Realidad. En las regiones indígenas persisten conductas machistas, por lo que muchas mujeres huyen.
La violencia intrafamiliar se sigue registrando en la zona indígena del país, obligando a muchas mujeres y sus hijos a salir de sus lugares de origen en la búsqueda de ayuda.
Como reflejo de esta realidad, la Fundación Semilla tiene un padrón de 100 mujeres y sus hijos (aproximadamente cuatro por mujer) provenientes tanto de las comunidades tepehuanas como de las huicholas, además de tarahumaras o rarámuris que están llegando desde Chihuahua.
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