero detendrá algunos y eso salvará vidas”.

En la otra acera partidista, Donald Trump anunció que se reuniría con la dirección de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) para estudiar opciones que permitan concretar algunas restricciones.

La maniobra es interpretada como una nueva muestra del distanciamiento entre el multimillonario y uno de los principios identitarios del Partido Republicano.

Una propuesta del “político novato” es que los sospechosos de terrorismo y quienes tengan prohibido votar no puedan comprar armas en tiendas autorizadas.

No obstante, en un mitin en Texas, refrendó su postura a favor de la Segunda Enmienda”, externó su pesar porque en el Pulse no había gente disparando en la dirección opuesta y afirmó que si alguna de las víctimas hubiera tenido un arma y le hubiera atinado al maniático entre los ojos “eso habría sido una hermosa vista”.

SECRETOS ABIERTOS

Para la organización Open Secrets, que se define como un centro para elaboración de políticas responsables, la cuestión del derecho a portar armas (el debate entre incrementar los candados o dejar las cosas como están) ha sido una “papa caliente” por años.

Según las cuentas de este grupo, los interesados en proteger la Segunda Enmienda han donado, desde 1989, más de 37 millones de dólares a candidatos, partidos y asociaciones defensoras del derecho a portar armas.

El 88% de los fondos fueron depositados a favor de candidatos y asociaciones ligadas con el Partido Republicano.

En el bando opuesto y en el mismo lapso los grupos a favor de un control de armas han contribuido un total de 2.5 millones de dólares, 94% de sus donaciones tuvieron por destinatario al Partido Demócrata.

Durante las elecciones de 2014 en Estados Unidos, los pro armas aportaron a candidatos y organizaciones afines a sus intereses nueve veces más que sus contrarios (3.7 millones de dólares contra 423 mil 750 dólares). También gastaron cerca de siete veces más en cabildeo (27.3 millones contra 4.2 millones).

Entre los principales contribuyentes para las campañas relacionados con el tema de las armas destacan:

Asociación Nacional del Rifle: 600 mil dólares (596 mil fueron para los republicanos).

Safari Club International: 287 mil 250 dólares (270 mil 250 para los republicanos y 17 mil para los demócratas).

Fundación Nacional de Deportes de Tiro: 119 mil 500 dólares (117 mil 500 para los republicanos).

Propietarios de Armas de América: 37 mil 959 dólares (9 mil 930 dólares para los republicanos y 28 mil 029 para organizaciones conservadoras).

Asociación Nacional por el Derecho a Portar Armas: 35 mil dólares (donados al Partido Repúblicano).

Sociedad dividida

Las frecuentes masacres han reforzado en el pueblo norteamericano la percepción de que el número de crímenes con armas de fuego ha aumentado en los últimos años.

Sin embargo, una investigación del Pew Research Center (PRC) muestra que la incidencia de este tipo de ilícitos disminuyó y se ha mantenido estable.

El estudio expone que entre 1993 y 2000 los homicidios consumados con disparos disminuyeron casi a la mitad. El periodo comenzó con una tasa de 7 defunciones por cada 100 mil personas y cerró con 3.8 fallecimientos por cada 100 mil norteamericanos.

De 2009 a 2014, el número de muertes producto de impactos de bala se ha mantenido entre los 11 mil y los 12 mil casos por año.

Los que sí han aumentado son los casos de suicidio, aunque sólo unas décimas, al pasar de 6.3 por cada 100 mil individuos en 2010 a 6.7 por cada 100 mil estadounidenses en 2014.

La percepción de que los tiroteos con tintes fatales van a la alza ha cerrado la brecha entre los americanos que están a favor y en contra de regular la venta de armas.

Según una encuesta del PRC difundida en julio del año pasado, la mitad de la población considera que es indispensable un mayor control mientras que un 47% opina que es más importante proteger el derecho de los norteamericanos a portar armas.

El soporte popular a la opción de mejorar los candados ha ido a la baja. En la década de los noventa del siglo pasado y en los primeros años del nuevo milenio los defensores de esa postura eran mayoría.

No obstante, los norteamericanos están de acuerdo con la adopción de medidas muy específicas:

Una revisión más profunda de los antecedentes del comprador (85%).

La aprobación de leyes para prevenir que personas con problemas mentales compren armas (79%).

La creación de una base de datos federal para rastrear todas las ventas de armas (70%).

Prohibir las armas de asalto (57%).

La encuesta del PRC también muestra que la filiación política es un aspecto determinante en la opinión de los norteamericanos.

El 73% de los partidarios demócratas favorece la aprobación de reformas para restringir el acceso a pistolas y rifles. El 71% de los simpatizantes republicanos afirma que es más importante proteger la Segunda Enmienda.

En cuanto a la influencia de la Asociación Nacional del Rifle el 40% de los estadounidenses piensa que dicha organización tiene mucha influencia sobre las normas para controlar la venta de armas; el 17% considera que es muy poca y un 36% opina que tiene una influencia suficiente.

54 de cada 100 norteamericanos aprueban la posesión de pistolas y rifles porque es importante para evitar convertirse en víctimas de un crimen.

40 de cada 100 destacan que son instrumentos útiles para poner a la gente a salvo de riesgos.

MATAR O MORIR

Análisis de medios como The New York Times o The Guardian exponen que para el periodo 1970-2015 el promedio estadounidense de muertes por arma de fuego es de 92 al día, una cada 16 minutos.

El total de los 35 años en cuestión es de 1.45 millones de muertes por asesinato, suicidio o accidente. Se trata de una cifra más alta que la del número de fallecidos de sus fuerzas armadas en todas las guerras en las que ha participado la nación americana.

La tasa de defunciones relacionadas con disparos es de 29.7 muertes por cada millón de ciudadanos, mientras que en Canadá son 5.5 fallecidos por cada millón.

La campaña Brady ha destacado que entre las víctimas fatales hay más niños menores de seis años que policías en activo. Un dato del Centro de Control de Enfermedades de EEUU indica que en 2013 heridas de bala causaron la muerte de 83 niños, ese mismo año cayeron 27 agentes.

Estados Unidos representa apenas el 4.4% de la población mundial, pero en los hogares del vecino se concentran 42 de cada 100 armas en posesión de manos civiles que hay en la tierra.

NRA

La Asociación Nacional del Rifle señala que políticos oportunistas como la virtual candidata demócrata, Hillary Clinton, utilizan el ataque al bar en Orlando, para ensalzar su agenda contra la Segunda Enmienda y dejar intocado al enemigo obvio (el terror de los yihadistas del Estado Islámico)

Critican que Clinton haya difundido un mensaje con la frase “las armas de la guerra no tienen lugar en nuestras calles” y que propusiera prohibir los rifles de asalto.

En una invitación a defender el derecho a tener armas, la NRA subraya la duplicidad de la demócrata: ella y su familia, comentan los pro armas, han sido protegidos por guardias que han utilizado un fusil de ese tipo, el AR-15, por tres décadas.

La asociación advierte a todos aquellos que temen por su seguridad y la de sus familias que “Hillary quiere negarles el nivel de protección que ella insiste en mantener”.

Llama a no permitir que el Congreso apruebe las medidas anti-armas “al calor del reciente ataque del terror”.

También se menciona la fallida prohibición federal sobre las armas semiautomáticas promulgada por el marido de Hillary, Bill Clinton, en 1994. Mencionan que esa medida no contribuyó en nada a reducir la criminalidad en el país.

Enseguida se denuncia que su derecho a vivir armados “están bajo ataque como nunca antes”.

Para reforzar la postura, la NRA comparte testimonios como el de Mark Allen Brando, un exoficial de policía de Detroit cuyo hijo fue asesinado en el ataque al Pulse.

En su alocución, el agente retirado describe cuánto deseó de que su hijo estuviera armado esa noche.

La NRA y sus partidarios esgrimen que es más fácil arremeter contra una persona escabrosa (Omar Mateen) que confrontar la verdadera amenaza: el terrorismo islámico propenso a dañar a Norteamérica.

El islam radical, según la asociación, es un crimen de odio que está por ocurrir y la única manera de derrotarlos es destruyendo a sus agentes en lugar de erradicar el derecho de los norteamericanos a defenderse.

Las restricciones a la venta de armas, según la organización son poco efectivas y anticonstitucionales. Cuando mucho está dispuesta a conceder que las compras por parte de personas investigadas por el FBI no queden prohibidas sino pospuestas.

FRONTERA

Ernesto Villanueva y Karla Valenzuela, autores del libro Seguridad, Armas de Fuego y Transparencia (UNAM, 2012), consideran que los altos índices de criminalidad son la causa de la inclinación ciudadana hacia las armas de fuego.

Los civiles, explican, recurren a la posesión de armas como una medida de autodenfensa.

Su investigación les permitió encontrar que los lanzadores de proyectiles se usan tres veces más para repeler una agresión que para cometer un delito.

En varios estados de la Unión Americana, comentan, existe una ley llamada “Gun Free School Zones”, que es la prohibición para cargar pistolas y fusiles, entre otros lanzadores de proyectiles, a mil pies a la redonda de las escuelas.

Sin embargo, como es una norma que ha demostrado ser ineficaz, a partir de agosto próximo en Texas estará permitido llevar esas herramientas de autoprotección a clases en las universidades públicas.

La prevalencia en la posesión de armas de fuego, y en este punto los investigadores mexicanos coinciden con un argumento de la NRA, no tiene efectos notorios en la tasa de delitos ya que las armas de fuego pueden ser sustituidas por otro tipo de armas.

En México el uso de rifles y armas cortas está regulado por la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosiones, norma que restringe la proliferación de armas en los hogares.

Para los investigadores Villanueva y Valenzuela dicha medida no ha dado los resultados esperados y a más de cuarenta años de su promulgación el país atraviesa uno de los periodos de inseguridad más críticos en su historia.

En las cruentas batallas que se libran en territorio mexicano, producto de las guerra entre cárteles y del combate entre autoridades y grupos criminales, la cercanía con Estados Unidos es un factor que ha contribuido a avivar los tiroteos.

La vecindad con el primer productor de armas de fuego a nivel mundial ha fomentado el desarrollo de un mercado bélico ilegal en la frontera norte mexicana.

Datos de la Agencia Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos norteamericana indican que más del 90% de las armas de fuego aseguradas en México provienen del otro lado del río Bravo.

ENMIENDA

James Madison, uno de los padres fundadores del país vecino, fue el encargado de redactar la Segunda Enmienda de la Constitución norteamericana. El texto dice que para la seguridad de un estado libre es necesaria una milicia bien regulada y por tanto no debe ser infringido el derecho del pueblo a tener y portar armas.

La milicia a la que hace referencia la enmienda no es un ejército organizado y al servicio de un gobierno sino los colonos independizados de Inglaterra que combatían su preocupación hacia sufrir un ataque venido de ultramar teniendo siempre a mano una carabina.

Otro propósito de la enmienda era calmar las sospechas de los sureños ante posibles abusos de poder por parte de los federalistas en la nueva nación.

El paso del tiempo no ha deteriorado la base de la enmienda: los ciudadanos asumen la responsabilidad de proteger a sus familias.

El problema para los vecinos es que las armas han optado por no quedarse en casa y esa tendencia se ha visto reflejada cruelmente en los últimos años.

Según el portal shootingtracker.com entre el primero de enero y el 19 de junio del calendario en curso han ocurrido diez casos de “mass shoting”. Además de las rondas del Sig Sauber en el Pulse en Orlando destaca un ataque en Ohio, con fecha del 22 de abril, y sus ocho víctimas mortales.

El año pasado cerró con un total de 15 masacres. Las balaceras contra gente indefensa que resaltan son la matanza en San Bernardino California (2 de diciembre) con sus 16 defunciones y un tiroteo en Oregon (primero de octubre) con una decena de asesinatos.

El 2014 tiene registrados siete multihomicidios (uno con fecha del 18 de septiembre en Florida dejó ocho muertos) y 2013 dejó un saldo de 10 tiroteos masivos (uno ocurrido en el Distrito de Columbia el 16 de septiembre tuvo 11 víctimas mortales).

2012 también tiene su caso destacado, los 27 muertos en Sandy Hook, Connecticut.

Más atrás, en 2009, se encuentran los 13 abatidos en Binghamton, Nueva York, y otros 13 ultimados en Fort Hood, Texas.

2007 tiene los 32 asesinatos de la Universidad Tecnológica de Virginia.

Más atrás se encuentran otros dos referentes obligados, la masacres en Columbine, Colorado, en 1999, con saldo de 13 muertos, y la de Killeen, Texas, en 1991, con 23 víctimas.

En el archivo en línea se incluyen tiroteos en los que sólo hubo heridos. Para efectos de esta publicación se cuentan solamente aquellos que cumplen el requisito de más de cuatro fallecidos en un mismo evento.

Los mass shootings en Estados Unidos son como las películas de una saga terrible que obsequian al espectador finales abiertos, es decir, la velada promesa, cuando no la garantía irrompible, de que aún hay más por venir. Bang.

Correo-e: [email protected]

Vista aérea de la escena del tiroteo en el club nocturno Pulso,
Florida (2016). Foto:AP
Vista aérea de la escena del tiroteo en el club nocturno Pulso, Florida (2016). Foto:AP
La Unidad de Entrenamiento de Armas de Fuego muestran un rifle Bushmaster AR-15, misma marca y modelo del arma utilizada por Adam Lanza en el tioreto de la escuela Sandy Hook. Foto:AP
La Unidad de Entrenamiento de Armas de Fuego muestran un rifle Bushmaster AR-15, misma marca y modelo del arma utilizada por Adam Lanza en el tioreto de la escuela Sandy Hook. Foto:AP
El presidente estadounidense, Barack Obama declaró “acabar con la pauta que convierte a los tiroteos masivos en el algo que ocurre de forma normal en el país” (2015). Foto:EFE
El presidente estadounidense, Barack Obama declaró “acabar con la pauta que convierte a los tiroteos masivos en el algo que ocurre de forma normal en el país” (2015). Foto:EFE
Cartel de la Campaña Brady “Cualquiera puede ser un blanco de tiro”. Foto: Brady Campaign
Cartel de la Campaña Brady “Cualquiera puede ser un blanco de tiro”. Foto: Brady Campaign
Cristina Verro viendo armas en tiempos de rebajas en una tienda de armas en Florida. Foto: Joe Raedle/Getty Images
Cristina Verro viendo armas en tiempos de rebajas en una tienda de armas en Florida. Foto: Joe Raedle/Getty Images
Foto: Kali9/Getty Images
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Miembros de la Asociación Nacional del Rifle durante una reunión anual en el Centro de convenciones de ANR, Tennesse (2015). Foto: Mark Humphrey/AP
Miembros de la Asociación Nacional del Rifle durante una reunión anual en el Centro de convenciones de ANR, Tennesse (2015). Foto: Mark Humphrey/AP
Foto: Business Insider
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Masacre de la Escuela Elemental Sandy Hook, Oregon (2012). Foto: Spencer Platt/Gettyimages
Masacre de la Escuela Elemental Sandy Hook, Oregon (2012). Foto: Spencer Platt/Gettyimages

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