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A Cien Por Hora...

Ricardo Rubín

BANDERAZO DE SALIDA.- Edmo Elizondo es un buen amigo mío al que le gusta profundizar en algunos temas. La otra noche, en amena charla, llegamos hasta el análisis de los efectos que deja una noche de copiosas libaciones, comúnmente llamados ?cruda? o ?resaca?. Y esto fue lo que recuerdo que el buen Edmo dijo: ?Así como la sombra persigue a la imagen, la ?cruda? es lo que viene después del abuso de las bebidas alcohólicas: la cruda y el arrepentimiento. Juramos y perjuramos no volver a tomar, pero somos muy tercos. Y como es mucha la insistencia y poca la resistencia, pues volvemos a tropezar con la misma piedra. Y al día siguiente qué sed, qué angustia, qué dolorón de cabeza?.

CURVA PELIGROSA.- He aquí, según Edmo, algunas de las benditas sugerencia que los buenos amigos y los expertos ofrecen para curar la cruda: Beber chocolate caliente y espumoso... Café bien cargado... Beber una cerveza fría o un trago cargadito (con peligro de agarrar de nuevo la onda)... Bañarse con agua fría... Comer chilaquiles o un mondongo bien picosito... Comer nieve de crema de vainilla... Y como preventivo antes de empinar el codo. Tomar dos aspirinas... La ?cruda? puede curarse en sus efectos físicos encerrándose en un cuarto a prueba de ruidos, sin hijos escandalosos ni la esposa molona. Y, por su puesto, sin teléfono, televisión, ni el volar de una mosca.

RECTA FINAL.- La realidad de todo esto es, como dice el refrán: Lo mejor de los dados es no jugarlos... O sea que, si no queremos sufrir la cruda, no hay que tomar en exceso. Y también es bueno tener en cuenta una advertencia sabia que dice: Después de tomar licor en abundancia, no comer sandia ni melón, ni como fruta ni como refresco... Estas frutas son muy frías y de difícil digestión, y cuando algunos crudos las comen o toman sufren terribles consecuencias que van de fuertes dolores de estómago hasta vómitos incontrolables... Los expertos en estas cuestiones de felicidad líquida también tienen buenos consejos para lograr que una noche de libaciones constantes no cause efectos desastrosos.

META.- Siempre que tome, coma. Esto es una verdad absoluta... Hay bebedores que sólo consumen licor, pero nunca comen nada... El buen bebedor es aquél que mientras toma, sea lo que sea, está ?picando? algo, aunque sea unos democráticos cacahuates... Los buenos bebedores suelen hacer buenas comidas. Hay algunos que, a mitad del festín, ordenan un buen platillo. Comer hace que el efecto desastroso del licor disminuya, que el cuerpo se fortalezca y que en el estómago se controlen los jugos gástricos afectados por el alcohol. Como se ve, dice el buen Edmo que abundan los consejos entre los miembros de la hermandad sedienta. Por supuesto, las curas para la ?cruda? no están garantizadas en la misma forma para cada bebedor. Así que, encuentre usted su propio consuelo a su dolor.

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