Antoine Griezmann terminó como el principal artillero del torneo con seis tantos.
La impericia de Francia frente al gol terminó por hundirla en la final de la Eurocopa ante Portugal, en la que incluso Antoine Griezmann, el máximo anotador del torneo, desperdició sus ocasiones.
Diez años después de perder en una tanda de penales ante Italia en la final de la Copa del Mundo, Francia no aprende a liquidar a sus rivales en los momentos decisivos.
Pese a recibir de todo un país y un estadio repleto de franceses, Les Bleus se quedaron cortos de ideas ante el armazón defensivo de Portugal, comandado por su central Pepe.
Al comenzar el segundo tiempo, Griezmann logró cabecear un centro desde la izquierda de Kingsley Coman, pero mandó el balón apenas por encima del travesaño. En los descuentos sobre el final del tiempo reglamentario, el suplente Andre-Pierre Gignac estrelló un remate en el poste, con el arco a disposición.
"Nos faltó la suerte de los campeones", dijo Griezmann.
Aunque el arquero portugués Rui Patricio se lució con varias atajadas providenciales, incluyendo una en la que voló para manotear afuera un cabezazo de Griezmann a los nueve minutos. También tuvo que prodigarse para repeler un remate desde larga distancia de Moussa Sissoko.
A Francia le faltó aplomo. Como en la semifinal ante Alemania, Francia arrancó a paso redoblado, pero no pudo sostener su intensidad, difuminándose con pases imprecisos.
El técnico Didier Deschamps reconoció que a su equipo le faltó "frescura".
