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La ingeniería genética enciende el cerebro

HAY NUEVAS ESPERANZAS PARA EL TRATAMIENTO DE ENFERMEDADES COMO DEPRESIÓN, PARKINSON, AUTISMO Y ESQUIZOFRENIA

La ingeniería genética enciende el cerebro

La ingeniería genética enciende el cerebro

AGENCIAS

La mirada simplemente parece vaciarse. No hay placer ni esperanza. Un paciente con depresión vive con una angustia constante que lo incapacita, de hecho la OMS considera que este padecimiento es la principal causa mundial de discapacidad, con alrededor de 350 millones de personas afectadas.

En este sentido la neurobiología tiene todavía mucho que descubrir sobre las conexiones neuronales que ayudan a determinar, entre muchas otras cosas, el comportamiento y los estados de ánimo que se trastocan ante la diversa gama de enfermedades psiquiátricas que parecen haber aumentado en los últimos tiempos y cuyos tratamientos estándar, en la mayoría de los casos, se reduce a cocteles de medicamentos con resultados variables.

Una de las grandes y más recientes aportaciones al campo de las neurociencias es la optogenética que tiene que ver precisamente con un mejor estudio del cerebro, el órgano que realiza las funciones más complejas a través de las conexiones de sus alrededor de cien mil millones de neuronas. Tal como su nombre lo sugiere, se conoce como optogenética al desarrollo y combinación de métodos genéticos y ópticos para controlar reacciones específicas en ciertas células de tejidos vivos. La optogenética avanza paralelamente al gran sueño de los neurobiólogos: controlar la actividad neuronal de forma selectiva y con ello luchar de manera más eficaz contra los trastornos que se gestan en nuestro cerebro.

Después de más de una década de haberse publicado sus primeros resultados, el desarrollo de la optogenética se ha mantenido en diversos laboratorios del mundo, brindando nuevas esperanzas para el tratamiento de enfermedades como depresión, ansiedad, Parkinson, autismo y esquizofrenia, entre otras. Los diferentes grupos de especialistas que trabajan con estas nuevas herramientas científicas también han encontrado beneficios para el tratamiento de las adicciones, enfermedades neurodegenerativas, trastornos de la alimentación e incluso algunas enfermedades relacionadas con el funcionamiento del corazón y de la vista.

 LOS MISTERIOS DE LA CORTEZA PREFRONTAL

Recientemente estuvo en nuestro país el doctor Ofer Yizhar, especialista del Departamento de Neurobiología del Instituto de Ciencia Weizmann en Israel. Yizhar centra sus investigaciones en desentrañar los misterios de la corteza prefrontal, un complejo laboratorio al interior de nuestra cabeza donde ocurren muchas de las funciones cerebrales superiores, como el lenguaje, la regulación emocional y el comportamiento dirigido a un objetivo. Esta es también una de las regiones más fuertemente relacionada en varios tipos de enfermedades psiquiátricas.

"Sabemos que hay cambios que pueden ocurrir en la corteza prefrontal y que se manifiestan en enfermedades psiquiátricas. Por ejemplo, hay evidencias de pacientes esquizofrénicos que muestran fuertes indicadores de una conexión entre su enfermedad y esta zona del cerebro. Los cambios parecen registrarse específicamente en ciertos tipos de neuronas", señala el científico y explica que en el cerebro, en general, algunas neuronas se encargan de excitar a otras, de activarlas; mientras que hay otras que inhiben, que suprimen esta actividad. En este sentido Yizhar señala que los cambios sufridos en la esquizofrenia, así como en otros trastornos psiquiátricos, parecen estar específicamente relacionados con la actividad inhibitoria de las neuronas y eso es algo en los que Yizhar ha concentrado sus estudios.

"Este es uno de los más importantes descubrimientos en torno a esta enfermedad y el cerebro. Hasta hace muy poco, uno de los problemas era que los investigadores no teníamos buenos métodos para hacer preguntas sobre el papel de determinado tipo de neurona, sobre cómo afecta en el desarrollo de una enfermedad específica", comenta Yizhar, quien encontró en la optogénetica las herramientas precisas para elaborar estos cuestionamientos.

Yizhar cuenta que cuando era estudiante le sorprendieron los resultados publicados de una investigación que utilizaba la luz para manipular la actividad neuronal. "La manera de hacerlo era tomar un gen de un alga que podía detectar la luz y al ponerlo en las neuronas, éstas se activaban. Esta es una muy simple explicación sobre la forma en que actúa la optogenética".

En una explicación más detallada se define a la optogenética como una técnica que se basa en el uso de proteínas microbianas que pueden ser activadas por la emisión de luces de alta precisión Es así que en el laboratorio de Ofer Yizhar se insertan estas proteínas sensibles a la luz en una selección de neuronas para probar diversas hipótesis con respecto a la disfunción de circuitos neuronales asociados a ciertas enfermedades. Cada año los científicos son capaces de probar con mayor precisión diferentes sistemas de señalización bioquímica y entender mejor el funcionamiento de las neuronas.

De algas y bacterias 'iluminadas'

La investigación precursora de estos trabajos es la publicada por el doctor Karl Deisseroth en 2005. El organismo unicelular que inspiró estos trabajos es la Chlamydomonas reinhardtii, un alga unicelular de 10 micrómetros de diámetro que nada con dos flagelos y que tiene la capacidad de desplazarse hacia una fuente de luz. El trabajo de este investigador empezó a "germinar" en varios laboratorios del mundo y de hecho fue nombrado como uno de los estudios más relevantes en neurociencias de los últimos años.

De hecho, a inicios de este año, Deisseroth recibió el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Biomedicina, mientras Ed Boyden, catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) celebraba la decisión diciendo que si imaginamos al cerebro como una computadora, "la optogenética sería como un teclado que nos permite enviarle al cerebro instrucciones muy precisas".

El desarrollo de la ingeniería genética ha privilegiado esta técnica que implica también un fuerte trabajo multidisciplinario qué vincula además a especialistas en óptica, láser, comportamiento animal y fisiología, entre otros. "Cada vez que se logra este proceso en el laboratorio es muy impresionante, pues el efecto que tienen las neuronas ante el impulso luminoso es inmediato. Ahora la pregunta es saber cuál es la contribución de este tipo de neuronas en el cerebro, en la conducta específica de los individuos".

El especialista explica que el trabajo que desarrolla es ciencia básica, pero enfocada a investigar la forma en que actúa el cerebro respecto a las enfermedades psiquiátricas. Así que la pregunta clave es cómo opera el cerebro porque entendiendo cómo funcionan los circuitos neuronales en estado sano, se pueden entender los cambios que ocurren durante la enfermedad.

Para la realización de estas investigaciones, en el laboratorio de Yizhar se trabaja con modelos animales. "Los ratones intervenidos mediante la ingeniería genética tienen mutaciones que sabemos que causan enfermedades en los humanos, como la que causa autismo, por ejemplo", señala el científico y explica que se puede encontrar el mismo gen o un homólogo en el ratón y esto funciona para observar qué cambia en el organismo vivo, en su cerebro.

"Podemos observar cómo afecta la mutación, del autismo su comportamiento social, la memoria, las emociones, la regulación de la atención. Todos estos cambios suceden en los humanos, pero también se pueden detectar en los ratones. Creemos que las neuronas humanas deberían responder en el mismo modo que con los modelos animales, no tendría que haber cambios significativos", comenta.

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Escrito en: Neurobiología optogenética

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