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Crisis en Brasil

¿El fin del sueño de la prosperidad?

Manifestantes exigiendo la destitución de la Presidenta Dilma Rousse en Sao Paulo en medio de un escándalo de corrupción. Foto: Getty Images

Manifestantes exigiendo la destitución de la Presidenta Dilma Rousse en Sao Paulo en medio de un escándalo de corrupción. Foto: Getty Images

Rubén Caro Juárez

Durante la década pasada y principios de la actual, la economía brasileña estuvo considerada, junto con las de Rusia, China, India y Sudáfrica, como una de las que marcarían el futuro político y económico del nuevo siglo; en medio de una crisis económica, política y social, hoy el país sudamericano está lejos de tal afirmación.

En esta era, llamada “del conocimiento”, donde una gran cantidad de información está al alcance de un clic, vale la pena preguntarnos como individuos, como región o país qué deseamos hacer con esa serie de datos. Reflexionar sobre cómo afectan la economía doméstica, las compras diarias, y es que actualmente contar con información oportuna es parecido a encontrar un maletín con dinero.

Diariamente los medios de comunicación nos bombardean con un sinfín de notas de los diferentes países y bloques económicos, que si el dólar sube, que si China ya no crece o que si la economía brasileña está en crisis, en fin, todos estos temas no nos deben de ser indiferentes, debemos seguir el hilo de los eventos para poder tomar las decisiones que mejor convengan a nuestros intereses.

La sociedad brasileña experimenta en los últimos meses una crisis económica y social que el gobierno ya no puede ocultar. Hemos sido testigos de cómo termina el sueño brasileño de prosperidad. Las razones de este declive económico son variadas, tanto internas como externos, pero en nuestra opinión es en gran medida, resultado de la nula aplicación de una política a largo plazo, algo muy común en materia económica en la región latinoamericana.

En administración no existe una fórmula mágica para fomentar el desarrollo, ni todos los modelos son perfectos, eternos o aplicables a cualquier entorno económico. Es aquí donde Brasil cometió uno de sus errores más garrafales, pensar que la bonanza económica sería para siempre, que no se necesitaban más reformas, en fin, dormirse en sus laureles justo en la cúspide de su éxito económico.

GENERALIDADES

Cuando escuchamos la palabra Brasil lo primero que viene a la mente son los suntuosos carnavales, el jogo bonito de la selección brasileña, playas exóticas y naturaleza exuberante.

Pues bien, además de todo eso, este país latinoamericano, es, con sus 8 millones 514 mil 877 kilómetros cuadrados, uno de los más grandes del mundo, tiene frontera con casi toda Sudamérica y grandes extensiones de litoral.

Su historia contemporánea está marcada por los golpes de Estado de los militares hasta el año de 1995, cuando llega el presidente Cardoso y posteriormente Luiz Inácio Lula da Silva, y es a partir de entonces que el país comienza a tener un poco de libertad de expresión y apertura al mundo.

Tradicionalmente, Brasil depende demasiado de las exportaciones. La agricultura es esencial ya que aunque su aporte al PIB nacional es bajo, dota de trabajo al 20 por ciento de la población y genera actividades industriales complementarias. Los principales productos que exporta este país son: café, zumo de naranja, granos, salvado y aceite de soya, azúcar, tabaco y cigarrillos, papel y celulosa, carnes bovinas, porcinas.

Dispone además de una gran cantidad de bosques, que son muy difíciles de explotar ya que para hacer rentable la actividad se necesitaría arrasar con una gran extensión de selva, porque es muy baja la proporción de árboles con madera de calidad por kilómetros cuadrado.

Es rico en recursos minerales y petrolíferos, de la región sureste se extrae oro, manganeso, níquel, hierro, cromo y cobalto, pero cuenta enormes reservas que aun hoy en día no han sido explotadas.

La industria se centra en diversos polos de desarrollo como lo son el triángulo Sao Paulo, Rio de Janeiro y Belo Horizonte, al que después se le unió Salvador de Bahía, esto gracias al descubrimiento de petróleo. Estas actividades aportan el 30 por ciento al PIB.

Pero sin lugar a dudas el sector que predomina es el de los servicios el cual aporta hasta un 60 por ciento al PIB nacional y emplea a más de la mitad de la fuerza de trabajo. Destaca el turismo ya que Brasil es el país de Sudamérica que más turistas recibe, principalmente de Europa y Estados Unidos.

LA VIDA ES UN CARNAVAL

Durante la década pasada y principios de la actual, Brasil tuvo un crecimiento excepcional debido a diversas medidas gubernamentales entre las que se cuentan el aumento del salario mínimo y la aplicación de exenciones fiscales, lo que estimuló el consumo interno y provocó un crecimiento de hasta 7.5 por ciento anual.

Además impulsó una ola de reformas que dinamizaron la economía y la sociedad del país, lo cual le dio la oportunidad, junto con otros países como Rusia, India, China y posteriormente Sudáfrica, de conformar el grupo de las BRICS, consideradas en su momento como las economías emergentes que marcarían el futuro político y económico del nuevo siglo, ya que juntas representaban el 43 por ciento de la población mundial, sin contar que movilizaban el 20 por ciento de la inversión mundial con niveles de crecimiento muy altos.

CUANDO LA FIESTA SE ACABA…

Pero la actualidad de este país sudamericano es muy volátil. Hoy tiene que escoger entre el endeudamiento gubernamental o los recortes de gastos combinado con la aplicación de un aumento en los impuestos para tratar de equilibrar su economía.

Algunos especialistas afirman que el problema brasileño es más bien político, ya que en las últimas fechas se han ido destapando escándalos de malversación de fondos de la empresa petrolera Petrobras, en los que se involucra a políticos de la actual y pasada administración federal, y de rebote a las compañías más grandes del país, como Odebrecht, Andrade Gutiérrez y OAS, que en otros tiempos ejecutaban grandes proyectos de infraestructura que impulsaban la productividad y ahora tienen que lidiar con arrestos y enjuiciamiento de sus principales ejecutivos.

Existe un ambiente político con muchas fricciones entre la presidencia y el congreso, lo que no permite que se pongan en marcha medidas para dinamizar la economía. Esto aunado a la molestia generalizada por las fuertes inversiones que se hicieron para fungir como sede de la Copa Mundial Brasil 2014 y de los Juegos Olímpicos Rio 2016 y, algo que la mayoría de las personas en miseria observan como una falta de sensibilidad del gobierno.

El gobierno que preside Dilma Rousseff sostiene que la crisis se debe a problemas internos y externos como la gran sequía que se ha dejó sentir en 2015 o la inestabilidad de la economía china. A esto hay que sumarle la baja de los precios de las materias primas que afecta a la región en general y el desempleo (se estima que el país perdió 1.5 millones de puestos de trabajo formal).

Además, la falta de confianza por parte de las calificadoras exteriores han ensombrecido el horizonte brasileño, pues actualmente no cuentan con el grado de inversión, un preciado sello que identificaba al país como buen pagador, y con esto cualquier recurso que solicite en el exterior tiene un costo más alto. En su caso, estas calificaciones también provocan que los capitales se retiren del país a otros destinos menos turbulentos, lo que agrava el problema fiscal y monetario.

El panorama para los brasileros es muy complicado, con una economía global cerca de una nueva crisis económica. Lo que puede hacer la diferencia son las voluntades de las personas que están frente al gobierno. El detalle es encontrar un nuevo modelo, una nueva manera de hacer que todas las ventajas geográficas, materiales y económicas ayuden a esta nación a salir adelante porque si algo queda claro es que si a este importante coloso del sur le va mal afectará a todos sus vecinos de una u otra manera.

Correo-e: [email protected]

La compañía minera brasileña Vale reduce su inversiones para este 2016. Foto:EFE
La compañía minera brasileña Vale reduce su inversiones para este 2016. Foto:EFE
El gobierno brasileño anunció que aumentará el crédito público para reanimar la economía. Foto: EFE
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