En las empresas y en las organizaciones los cambios de organizacionales y de personas se presentan con frecuencia, debido al crecimiento, a adecuaciones de mercado, por disminución de tamaño, por adquisición o venta de empresas, o por otras razones. Lo anterior significa que las personas que trabajan en ellas, se tendrán que adaptar a un nuevo jefe o jefa. Y uno se pregunta ¿Cómo desarrollar una relación efectiva con el jefe o jefa si cambian con frecuencia? ¿Qué tanto debemos invertir en el intento? ¿Cómo podemos obtener de nuestro jefe o jefa lo que necesitamos para tener éxito en nuestro puesto?
Mantener una buena relación con el jefe es de por sí todo un reto. Más aún si el jefe cambia con frecuencia. Hay una gran parte del trabajo que es relacional, tratamos con mucha gente y debemos conocerlos, establecer normas y patrones de comportamiento. Si el jefe cambia con frecuencia, tenemos mucha más carga relacional y tenemos que invertir más tiempo y energía en ello. Las firmas consultoras de recursos humanos reconocen que estar lidiando con frecuencia con nuevos jefes "es una de las cosas más frustrantes del mundo". El primer impulso que experimentamos es el de escabullirnos y escondernos del nuevo jefe. Sin embargo, debemos ser muy proactivos, hay formas efectivas de convertir esta situación retadora en una situación mucho más tolerable.
Consigue una entrevista con el nuevo jefe. Un nuevo jefe puede no estar tan dispuesto a ayudarte en tu carrera si no fue el quien te contrató, sino que te "heredó" porque ya estabas ahí cuando él llegó. Pero debes hacer lo posible para que te trate y piense en ti como si él te hubiera contratado. Busca una entrevista personal con el nuevo jefe, muéstrale tu currículum y lo que has hecho en tu trabajo, dile quién eres, tus fortalezas, tus metas personales. Es muy importante hacer esto en cuanto sea posible, no dejes pasar mucho tiempo sin lograr la entrevista, pídela sin temor al rechazo. En una ocasión yo pedí la entrevista al nuevo director general del grupo y me la dio de inmediato, tuvimos una charla muy cordial durante tres horas y al final me deseó mucho éxito en mi trabajo. Claro que pudo ser lo contrario, pero había que arriesgar. Como decía mi maestra de química de preparatoria: "Prefiero una verdad que me mate, a una duda que me asesine".
Investiga y descubre las nuevas prioridades. Le vas a tener que hacer al detective, debes encontrar las razones de por qué escogieron al nuevo jefe, cuáles son sus fortalezas y su experiencia. Probablemente lo anterior tenga mucha relación con los errores y fallas del jefe anterior. Para encontrar esta información platica con tus compañeros, tus colegas de otros departamentos o con el jefe de tu jefe. Ingéniatelas para involucrarte en el proceso de inmersión de tu nuevo jefe. Acóplate a las nuevas prioridades, pero si la empresa está girando hacia una nueva dirección que no va contigo, piensa muy bien si todavía quieres seguir ahí o si es tiempo de buscar un nuevo trabajo.
Modifícate y ajústate. Una de las cosas más retadoras cuando uno se enfrenta a nuevos jefes con frecuencia, lo es el ajustarse al nuevo ritmo. La ventaja de trabajar para el mismo jefe durante varios años es que ya sabes qué esperar de él y hay mucho de predecible en su comportamiento. Pero cuando el organigrama se mueve con frecuencia, tenemos que ajustar y actualizar nuestros modelos mentales y hasta nuestro estilo de trabajo. Una forma de hacer bien lo anterior es no pensar en el nuevo jefe como "nuestro jefe", sino como "un cliente muy importante", con su peculiaridad y sus propias necesidades. Tienes que cambiar y adaptarte. Pregúntale cómo le gustaría que fuera la comunicación entre ustedes, que tan a menudo le gustaría que lo pongas al tanto de tu trabajo y qué nivel de detalle quiere en tus informes. Después de uno o dos meses, pídele que te retroalimente acerca de cómo haces tu trabajo.
Invierte en una buena relación con tu jefe, aun si sabes que este nuevo jefe será temporal. No caigas en la trampa de pensar que no necesitas tener una buena relación con tu nuevo jefe porque pronto se irá. Cuando se vaya, pondrá al tanto al sustituto y más vale que de buenas referencias tuyas. Tú no necesitas ser buen amigo del nuevo jefe, pero es bueno que te conozca y lo conozcas, tener buenas relaciones con los colegas y con el jefe, hace más agradable nuestro trabajo. Trata de conocer los pasatiempos del nuevo jefe, saber acerca de su familia, sé abierto y curioso, si a final de cuentas el nuevo jefe no se abre, regresa e enfocarte a fondo en tu trabajo.
Enfócate en aprender. Un nuevo jefe de seguro tendrá mucho para enseñarte, puede que él sea un excelente estratega de mercado o un excelente vendedor, tu nuevo jefe puede ayudarte a ver tu trabajo desde una nueva perspectiva, con sus ojos frescos. Toma la ventaja de aprender de tu nuevo jefe.
Revisa tu actitud hacia el trabajo. Si no te agrada tu nuevo jefe, como te agradaba el anterior, enfoca tu atención y tu energía en las áreas en las que tienes el control y en lo que tú puedes hacer para mejorar la situación en el trabajo, participa y contribuye. No pienses que eres el que lo sabe todo. No te quejes del nuevo jefe con tus compañeros de trabajo. Busca personas que te puedan dar una buena retroalimentación acerca de la validez de tus quejas del nuevo jefe, si las tienes.
Atiende estas recomendaciones, te ayudarán a que pronto seas tú la persona designada a ser el nuevo jefe.
