Se defiende. José Bernardo Quezada aseguró que todas las actividades empresariales que ha realizado son lícitas.
¿Se puso de acuerdo con Elba Esther Gordillo para saquear a los trabajadores, diputado?, se le pregunta al diputado del Panal Bernardo Quezada, quien se enriqueció cobrando enormes intereses a los maestros del SNTE mientras era dirigente sindical.
"No sé, no sé del tema de lo que me estás hablando", asegura en el estacionamiento de la Cámara de Diputados, apurando el paso porque ya va tarde hacia el Salón de Plenos a la votación de la Ley Federal de Transparencia.
El viernes el diario Miami Herald exhibió las compras millonarias que hicieron él, su esposa, Jessica Salas, directora de la Empresa Etesa, y su suegro, Héctor Peredo, director de Grupo Peredo, entre 2004 y 2008: 13 inmuebles en Miami por 8.2 millones de dólares.
Etesa fue una de las empresas que, mientras Esther Gordillo dirigía el SNTE y Quezada, la Secretaría de Organización, practicaron la usura con miles de maestros: prestaban con intereses de hasta el 60 por ciento, que el sindicato descontaba vía nómina.
Cuando todo mundo se iba a la quiebra, con dinero público, el Gobierno rescató a los maestros y pagó la deuda. Limpios de culpas todos, no se castigó a nadie. Aunque Bernardo Quezada, quien goza de fuero como diputado federal desde septiembre pasado, ya no se acuerda de nada.
"No sé de lo que me estás hablando, absolutamente nada de ese tema", afirma. Y es que todo lo dejará en manos de la PGR.
Es lo que había dicho por la mañana en una conferencia de prensa que apenas rozó los cinco minutos y no aceptó preguntas.
Por la tarde de ayer lo negaban en su oficina de la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología, aunque luego tuvo que salir y cruzó el estacionamiento.
Ahí dijo que su grupo parlamentario envió una solicitud a la PGR para que lo investiguen, si bien no hay una denuncia formal y él ya descartó cualquier delito.
"No hay demanda, no existe ningún delito que perseguir. No hay absolutamente nada. Simplemente estoy pidiendo que se investiguen las notas periodísticas".
Bernardo Quezada, expresidente del Panal, un partido que Elba Esther fundó desde el SNTE y que se convirtió en un partido satélite del PRI, trata de guardar el control camino al Pleno donde se aprobará las reformas a ley federal en materia de transparencia.
