Cultura

Las palabras tienen la palabra

Una leyenda muy tradicional

Juan Recaredo

El verbo llorar significa derramar lágrimas y generalmente lo provoca una sensación desagradable (dolor o tristeza, por ejemplo), aunque en algunos casos se llora de alegría, o porque se está picando cebolla. También, se aplica el verbo llorar en sentido figurado en frases como ¡Ay, tanto que le he llorado a mis zapatos viejos!

Una persona que llora mucho es una llorona y eso nos lleva a una de las leyendas más arraigadas en los países hispanohablantes. Con ligeras variantes, la leyenda narra el caso de una mujer que pierde a sus hijos y se convierte en una figura fantasmal que por las noches aparece lanzando lastimeros aullidos de dolor, clamando por sus hijos que murieron por alguna causa criminal.

Las creencias religiosas dicen que es un alma en pena que busca en vano a sus retoños, perturbando a los que oyen sus lamentos y gemidos. Algunos investigadores aseguran que la Llorona como personaje de nuestra mitología aborigen, nace con deidades de las culturas prehispánicas, como la Cihuacóatl de los nahuas y la Xtabay entre los mayas lacandones.

Al llegar los conquistadores españoles, el mito de la Llorona toma forma siendo como diosa y demonio cuya aparición con su llanto de ultratumba nadie puede resistir y se dice que incluso en el Valle de México se instituyó un toque de queda a las once de la noche, porque después de esa hora empezaban a escucharse los gemidos aterradores de una mujer espectral que vagaba por las calles de la Ciudad de México.

Dice la leyenda que aquel que intentase averiguar la identidad de aquella mujer sin rostro que llevaba un flotante vestido blanco, moriría en el intento o por lo menos quedaría loco sin remedio.

Hay muchas versiones que señalan a la Llorona como la protagonista de una trágica historia de amor y traición entre una mujer indígena y su amante español, lo que finalmente la lleva a cometer infanticidio para castigar así al amante infiel. (El infanticidio es el asesinato de niños).

En Argentina, se dice que La Llorona era una mujer que mató a sus hijos arrojándolos a un río; ella se suicidó por el sentimiento de culpa por sus acciones. Se le describe como una mujer alta vestida de blanco, a la cual no es posible observarle la cara y en algunas ocasiones, tampoco los pies, por lo que parece que flota en el aire.

Las diferentes leyendas chilenas sobre la Llorona van desde algunas versiones muy semejantes a la mexicana, hasta otras muy particulares del folclore chileno. En la versión distintiva de la tradición chilena, la Llorona se llama la Pucullén (de cullen, lágrima, y pu, plural). Se dice que llora eternamente porque le quitaron al hijo de sus brazos a muy corta edad.

Leyendas muy semejantes aterrorizan a la gente en Colombia, Costa Rica, Perú, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Venezuela y en otros países de la comunidad hispanoamericana.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es [email protected].

Me retiro con esta reflexión: En la juventud, aprendemos. En la vejez, entendemos. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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