El joven aprendiz de seductor le pidió a Don Juan que le hablara de sus amores. Respondió el sevillano:
-Cuando estoy conmigo mismo los recuerdo. Cuando estoy con alguien los olvido.
No quedó satisfecho el mozo. Insistió:
-¿Qué mujer entre todas las que amaste es la que más recuerdas?
-A todas las recuerdo a cada momento. A todas las he olvidado en este momento.
Se irritó el pavitonto.
-¿No me queréis hablar de vuestra vida?
-De más provecho para ti sería que te hablara de mi cercana muerte.
Lo desafió el muchacho:
-¿Te arrepientes haber vivido?
-No -dijo Don Juan-. Y de morir tampoco me arrepentiré.
Calló el mozo. Entendió que con sus silencios don Juan le estaba diciendo más que con sus palabras.
¡Hasta mañana!...